El Niño Godzilla: Erosión costera (1 de 3)

CIUDAD DE MÉXICO, México, feb. 01, 2016.-En la Barra de Tupilco, municipio de Paraíso, Tabasco, un imponente faro es símbolo de esta región de la costa tabasqueña.

Hace unos días el faro desapareció del paisaje porque lo tumbó el mar.

Sólo quedó la base sobre la arena.

Todo lo demás se lo tragó el mar.

Hace siete años el equipo de Los Reporteros llegó a la Barra de Tupilco para documentar los impactos de la erosión marina en las costas tabasqueñas.

Encontramos las ruinas de lo que fue una pequeña villa de unas 50 familias.

El mar se había tragado la iglesia, la escuela, casas, restaurantes, pequeños comercios y el panteón.

La señora Yezenia fue de los pocos habitantes que encontramos en la Barra de Tupilco hace 7 años.

Tenía mucho miedo porque afirmó que el mar había avanzado más de 200 metros en 10 años, y no paraba.

"Cuando yo vine a vivir aquí, le digo el mar aquí no lo veía yo, tenía que bajar el barranco para poder llegar a la orilla del mar, pero ahorita ya ni siquiera puedo bajar, desde mi casa, desde dentro de la cocina estoy viendo el mar a donde me viene llegando", afirmó entonces.

Aseguró que todas las familias se fueron de la villa asustadas por el incontenible avance del mar.

Sólo quedó su familia porque, dijo, no tenían a dónde ir.

Lilia Gama, investigadora del Cambio Global del Laboratorio de Ecología del Paisaje y Cambio Global de la Universidad Juárez Autónoma de Tabasco (UJAT), explica que "la Barra de Tupilco es un ejemplo de cómo se van a dar las circunstancias".

La doctora Gama lleva 15 años estudiando los fenómenos relacionados con el calentamiento global y sus efectos en Tabasco, considerado el estado del país más vulnerable al aumento del nivel del mar como consecuencia del calentamiento del planeta.

Una universidad de Estados Unidos colocó una línea roja en el lugar para ejemplificar hasta dónde iba a llegar el nivel del mar.

La doctora Gama asegura que según los escenarios que han realizado científicos de varias partes del mundo, el 30 por ciento del territorio tabasqueño quedaría cubierto por mar porque, asegura, Tabasco se encuentra en una región geológica llamada Llanura Costera Inundable.

Se trata de todo un sistema de ríos, lagunas y pantanos que tiene zonas por debajo del nivel medio del mar.

"Hay lugares que nosotros hemos encontrado de hasta tres, cuatro, seis metros por debajo del nivel del mar", informa la doctora Gama.

Estamos estimando escenarios, en el más crítico de los críticos, de un avance de hasta 50 kilómetros adentro.

Sánchez Magallanes es una villa de 20 mil habitantes.

Se encuentra en una de las zonas más delgadas de la franja costeras tabasqueña.

Está sobre la barra de Santa Ana que divide al Golfo de México de la laguna El Carmen.

Aquí nos reencontramos con Carmen Ulloa, un de sus habitantes.

En el año 2009, él nos mostró los daños que estaba provocando la erosión costera en su amada villa Sánchez Magallanes.

"Yo me acuerdo cuando vino usted hacer el primer reportaje aquí, ya ve que esta zona todavía tenía gente, todavía había casas, todavía, pero ahorita como está viendo todo esto, las casas, las escuelas que estaban ahí a lado ya no existen", dice ahora.

Hace siete años, entrevistamos a los vecinos que habían perdido sus casas que construyeron sobre unas dunas de tres metros de altura.

Las dunas habían quedado rebanadas por la fuerza del mar.

"Ya no hay nada, aquí entrevistaron a la gente, se acuerda que estaba un cerro y ahorita ya no hay nada, relata Carmen. En siete años, se imagina, ha avanzado como unos 30 metros".

Y apenas la semana pasada, un nuevo norte arrancó ocho metros más de tierra; y el mar se llevó la casa del hermano de Candelaria, habitante de Sánchez Magallanes.

"Fue en segundos que se empezó a derrumbar el mar, en segundos", relató Candelaria.

Las imágenes aquí son impresionantes.

Otra vez el mar cortó de tajo la tierra y se llevó, además de la casa del hermano de Candelaria, otras tres viviendas.

En la barra de Tupilco ya se levantó un nuevo faro.

Se construyó junto a la casa de Yezenia y ahora ella es la nueva farera de la barra, porque don José, el anterior farero, se jubiló cuando el mar tumbó el viejo faro.

"Estamos ahora sí que cuidando aquí el faro, somos las personas que nos dedicamos a eso… estamos esperando a ver ahora sí con el tiempo, cuando vuelve a desaparecer, porque pues la orilla, como el mar come terreno, pues va desapareciendo todo", dice Yesenia.

CPS