Ofrendas en Chichén Itzá procedían de CA y Perú

José Luis Ruvalcaba, investigador de la UNAM

MERIDA, Yucatán, México, 10 Feb. 2016.- Estudios de microscopía óptica, espectrometría de fluorescencia y de difracción de rayos X aplicados a diversas ofrendas rescatadas del cenote de Chichén Itzá confirmaron que en su mayoría procedían de lo que hoy es Panamá, Costa Rica y Perú.

José Luis Ruvalcaba Sil, investigador del Instituto de Física de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), expuso que esos resultados demostrarían la importancia religiosa del sitio y la existencia de extensas redes de intercambio.

El especialista explicó que junto con la Universidad de California en Berkeley, el Instituto de Investigaciones Antropológicas de la UNAM y la Escuela de Conservación, Restauración y Museografía del INAH analizaron diversas piezas obtenidas de Chichén Itzá para conocer su composición, tecnología y determinar su procedencia.

Desde la década de los 50 la Universidad de Harvard opinaba que diversas piezas obtenidas en Chichén Itzá podrían proceder de otras regiones del continente debido a su fabricación con oro de una alta pureza y de tumbaga (aleación de ese mismo metal y cobre), comunes en Centroamérica.

Las piezas estudiadas se encuentran en el Museo Nacional de Antropología, el Palacio Cantón en la capital yucateca, así como en el Museo Peabody, en Boston, Estados Unidos, y cuya característica común es que todas se obtuvieron en Chichén Itzá.

Los estudios de espectrometría de fluorescencia de rayos X y la difracción de rayos X permiten conocer la composición de las aleaciones, mientras que la microscopía óptica permite conocer el estado que guarda la superficie de los objetos.

La investigación reveló que varias piezas eran de oro puro, propio de lo que hoy es Costa Rica y Panamá, donde es tal la pureza del material que para poder ser manejado se le agregaba cobre en tiempos prehispánicos. Las piezas de tumbaga se doraban con un proceso que elimina el cobre de la superficie y la enriquece en oro.

Varias piezas eran de cobre con chapa de oro, cuyo espesor es de apenas un micrómetro y que está muy bien adherida al material de la pieza, lo que pone en evidencia una tecnología muy bien desarrollada en la época precolombina en el Perú por la cultura Moche.

También se encontraron piezas de cobre dorado en el sitio maya del Lagartero, Chiapas, y se han reportado piezas de cobre dorado proveniente de lo que ahora es Guatemala.

Los objetos de cobre dorado fueron fabricados posteriormente al año 600 después de Cristo, periodo en que floreció Chichén Itzá, en el llamado periodo Clásico, lo que corresponde además con las propuestas de contactos con Centroamérica y Sudamérica por vía marítima.

La presencia de estas piezas en el cenote de Chichén Itzá confirma la importancia religiosa y social de esta ciudad maya.

También encontraron en el cenote de Chichén Itzá turquesas procedentes del noroeste de lo que hoy es Estados Unidos y obsidianas de yacimientos de la región de Michoacán.

Els