El Castillo de Chapultepec, testigo de la historia

El Castillo de Chapultepec y Molino del Rey.

Foto: Cortesía del MNH-INAH

Desde que el virrey Bernardo de Gálvez ordenara su construcción en el siglo XVIII, el Castillo de Chapultepec se ha convertido en mudo testigo de la historia de México. En sus pasillos y habitaciones se han tomado decisiones que han cambiado el destino del país.

 

Concebido como residencia de descanso de los virreyes de la Nueva España, en sustitución del palacio que se encontraba al pie del Cerro de Chapultepec, el cual fue destruido por la explosión de un depósito de pólvora, el edificio, recinto actual del Museo Nacional de Historia (MNH), ha corrido a lo largo de su existencia, a decir del actual director del MNH, el doctor Salvador Rueda Smithers, con una suerte variopinta.

 

“Ha sido un edificio que tuvo una suerte variopinta. Cuando el virrey Bernardo de Gálvez decidió hacerlo nunca tomó en cuenta el costo de hacer el edificio arriba (del Cerro de Chapultepec), entonces el costo se va altísimo y lo tiene que dejar. Además muere muy pronto Bernardo de Gálvez y el edificio se queda a medio terminar”, comenta el  director del MNH.

 

 

Foto: Cortesía del MNH-INAH

LAS HISTORIAS DEL CASTILLO DE CHAPULTEPEC

 

Si bien el Castillo de Chapultepec ha sido testigo y vigía de la historia de México, también ha protagonizado sus propias historias. En opinión de su actual director, la primera a destacar es la batalla del 13 de septiembre de 1847, en la que el recinto fue casi destruido por el acoso de las fuerzas estadounidenses.

 

Rueda Smithers comenta que el Castillo fue atacado por el ejército estadounidense “más por su simbolismo que por su importancia militar, ellos hubieran podido entrar directamente a la Ciudad de México; atacaban las garitas y entraban directamente a la ciudad”, afirma.

 

“Como Colegio Militar era un elemento simbólico para los americanos. Desde el punto de vista militar, ellos pudieron haberlo evitado, pero sabían que simbólicamente si tomaban el Colegio Militar con las tropas que había y con los cadetes la guerra terminaría”, comenta el historiador.

 

 

Maximiliano y Carlota en Chapultepec

 

De los personajes que han habitado el Castillo quizá los que hayan dejado una huella más marcada de su paso fueron Maximiliano y Carlota.

 

Cuando llega Maximiliano el Castillo se le ofrece como una de las residencias alternas al Palacio Nacional, en este caso Palacio Imperial. A él le gusta el Castillo y hace las terrazas que dan hacia el oriente, le hace jardines, le da un diseño que no es militar, sino más cortesano, comenta el director del MNH.

 

Porfirio Díaz en Chapultepec

 

El tercer momento en la historia del Castillo de Chapultepec que destaca el doctor Rueda Smithers es cuando Porfirio Díaz decide que el Castillo de Chapultepec iba a ser el lugar donde despachará en los momentos en los que estaba, no exactamente de descanso, pero sí lejos de Palacio Nacional, sobre todo en las temporadas de lluvias, dice el investigador.

Un Castillo que mira a las estrellas

 

En 1876 se instaló en el Castillo de Chapultepec el Observatorio Astronómico Nacional, fue el primer observatorio moderno que se instaló en México.

 

“Es el primer observatorio astronómico moderno que hay en México. Las luces de la Ciudad ya impedían tener la visión que se requería. Estuvo muy poco tiempo. El torreón no resultaba demasiado grato y además el presidente estaba abajo, por lo que deciden pronto irse a  Tacubaya, donde se encuentra actualmente”, dice Rueda Smithers.

 

El Castillo de Chapultepec, semillero de la Revolución

 

En 1908, en una de las terrazas del Castillo el presidente Díaz concedió una entrevista al periodista estadounidense James Creelman, en la que dice que México ya va a estar apto para la democracia en las elecciones de 1910, dicha declaración, opina el historiador Rueda Smithers, es el inicio de la parte política de la Revolución Mexicana.

 

“Se desencadena la posibilidad de acceder al poder de quienes no la tenían. En ese momento México no sabía que debía haber un relevo en el poder. Entonces los mismos que llegaron en los setenta, estaban en el diez, no había habido un relevo. En los años anteriores por lo mismo convulsionado del país había relevos, entonces  cuando llegan estos a viejos y Díaz dice que ya es momento de que se registre un cambio, por supuesto que se vino una inquietud, que ya vimos en qué quedó”, apunta el investigador.

La Decena Trágica

 

El 9 de febrero de 1913 Francisco I. Madero salió del Castillo de Chapultepec, acompañado de cadetes del Colegio Militar, rumbo a Palacio Nacional. Ya le habían avisado que tropas rebeldes se dirigían a la capital, era el inicio de la Decena Trágica, que culminaría con su muerte y la ascensión al poder de Victoriano Huerta.

Chapultepec,  sede del Poder Ejecutivo

 

Otro momento en la historia del Castillo que resalta el director del Museo Nacional de Historia es el cierre del Colegio Militar y el establecimiento en el lugar, por parte del presidente Venustiano Carranza, de un sitio alterno para que despachar y de la residencia del Secretario Particular de la Presidencia.

 

“La decisión de Carranza llevó a que cambiara la estructura interna del lugar, deja de haber las aulas que tenía el Colegio Militar comienzan a prepararse la contraloría y los despachos de Hacienda en el ala poniente”, comenta Rueda Smithers.

 

“Durante el gobierno de Carranza el Alcázar seguía habilitado como casa, aunque el jefe revolucionario nunca lo habitó, ahí despachaba, pero él tenía su casa en la actual Colonia Cuauhtémoc (actualmente Museo Casa Carranza)”, relata el investigador.

 

Álvaro Obregón, Plutarco Elías Calles, Pascual Ortiz Rubio y Abelardo Rodríguez, comenta Rueda Smithers, despachan en el Castillo, pero donde realmente vivían, por comodidad para sus familias era en la casa del Director del Colegio Militar, que se encuentra al pie del inmueble (en el sitio actualmente se encuentran las oficinas de la dirección del MNH).

 

El director del MNH señala que aunque el Castillo era señalado como la residencia oficial, donde realmente vivieron presientes como Álvaro Obregón y Plutarco Elías Calles fue en sus casas propias, ubicadas en las colonias Roma y Condesa.

 

Al llegar el general Lázaro Cárdenas al poder en 1934 decide no usar el Castillo como residencia oficial y se instala junto con su familia en finca de La Hormiga, la actual residencia oficial de Los Pinos, cerrando así el ciclo del Castillo como residencia oficial, y abriendo paso al nacimiento del MNH.

 

MACO