Santo, El Enmascarado de Plata

CIUDAD DE MEXICO, México, Feb. 5, 2014.- Santo, el famoso e inmortal “Enmascarado de Plata”, personaje muy querido de la cultura popular mexicana y uno de sus primeros súper héroes, considerado símbolo de la justicia para el hombre común, se llamaba en realidad Rodolfo Guzmán Huerta.

 

Había nacido en Tulancingo, Hidalgo, el 23 de setiembre de 1917 pero a los tres años de edad se mudó a la Ciudad de México al lado de toda su familia, en donde echó raíces muy profundas asentándose en el barrio de Tepito.

 

Gracias a que le gustaban todos los deportes, en especial el béisbol, el futbol americano y por supuesto, la lucha libre, desarrollo una buena presencia física.

A los 16 años de edad, inició su carrera de luchador en la arena Peralvillo Cozumel y en el Deportivo Islas de la colonia Guerrero sin ningún alias más que su nombre original.

 

En el curso de los siguientes 6 años usó varios pseudónimos como Rudy Guzmán, El Hombre Rojo,  El Incógnito y El Demonio Negro.

 

 

Para esa época, se le consideraba luchador rudo, pero con el tiempo se fue volviendo técnico lo que le ganó muchas simpatías y gran popularidad.

 

Su manager era Jesús Lomelí, quien de inmediato notó su talento y para promocionarlo lo enmascaró y lo bautizó como Murciélago II dando sobresalientes combates, pero tuvo que dejar el nombre por derechos de autor, poco después de que Bobby Arreola le quitara la máscara en un combate.

 

En 1940 se casó con María de los Angeles Rodríguez Montaño, con quien procreó diez hijos.

 

En 1942, Jesús Lomelí armó un equipó de luchadores plateados e invitó a Rodolfo a formar parte del grupo por lo que se sugirió adoptar uno de los siguientes tres nombres: El Santo, El Diablo o El Angel.

Rodolfo adoptó el primer nombre y cambió totalmente de personalidad para convertirse en un luchador misterioso detrás de una máscara plateada, dedicando mucho tiempo a prepararse para convertirse en un luchador espectacular que de inmediato se ganó al público.

 

El 26 de abril de 1942, luchó en la Arena México por primera vez como Santo, El Enmascarado de Plata, título que le confirieron los locutores de la lucha libre para ilustrar la emoción que provocaban sus grandes exhibiciones en el ring.

 

En ese mismo año, comenzó a luchar contra grandes figuras como Ciclón Veloz, Tarzán López y otros.

 

Su fama lo llevó a conocer al empresario José G. Cruz, quien le propuso en 1952 llevar su personaje a las historietas para inmortalizar su nombre en un cómic. Curiosamente en ese mismo año, otro luchador profesional, “El Médico Asesino” inauguró el género de los luchadores en el cine mexicano con la película cuyo título fue, irónicamente, “El Enmascarado de Plata”.

En 1958, el luchador y actor, Fernando Osés, lo invitó a rodar sus primeras películas que llevarían por nombres “Santo contra el cerebro del mal” y “Santo contra los hombre infernales”. La filmación se llevó a cabo en Cuba y terminó un día antes de que Fidel Castro entrara a la Habana tras derrocar al régimen de Fulgencio Batista.

 

A partir de ese momento, Santo comenzó a filmar una película tras otra hasta llegar a 52 fortaleciendo su fama como luchador y actor.

 

En 1961, Santo filmó una de sus películas inolvidables para la afición, “Santo contra los Zombis”. Otras de sus grandes películas fueron “Santo vs Las Mujeres Vampiro” y “Santo vs Las Momias de Guanajuato”.

 

Otros luchadores fueron sus coestrellas en el cine, como Blue Demon, en la película de 1969 “Santo contra Blue Demon en la Atlántida”. Huracán Ramírez y Mil Máscaras también incursionaron en el cine pero no tuvieron tanto arrastre como el Santo.

 

Pero las producciones mexicanas sufrieron un bajón en los años 70 y Santo tuvo que buscar otros horizontes como España, donde en 1973 se presentaría con la película “Santo Contra el Doctor Muerte”, uno de sus mejores filmes. Santo filmó además en América Latina, Líbano y Turquía.

 

En 1981, estrenaría la cinta “Chanoc y el Hijo del Santo Contra los Vampiros Asesinos”, en la cual actúa nada menos que su hijo, también dedicado a la lucha libre. Para 1982 El “Hijo del Santo” continuaría la tradición de su padre tanto en el ring como en el cine.

 

Santo ya era una leyenda viviente, y siguió apareciendo en diversos programas de la televisión mexicana. Cabe destacar que jamás perdió su máscara en combate.

En enero de 1984 fue invitado al programa de televisión “Contrapunto” de Jacobo Zabludovsky dedicado ese día a la lucha libre mexicana. Repentinamente y ante la insistencia del conductor, Santo se quitó la máscara por primera vez dejando ver parte de su rostro para revelar su verdadera identidad.

 

Casi como una fatalidad representada en la leyenda mortal de su historieta, Rodolfo sufrió un ataque al corazón el 5 de febrero de este mismo año y murió. El ídolo fue enterrado con su máscara ante diez mil personas que acudieron a brindarle el último adiós al panteón Mausoleos del Angel, donde Black Shadow y Blue Demon cargaron el féretro de uno de los ídolos mexicanos que dejaría un legado jamás igualado por nadie.

 

 

Els