Papa Francisco: Con el demonio no se dialoga

ECATEPEC, México, feb. 14, 2016.- Durante la homilía de este domingo en Ecatepec ante más de 300 mil personas, el Papa Francisco denunció cómo el comportamiento del hombre crea "una sociedad de pocos y para pocos".

"Nuestro Padre es el Padre de una gran familia, es nuestro Padre. Sabe tener un amor único pero no sabe generar y criar hijos únicos. Es un Dios que sabe de hogar, de hermandad, de pan partido y compartido. Es el Dios del Padre nuestro no del "padre mío" y "padrastro vuestro", dijo el Santo Padre durante la misa multitudinaria concentrada en el municipio mexiquense.

Recordó que la cuaresma es un tiempo de conversión y que este tiempo se ve amenazado por ‘El padre de la mentira’.

"Cuaresma es un buen momento para recuperar la alegría y la esperanza de sentirnos hijos amados del Padre", agregó.

Subrayó que son tres las tentaciones que buscan degradar y degradarnos: la riqueza, la vanidad y el orgullo.

Sobre la riqueza dijo que "adueñándonos de bienes que han sido dados para todos y utilizándolos tan sólo para mí. Es tener el pan a base del sudor del otro, o hasta de su propia vida. Esa riqueza que es el pan con sabor a dolor, amargura, a sufrimiento".

Añadió: "En una familia o en una sociedad corrupta es el pan que se le da de comer a los propios hijos".

También criticó "la búsqueda de prestigio con base en la descalificación continua y constante de los que no son como uno".

"La búsqueda exacerbada de esos cinco minutos de fama que no perdona la fama de los demás, haciendo leña del árbol caído", lamentó.

La tercera tentación que nombró fue "el orgullo", el "ponerse en un plano de superioridad del tipo que fuese, sintiendo que no se comparte la vida común de los mortales".

El Santo Padre expuso durante la celebración eucarística que "con el demonio no se dialoga, porque nos va a ganar siempre, solo la fuerza de la palabra de Dios lo puede derrotar".

"Sabemos lo que significa ser seducidos por el dinero, la fama y el poder. Por eso, la Iglesia nos regala este tiempo, nos invita a la conversión con una sola certeza", concluyó el Papa Francisco e invitó a la multitud arepetir tres veces: "Tú eres mi Dios y en ti confío".

En su mensaje final, al término de la misa, el papa Francisco invitó a todos los asistentes a estar en primera fila, a primerear en todas las iniciativas que ayuden a esta bendita tierra mexicana, una tierra de oportunidades, para que no haya necesidad de emigrar para soñar, donde no haya necesidad de ser explotado para trabajar, donde no haya necesidad de hacer de la desesperación y la pobreza, el oportunismo de unos pocos.

Una tierra que no tenga que llorar a hombres y mujeres, a jóvenes y niños, que terminan destruidos en las manos de los traficantes de la muerte.

LLH