INAH restaura óleo del siglo XIX utilizado como registro mortuorio

CIUDAD DE MÉXICO, México, jul. 28, 2014.- “Alegoría de muerte”, óleo sobre madera que sirvió como registro funerario en la primera mitad del siglo XIX, es restaurado por especialistas del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), quienes próximamente lo regresaran al Museo Nacional de las Intervenciones, en esta capital.

 

La obra, que ha sido sometida a una serie de análisis que han permitido conocer sus daños, es conocida coloquialmente como la “Rueda de la muerte”, aseguró la responsable del proyecto, Mitzy Quinto. 

 

“En el centro de la pieza, donde están los meses del año, hay distintas capas de papel sobre las que se anotaban los nombres de los fallecidos. 

 

“También presenta leyendas que hacen referencia a los lugares donde perecieron, esto nos habla de su uso como registro mortuorio”, explicó la también restauradora, en declaraciones al INAH. 

 

Destacó que en la obra, cuya importancia radica en el valor histórico que le otorgó, se han identificado los nombres de tres mujeres y seis hombres, y las fechas de sus fallecimientos, las cuales fluctúan entre 1818 y 1854, es decir, la primera mitad del siglo XIX.

 

Detalló que la iconografía de “Alegoría de muerte” es muy peculiar, pues presenta las 12 horas relacionadas con los meses del año y una serie de cráneos con distintos atributos, como coronas de reyes, monjas coronadas y otros que no tienen ningún adorno. 

 

Mediante análisis microscópicos, abundó la experta, se pudo conocer que los meses del año eran reutilizados, por lo que una vez que estaban llenos se cubrían con otro papel o se arrancaban, y cada vez que se agregaba un nuevo nombre, la tabla era desmontada, probablemente de un retablo mayor, lo que ocasionó que se debilitara. 

 

Mitzy Quinto mencionó que la obra está pintada al óleo sobre una madera de pino de siete milímetros de espesor en la parte más gruesa. Sus dimensiones son de un metro con 18 centímetros de base por 74 centímetros de altura.

 

En su oportunidad, José Ortega, investigador del Laboratorio de Geofísica del INAH, dijo que a través del estudio con georadar los restauradores conocieron la estructura de la madera porosa y delgada, así como los espacios que los insectos dejaron en su interior. 

 

“El análisis mediante georradar trabaja con ondas electromagnéticas, y éstas tienen una amplitud determinada; se tuvo que aumentar el espesor de la obra para obtener la reflexión que permitió identificar las cavidades dentro de la madera”, explicó.

 

Respecto al ataque los insectos, Mizty Quinto dijo que éste ocasionó el debilitamiento de la obra, por lo que fue necesario estabilizarla y previamente someterla a estudios de microscopía electrónica de barrido, rayos ultravioleta, análisis químico de la estratigrafía e identificación taxonómica de los materiales orgánicos: madera y fibras. 

 

La responsable del proyecto mencionó que hasta el momento se sabe que esta obra perteneció a una a una parroquia donde se brindaban servicios religiosos al público, pero aún no se ha determinado a qué iglesia, debido a que la pieza hace referencia a dos templos: el de Nuestra Señora Santa Teresa la Nueva y de la Santa Veracruz. 

 

Finalmente, la especialista aseguró que su equipo se encuentra en la etapa final de la restauración, lo que significa el próximo regreso de “Alegoría de muerte”, al Museo Nacional de las Intervenciones. 

 

Con información de Notimex.

 

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