EPN: Francisco, líder sensible, visionario y reformador

CIUDAD DE MÉXICO, México, feb. 13, 2016.- El papa Francisco entró a Palacio Nacional a las 9 de la mañana con 30 minutos.

Es el primer Sumo Pontífice en la historia que entró a este edificio, símbolo del poder político mexicano.

Descendió del papamóvil y fue recibido por el presidente Enrique Peña Nieto y su esposa la señora Angélica Rivera de Peña.

Su Santidad entró por la Puerta de Honor, una deferencia por parte del gobierno de México, ya que éste acceso está reservado para uso exclusivo del presidente de la República.

En el patio de honor se realizó la ceremonia oficial de bienvenida, que inició con la entonación de los himnos de México y del Vaticano.

El presidente Peña Nieto presentó a Su Santidad a los integrantes de su gabinete.

Su Santidad presentó a su séquito.

Después, ambos se acercaron a las escoltas para saludar a las banderas de México y del Vaticano.

En el despacho presidencial fue la reunión privada.

Aquí se tomó la fotografía oficial y se realizó el intercambio de obsequios.

El presidente Peña Nieto le regaló al Papa una reproducción del Árbol de la vida, hecho en barro en Metepec, Estado de México, dos Rosarios: uno de barro y otro de ámbar y dos libros: uno sobre el árbol de la vida y otro sobre la Catedral Metropolitana.

En el salón Azul, Su Santidad saludó a los representantes de los Poderes de la Unión: Jesús Zambrano, presidente de la Cámara de Diputados; Roberto Gil Zuarth, presidente del Senado y Luis María Aguilar Morales, presidente de la Suprema Corte de Justicia.

En el Salón Embajadores, se tomó la foto oficial del presidente Peña Nieto y el papa Francisco.

Cancelaron un timbre postal conmemorativo a la visita a México de su Santidad.

Caminaron por los pasillos del primer piso hasta llegar a la escalera monumental en donde el curador de Palacio Nacional, Luciano Cedillo, explicó al papa Francisco el simbolismo del Mural de Diego Rivera.

En el Patio Central, mil 500 invitados recibieron de pie y con aplausos al papa Francisco, al presidente Peña Nieto y la señora Angélica Rivera de Peña.

En el escenario se colocaron dos sillas. En la pared los escudos del Gobierno de México y del Vaticano y alrededor del patio pendían banderas de los dos Estados.

En su mensaje de bienvenida, el presidente Peña le dijo al papa Francisco que los mexicanos lo reciben con entusiasmo y alegría.

"Reconocemos en usted al líder sensible y visionario que está acercando a una institución milenaria a las nuevas generaciones, reconocemos al Papa reformador, que está llevando a la Iglesia Católica al encuentro con la gente, como Jefe de Estado, hoy en Palacio Nacional, el Gobierno de México reconoce con honores su investidura, como Papa, los mexicanos le damos la más cálida y fraternal bienvenida a nuestro país, es la primera vez que el Sumo Pontífice es recibido en este histórico recinto, ello es reflejo de la buena relación entre la Santa Sede y México", dijo el presidente Enrique Peña Nieto.

Agregó que el pontificado del Papa ha llegado en un momento en donde la humanidad experimenta múltiples y acelerados cambios que abren oportunidades pero que también provocan dudas e incertidumbres.

A los gobiernos, señaló el presidente, les corresponde crear las condiciones para asegurar un piso básico de bienestar para las sociedades con oportunidades de desarrollo para todos.

Y desde lo espiritual, a la iglesia católica y a las demás religiones del mundo, les toca seguir promoviendo la esperanza y la solidaridad, la fraternidad y, ante todo, el amor.

"De ahí la importancia de tener un Estado laico, como lo es el Estado mexicano, que al velar por la libertad religiosa, protege la diversidad y la dignidad humana, por su parte, a los ciudadanos les corresponde practicar y transmitir los valores que nos permiten convivir y avanzar en sociedad, el respeto, la tolerancia y el entendimiento son cualidades que, independientemente de la creencia de cada quien, nos hacen mejores personas, son el espacio de encuentro, desde el cual, dentro de las diferencias, podemos construir un mundo mejor, como lo ha manifestado Su Santidad, la palabra clave es: diálogo", enfatizó Peña Nieto.

Aseguró que el peregrinar del papa Francisco por México será histórico, una luz y guía para millones de mexicanos.

"Su presencia entre nosotros contribuye a reafirmar nuestra vocación colectiva por la paz y la fraternidad, por la justicia y los derechos humanos, las causas del Papa son, también, las causas de México. No tengo duda de que el paso de Su Santidad dejará una huella imborrable en los mexicanos, pero también, estoy seguro, de que México dejará una profunda huella en el corazón del papa Francisco, Su Santidad: Sea bienvenido a esta tierra, México lo abraza con cariño, bienvenidas sus palabras, sus bendiciones y su amor para México, bienvenida su luz", destacó el Presidente de México.

En su mensaje, el papa Francisco dijo que México es un gran país y que su riqueza principal son sus jóvenes.

Destacó que un pueblo con juventud es un pueblo capaz de renovarse y transformarse, una invitación a alzar con ilusión la mirada hacia el futuro y a desafiar positivamente el presente.

Sin embargo advirtió que un futuro esperanzador se forja en un presente de hombres y mujeres justos, honestos, capaces de empeñarse en el bien común.

"Este bien común que en este siglo 21 no goza de buen Mercado, la experiencia nos demuestra que cada vez que buscamos el camino del privilegio o beneficio de unos pocos en detrimento del bien de todos, tarde o temprano la vida en sociedad se vuelve un terreno fértil para la corrupción, el narcotráfico, la exclusión de las culturas diferentes, la violencia e incluso el tráfico de personas, el secuestro y la muerte, causando sufrimiento y frenando el desarrollo", enfatizó el Pontífice.

Dijo que el pueblo mexicano afianza su esperanza en la identidad que ha sido forjada en duros y difíciles momentos de su historia por ciudadanos que han comprendido que para poder superar las situaciones nacidas de la cerrazón del individualismo, era necesario el acuerdo de las instituciones políticas, sociales y del mercado.

Envió un mensaje a los dirigentes de la vida social, cultural y sobre todo política, a quienes dijo, les corresponde de modo especial trabajar para ofrecer a todos los ciudadanos la oportunidad de ser dignos actores de su propio destino.

"Ayudándoles a un acceso efectivo a los bienes materiales y espirituales indispensables, como vivienda adecuada, trabajo digno, alimento, justicia real, seguridad efectiva, un ambiente sano y de paz, esto no es solo un asunto de leyes que requieren de actualización y mejoras, siempre necesarias, sino de una urgente formación de la responsabilidad personal de cada uno, con pleno respeto del otro como corresponsable en la causa común de promover el desarrollo nacional, es una tarea que involucra a todo el pueblo mexicano en las distintas instancias tanto públicas como privadas, tanto colectivas como individuales", reiteró el Papa.

Ofreció al presidente Peña Nieto el respaldo de la iglesia católica en la construcción de un mejor México y refrendó su deseo de estar frente a la Virgen de Guadalupe.

"Le aseguro señor presidente que en este esfuerzo, el gobierno Mexicano puede contar con la colaboración de la Iglesia católica, que ha acompañado la vida de esta nación y que renueva su compromiso y voluntad de servicio a la gran causa del hombre: la edificación de la civilización del amor. Me pongo bajo la mirada de María, la Virgen de Guadalupe. Le pido que me mire para que, por su intercesión, el Padre misericordioso nos conceda que estas jornadas, y el futuro de esta tierra, sean una oportunidad de encuentro, de comunión y de paz", concluyó el papa Francisco.

Al terminar los mensajes, el presidente Peña Nieto presentó al papa Francisco a algunos de los invitados entre ellos a diplomáticos, integrantes del gabinete presidencial, empresarios, líderes religiosos y representantes de diferentes sectores de la sociedad con quienes Su Santidad platicó por unos momentos.

Se escucharon voces de los asistentes pidiendo la bendición del Papa.

El presidente y el Papa caminaron por los pasillos de la planta baja rumbo a la Puerta de Honor.

Firmaron la fotografía oficial.

En la Puerta de Honor el presidente Peña y su esposa se despidieron del papa Francisco.

KAH