Alquimia, brujería y ciencia

CIUDAD DE MEXICO, México, 31 oct. 2014.- La respuesta está en la propia definición de cada concepto. El alquimista utilizó la “ciencia” para crear y el mago usa trucos de magia. Los brujos y hechiceros utilizan conjuros y pociones (que no tienen bases científicas).

 

Alquimia: Los alquimistas fueron los primeros químicos, que no conocían bien las propiedades de las materias por lo que pensaban que el plomo se podía convertir en oro (ley de la transformación de la materia: la materia no se crea ni se destruye solo se transforma).

 

En la historia de la ciencia, la alquimia, del árabe al-khimia, es una antigua práctica protocientífica y una disciplina filosófica que combina elementos de la química, la metalurgia, la física, la medicina, la astrología, la semiótica, el misticismo, el espiritualismo y el arte.

 

La alquimia fue practicada en Mesopotamia, el Antiguo Egipto, Persia, la India y China, en la Antigua Grecia, el Imperio romano, en el Imperio islámico y después en Europa hasta el siglo XIX en una compleja red de escuelas y sistemas filosóficos que abarca al menos un periodo de 2,500 años.

 

La alquimia occidental ha estado estrechamente relacionada con el hermetismo, un sistema filosófico y espiritual que tiene sus raíces en Hermes Trismegisto, nombre griego de un personaje mítico que se asoció a un sincretismo del dios egipcio Dyehuty (Tot en griego) y el dios heleno Hermes.

 

Hermes Trismegisto es mencionado primordialmente en la literatura ocultista como el sabio egipcio, paralelo al dios Tot, también egipcio, que creó la alquimia y desarrolló un sistema de creencias metafísicas que hoy es conocido como hermetismo.

 

Para algunos pensadores medievales, Hermes Trismegisto fue un profeta pagano que anunció el advenimiento del cristianismo.

 

No obstante, debido a la carencia de evidencias concluyentes sobre su existencia, el personaje histórico se ha ido construyendo ficticiamente desde la Edad Media hasta la actualidad, sobre todo a partir del resurgimiento del esoterismo que dio paso al Rosacrucismo, importante movimiento esotérico del siglo XVII.

 

En los comienzos de la época moderna, la alquimia dominante evolucionó en la actual química de bases científicas.

 

Actualmente la alquimia es de interés para los historiadores de la ciencia y la filosofía, así como por sus aspectos místicos, esotéricos y artísticos.

 

La alquimia fue una de las principales precursoras de las ciencias modernas, y muchas de las sustancias, herramientas y procesos de la antigua alquimia han servido como pilares fundamentales de las modernas industrias química y metalúrgica.

 

Aunque la alquimia adopta muchas formas, en la cultura popular es citada con mayor frecuencia en historias, películas, espectáculos y juegos como el proceso usado para transformar plomo (u otros elementos) en oro.

 

Otra forma que adopta la alquimia es la de la búsqueda de la piedra filosofal, con la que lograr la habilidad para transmutar oro o vida eterna.

 

En el plano espiritual de la alquimia, los alquimistas debían transmutar su propia alma antes de transmutar los metales. Esto quiere decir que debían purificarse, prepararse mediante la oración y el ayuno.

 

Magia: El término Mago proviene del persa antiguo maguš por mediación del griego μάγος y finalmente del latín magus. El sentido original de la palabra Mago se refería a los integrantes de una tribu de la Edad Media y luego a los sacerdotes persas. En términos modernos se refiere a una especie de astrólogo o adivino, que practica magia o hechicería o brujería. Comúnmente, “Mago” se refiere a hechicero masculino, y “Bruja” a una hechicera.

 

Brujería: Es el conjunto de creencias, conocimientos prácticos y actividades atribuidas a ciertas personas llamadas brujas (existe también la forma masculina, brujos, aunque es menos frecuente) que están supuestamente dotadas de ciertas habilidades mágicas que emplean con diferentes finalidades y con intención positiva o negativa dependiendo de cada persona.

 

La creencia en la brujería es común en numerosas culturas desde la más remota antigüedad, y las interpretaciones del fenómeno varían significativamente de una cultura a otra.

 

En el occidente cristiano, la brujería se ha relacionado frecuentemente con la creencia en el Diablo, especialmente durante la Edad Moderna, en que se desató en Europa una obsesión por la brujería que desembocó en numerosos procesos y ejecuciones de brujas (lo que se denomina “cacería de brujas”).

 

Algunas teorías relacionan la brujería europea con antiguas religiones paganas de la fertilidad, aunque ninguna de ellas ha podido ser demostrada. Las brujas tienen una gran importancia en el folclore de muchas culturas, y forman parte de la cultura popular.

 

El término ha sido reivindicado por sectas ocultistas y religiones neopaganas, como la Wicca (religión neopagana desarrollada en Inglaterra durante la primera mitad del siglo XX), para designar a todas aquellas personas que practican cierto tipo de magia, sea esta maléfica (magia negra) o benéfica (magia blanca), o bien a los adeptos de una determinada religión.

 

 

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