Más víctimas de las inyecciones modelantes

CIUDAD DE MÉXICO, México, abr. 20, 2015.- El rastro de enfermedad que ha dejado la señora Rosa María Victorino, con sus inyecciones modelantes para mejorar la figura, sigue creciendo.

 

Localizamos a una víctima más de las inyecciones, es una señora que dice que fue inyectada, por la misma señora Rosa María Victorino hace más de dos décadas, y su salud se encuentra muy deteriorada.

 

La víctima de inyecciones modelantes, dijo: “Sí, sí es ella y me voy dando cuenta de que es la que a mí me inyectó hace 25 años, pues te remueve todo, todo el dolor del mundo por el problema que has pasado, durante 25 años, es algo muy fuerte, porque es un dolor y unas angustias muy tremendas, cuando la vi, dije cómo es posible, que siga haciéndolo.

 

En febrero pasado el equipo de Los Reporteros reveló cómo la señora Rosa María Victorino seguía ofreciendo sus ampolletas en Tláhuac, para ser aplicadas en diversas partes del cuerpo.

 

A la segunda víctima no la habíamos podido entrevistar, porque con frecuencia padece fiebre y dolores intensos.

 

La víctima de inyecciones modelantes, explicó: “Empecé yo a ir a los hospitales y en los hospitales me decían que no había remedio, te duelen las coyunturas del cuerpo, te duelen los músculos, se te pone caliente la parte que te inyectaron, te duele, escalofríos”.

 

Todo inició cuando era muy joven y le recomendaron aplicarse una sustancia para resaltar sus glúteos.

 

La víctima de inyecciones, dijo: “Me decía que me faltaban pompas, que debería de ir con la señora, que era muy buena, yo chica, a los 22 años, voy a preguntarle, qué es y me dice que es colágeno, que no me preocupe y me empieza a poner unas inyecciones, de esa jeringa de 10, pero vi que sacaba un líquido del refrigerador, que venía en unas mamilas, si me dio miedo, pero la confianza que ella te da es muy buena, por eso accedí a inyectarme”.

 

Durante 30 años Rosa María Victorino siguió inyectando la sustancia modelante con toda impunidad, a pesar de que ya tenía denuncias ante el Ministerio Público.

 

La víctima de inyecciones, comentó: “Te ponía una, dos, tres, cinco inyecciones con jeringas de 10, en cada pompa, una en medio y cuatro alrededor, a  los siete meses empecé a notar que se me hacían una bolas calientes, una bolas calientes”.

 

Una vez que entran al cuerpo, los llamados biopolímeros, como el silicón y el aceite industrial, resulta imposible retirarlos del organismo.

 

La víctima de inyecciones modelantes, explicó: “Yo en el tiempo que me hicieron la cirugía analizaron el aceite y me puso aceite industrial, aceite para máquinas, no es posible, no es posible que te metan lo que encuentren”.

 

Las autoridades de la Cofepris señalan que las inyecciones ocasionan daños irreversibles.

 

La víctima de inyecciones modelantes, agregó: “Yo estoy inyectándome cortisona hace 25 años, hace 25 años cada mes, cada mes me dan las calenturas, cada vez es peor, cada vez es peor, porque ahora ya me duelen los huesos, no te puedes mover, el líquido estaba arriba, bajó, bajó a la pierna, también tengo el problema en la pierna”.

 

El Hospital General le ha brindado atención en varias especialidades.

 

“La depresión hace 25 años no se me quita, he estado al borde del suicidio, me he querido, me he querido matar”.

  

Después de presentar el valiente testimonio de Marisela hace unas semanas, ahora escuchamos el nuevo testimonio.

 

La víctima de inyecciones modelantes, comentó: “Está la muerte latente, cada día que amaneces, es el día que tienes que pedirle a Dios que te ayude no te deja hacer nada, ya no puedes trabajar normalmente”.

  

La presunta responsable de la tragedia y de un número desconocido de víctimas desapareció después de que revelamos su presencia en Tláhuac.

 

La víctima de inyecciones modelantes, comentó: “Todos los años he tenido que dormir boca abajo, los glúteos no aguantan la presión ni de una silla, ni una silla, tienes que estarte moviendo, tienes que estar de un lado para el otro, porque el dolor se siente como si te metieran agujas que no lo hagan, no se metan nada, no se inyecten nada, que les digan nada, nada”.

 

La Cofepris clausuró la clínica de las inyecciones en Tláhuac.

 

LSH