CIUDAD DE MÉXICO, México, oct. 24, 2016.- Felipe Flores Velázquez, exsecretario de Seguridad Pública de Iguala, acusado de coordinar la captura y entrega a criminales de los 43 normalistas de Ayotzinapa, puede aportar mucho en su declaración, pero no lo hará, afirmó el escritor y editor Esteban Illades, en entrevista para Despierta con Loret. Felipe Flores “no tiene ningún incentivo para declarar”.
El analista afirmó que Flores Velázquez es pieza clave para entender la desaparición de los 43 normalistas y acercarse a la posibilidad de encontrarlos, porque sabe a quiénes entregaron a los estudiantes y en qué condiciones, pero, acotó, por el tiempo que se han tardado en encontrarlo, es posible que no diga nada.
El autor de ‘La noche más triste’ recordó que el exfuncionario y primo de José Luis Abarca declaró en los primeros días que no sabía nada, que nunca se enteró de los desaparecidos y que nadie lo llamó, aunque las evidencias documentan que recibió por lo menos 12 llamadas entre el 26 y el 27 de septiembre de 2014. Además, abunda, lo encontraron en Iguala, por lo que “seguramente sigue protegido”.
Illades destacó que además es muy importante contar con evidencia física, porque, por lo pronto, sólo existen las declaraciones de los supuestos integrantes de Guerrero Unidos que fueron detenidos, cuyas palabras han sido cuestionadas por la sospecha de que fueron arrancadas con tortura, por lo que Felipe Flores sería una pieza clave para unir a la policía con los criminales.
Dijo que las investigaciones están deficientes, pues se habla de personas fundamentales de las que se desconocen hasta los nombres, pero Felipe Flores no declarará quiénes son. Destacó que fue detenido en casa de su esposa y eso quiere decir que los implicados saben dónde está la persona a la que pueden lastimar.
“Es obvio que hay alguien que lo protege o lo amenaza, porque Iguala es una ciudad pequeña y está controlada por el crimen organizado.”
Recordó que a lo largo de investigación ha habido fallas y desaseo, además de que es muy tarde, porque han pasado más de dos años, y “mientras más se tarde, la gente tiende a recordar menos”.
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