Buscan exportar el Día de Muertos a Alemania

Jorge trabaja con la muerte. Lo hace sin hablar verbalmente. Utiliza gestos, movimientos del cuerpo. Se basa en la mímica. Intenta preservar la tradición de Día de Muertos en México y el mundo ante el avance del Halloween.

Quien mira a "Morfis" el personaje al que él da vida queda atrapado. Su físico es peculiar: alto y delgado como un clavo.

Desde niño el pasado lo ha marcado. Aprendió a hablar a los 4 años dicen que desde entonces ya traía marcado su destino de ser mimo.

Posee el apellido Wagner. Sus padres alemanes llegaron a México después del nazismo. Su historia es de intercambios.

Perfectamente soldó la rigidez y disciplina de la cultura germana con la risa espiral que regocija en panteones, altares y ofrendas de los mexicanos donde ha de resaltar por el amarillo de las flores de cempasúchil que guían el camino de los difuntos.

La huesuda le ha llegado despacio sin pretextos, ni destiempo. Ha tenido un contacto directo con ella. Más allá de los escenarios. Experimentó la partida de su padre y de su esposa.

La primera le hizo dar un giro en su vida. En su interior nació el deseo de volver a sus raíces alemanas.

"Mi papá deseaba que yo fuera biólogo. Pero me decidí a la filosofa en la UNAM en contra de su voluntad. En la escuela el magnetismo teatral me atrapó. Y de ahí fui a estudiar a Francia a la Escuela Internacional de Teatro Jacques Lecoq” y de paso a visitar a mis familiares en Alemania".

Trabajó con Grotowski en Polonia, cuyo estilo no está ligado a la escuela de Marcel Marceau.

En la escuela aprendió que el mimo es un ser provocador de circunstancias. "Yo no ridiculizo. Hay payasos que se apoyan en burlarse de la gente ese no es mi estilo".

A sus 58 años de edad, Jorge Wagner crea números dedicados a las familias. Es provocador porque puede desenvolverse ante 80 mujeres embarazadas como con niños y adolescentes en quienes obtiene una atención colectiva.

NO SE PUEDE NEGAR A LA MUERTE

Como urbanizados y modernos la muerte es algo que para muchos se niega.

"Para nada es agradable hablar de la muerte. Pero no se puede negar. En el campo se asimila con más naturalidad. En la ciudad se intentan evitar realidades y la muerte es una realidad".

No siempre la muerte es risas. Jorge Tuvo que encarar de nuevo a la muerte.

"Mi esposa tenía cáncer terminal y junto a mis hijas de pequeñas realizábamos reuniones para entender el proceso de que en un momento su cuerpo dejaría de funcionar. La naturaleza me permitió prepararme al anunciarse con anticipación. A mí me tocó lo que a otros les toca en un lapso más amplio e inesperado. Si sabes que alguien tiene contados los días te vuelves más alerta para vivir".

Desde ahí la vida en la muerte han sido pasos donde encontró una manera tierna y a la vez implacable de lo que la muerte implica, que es preguntarse de ¿dónde venimos? Para que cada espectador lo asimile en su intimidad.

SECTORES DONDE DESCONOCEN EL DÍA DE MUERTOS

En la actualidad Jorge "El Chilango Germano" da a conocer las tradiciones de Día de Muertos en sectores donde no son participes a estas festividades. Tal es el caso de ir a escuelas donde todos los alumnos reciben educación anglosajona o extranjera.

La manera como lo ejerce es tierna y a la vez implacable. Llena vacios de silencios donde no hay palabras.

Con el poder de sus ojos pareciera que abre una flor, en un instante su expresión es de gozar una carcajada como un lamento.

Jorge al convertirse en Morfis teje una historia cuando la vida enmudece y no perdona a nadie. El personaje se vuelve en un doctor, un policía, un alquimista que busca negociar con la muerte para que no se lo lleve, pero al final a todos se los truena la flaca, en una recreación lúdica.

La danza de la calaca es plena en todos los estratos sociales, deja recuerdos en la vida de los demás. Como es el espectáculo de pantomima de Jorge.

EXPORTAR A EUROPA LAS TRADICIONES

"Por lo flaco y tilico me sale bien la mimetización con los huesos de un títere. Instalo un tema de muertos en los escenarios y es todo un ritual".

Jorge no lo hace trágico. Lo implementa en un plano digerible y aceptable en que puedan divertirse los niños entre más de 60 minutos de espectáculo infalibles de amor, donde al espectador no lo envuelven las nostalgias que lo dejan a uno cargar con ella por cuadras y cuadras al recordar a la muerte con dolor.

Entre sus proyectos está el regresar al país de sus padres para implementar en calles y plazas de Alemania la magia del mimo que de un baúl saca trajes y sombreros.

"Quiero llevarlo a Europa porque soy bicultural y los valores estéticos son muy valorados".

¿Pero cómo vive Jorge a la muerte?, él asegura que la muerte nos regresa a la realidad de cómo se vive la vida y nos hace cuestionarnos qué somos ante la muerte. Porque al final "cada instante se va muriendo".

Pareciera que hay personas que tiene más miedo a la gente que a la muerte.

"Hay que brincar la propia sombra. Hay que superarla. Es una idea que tiene que ver con la propia muerte. Es la contra parte de lo que crees que eres. Una frase popular alemana".

HVI