¿Por qué Cuba cambió?

CIUDAD DE MÉXICO, México, dic. 19, 2014.- En la columna titulada Por qué Cuba cambió, publicada en Project Syndicate, el ex titular de Relaciones Exteriores de México, Jorge G. Castañeda colaborador de FOROtv, detalla los principales motivos que llevaron al acuerdo entre los presidentes de Estados Unidos, Barack Obama, y de Cuba, Raúl Castro, de anunciar el restablecimiento de relaciones diplomáticas entre sus países.

 

“La llamada telefónica entre el presidente de Estados Unidos Barack Obama y el presidente cubano, Raúl Castro, seguido por el intercambio de un prisionero estadounidense por tres agentes de inteligencia cubanos detenidos en los EU, marcó el momento más importante en la relación bilateral de los países en las últimas décadas.

 

Poco después, los EU y Cuba anunciaron que comenzarían el proceso de reanudación de las relaciones diplomáticas.

 

A primera vista afirma Castañeda, el acuerdo parece una gran victoria para Cuba, con lo que Estados Unidos dará finalmente marcha atrás a su intento de aislar a la Isla comunista. La realidad es un poco más complicada, advierte

 

Para empezar dice, este no es el fin del embargo comercial estadounidense, que se puede levantar sólo por el Congreso estadounidense. Las relaciones tampoco están completamente normalizadas: Habrá embajadas, más no embajadores.

 

Pero no hay duda de que el acuerdo – negociado por el Vaticano y Canadá – es un paso importante, escribe Castañeda

 

Viajar a La Habana para los estadounidenses que no son de descendencia cubana será más fácil. Será posible llevar a cabo transacciones bancarias entre los dos países. Algunas cuestiones comerciales quedarán arregladas.

 

El Departamento de Estado de Estados Unidos sacó  a Cuba de la lista de países que acusa de apoyar el terrorismo.

 

Es cierto afirma Castañeda, que Cuba parece haber dado muy poco a cambio. Además de la liberación del estadounidense Alan Gross, Castro acordó liberar a 53 presos políticos, retirar las restricciones a Internet, y permitió el acceso a los funcionarios y observadores de derechos humanos de las Naciones Unidas y a observadores de la Cruz Roja Internacional. Estas son concesiones, es cierto, pero no tan grandes si consideramos lo que Cuba ganaría con la reanudación de las relaciones diplomáticas después de medio siglo de aislamiento.

 

Sin embargo, Cuba está en problemas, debido a una variable crucial que probablemente motivó la decisión de Castro: el reciente colapso en el precio del petróleo. Una serie de factores -el espectacular aumento de la producción de petróleo y gas en los EU, la recesión en Europa y Japón, la decisión de Arabia Saudita para mantener sus topes  y la desaceleración económica en China y la India – han dado lugar a un exceso de oferta. Y los dos países más afectados son precisamente aquellos de los que Cuba ha dependido históricamente para mantener su economía a flote: Rusia y Venezuela.

 

De los dos, Venezuela y sus problemas representan  la mayor amenaza a la estabilidad de Cuba. Rusia no ha apoyado a Cuba de manera significativa desde el colapso de la Unión Soviética. Pero Venezuela – especialmente durante la presidencia del fallecido Hugo Chávez – ha sido un importante patrocinador  enviando a  Cuba alrededor de 100 mil barriles de petróleo al día, junto con una ayuda de entre 5 mil a 15 mil millones de dólares cada año.

 

Esos subsidios son poco probable que continúen. De hecho, no es casualidad que las conversaciones entre los EU y Cuba comenzaran poco después de que Chávez murió en 2013. Hay pocas dudas al respecto, en ausencia de los subsidios venezolanos, Cuba una vez más se hundirá en la depresión   como lo hizo cuando la asistencia rusa se secó a principios de  1990.

 

Esto deja a Cuba extremadamente vulnerable. Las reformas económicas claramente no han tenido el efecto deseado. Los ingresos han caído. La escasez generalizada ha alimentado la inflación galopante, con el gran riesgo cada vez mayor de una hiperinflación.  Las operaciones de divisas en el mercado negro están a poco más de 3% de la tasa oficial. Cada vez es más probable una mayor efervescencia política .

 

En su libro, Canal trasero a Cuba: la historia oculta de las negociaciones entre Washington y La Habana, William LeoGrande y Peter Kornbluh describen cómo Cuba se ha negado a ofrecer concesiones políticas a cambio del fin del embargo o la normalización diplomática. Y, de hecho, Castro no las ofreció en el acuerdo recientemente anunciado.

 

Sin embargo, el cálculo económico hace que sea muy probable que el cambio se dé en breve. En ausencia de un rico y generoso patrocinador ,  la reactivación de la economía cubana dependerá de la plena normalización de las relaciones con los EU, y esto sería imposible sin grandes cambios con respecto a la democracia y los derechos humanos.

 

Cuando se escriba la historia del presente,  podrá deducirse que no fueron la fuerza de las armas ni los esfuerzos de diplomáticos, pero sí  de las intervenciones desinteresadas ​​de remotos barones del petróleo en Dakota del Norte y de la Península Arábiga, los que  finalmente desbloquearon la Cuba de Castro finaliza el artículo de Jorge Castañeda

 

 

LLH