Desplazados de Sinaloa sobreviven con mínimos recursos

CIUDAD DE MÉXICO, México, jul. 31, 2015.- Gabriela García, desplazada por la violencia, Sinaloa:"La mayoría nos vinimos hasta aquí, no teníamos más a donde recurrir, era donde conocíamos más.

Al igual que Gabriela, decenas de familias desplazadas de Ocuragüe llegaron a Guamuchil, para refugiarse de la violencia que sembraron los grupos criminales en su comunidad, ubicada a 6 horas de distancia de donde habitan ahora.

Viven en casas que estaban abandonadas e invadieron.

En casas prestadas o rentadas.

Gabriela cuenta que para sobrevivir y poder pagar una renta se juntaron 3 familias en la misma vivienda, la cual habitan 13 personas: 6 adultos y 7 niños:

"Hemos sufrido mucho por todo, la comedera y sin trabajo, sin empleo. Mi esposo al diario".

Gabriela y su familia llevan 3 años y medio fuera de su comunidad, sueñan con volver, sin embargo, asegura que no existen garantías para regresar:

"Al que va, va con condiciones, seguir en lo mismo que están ellos, en las condiciones de si regresas: cuantos días vas a cuidar, en que entrada, las noches".

Nereyda García; desplazada por la violencia, Sinaloa: "Mi casa no la destruyeron pero está ocupada con gente y a mí nunca me la pidieron prestada ni nada; se metieron a invadirla".

De las ayudas que según han recibido los desplazados por la violencia en Sinaloa, están 65 casas que se construyeron a las afueras del municipio de Sinaloa de Leyva.

Sólo que esas viviendas no cuentan con ningún servicio y están completamente alejadas del área urbana.

El ayuntamiento de Sinaloa de Leyva refiere que la falta de luz es por la burocracia de la CFE; que el agua y el drenaje llegará pronto, pero no dice cuando.

No obstante que el 14 de diciembre de 2014, el alcalde de Sinaloa de Leyva encabezó una ceremonia de entrega de viviendas, que hasta la fecha no están en condiciones de ser habitadas.

Israel Obeso, director de planeación municipal de Sinaloa de Leyva:"Son 42.3 metros cuadrados de construcción -¿cuánto costaron?- el proyecto nos arroja con todo y servicios alrededor de 130 y tantos mil pesos, cada vivienda, de acuerdo al proyecto, el desplazado, la familia desplazada le tocó aportar 10 mil 600 pesos".

Una aportación que aún no da frutos.

Y a pesar de las condiciones de las casas, don José, uno de los desplazados que salió sorteado, decidió llevar una cama para dormir en ocasiones y cuidar la casa en que sueña un día poder vivir.

José, desplazado por la violencia en Sinaloa:"Nosotros podemos ser 9 -¿y cómo se van acomodar?- pues pienso que ahí entre los cuartitos, la cocina la pienso poner por fuera para que aiga más espacio."

Esperanza Hernández encabeza la lucha de 328 familias desplazadas distribuidas en los municipios de Guamuchil, Culiacán, Guasave y Los Mochis.

Tras recibir varias amenazas luego de emprender una lucha social para hacer visible el fenómeno de los desplazados y buscar apoyo de las autoridades, Esperanza abandonó un tiempo Sinaloa para salvaguardar su integridad.

Su caso llegó a diversos organismos de derechos humanos, nacionales e internacionales los cuales solicitaron medidas cautelares, como la protección.

Esperanza, quien sueña con volver a Ocuragüe, su pueblo, sostiene que aún no hay condiciones para regresar, no obstante, que algunas personas empiezan a hacerlo.

"Algunas familias si han regresado pero por desesperación porque aquí las condiciones de vida son muy difíciles para las personas; ahora veo peor la situación".

En abril de 2013, la Comisión Estatal de Derechos Humanos en Sinaloa emitió una recomendación sobre el tema al gobernador y los alcaldes de los 18 municipios.

La cual tuvo una respuesta tibia por parte de las autoridades señala el ombudsman.

Juan José Ríos; presidente Comisión Estatal de Derechos Humanos de Sinaloa:

"De manera específica nos ha preocupado que no tenemos un censo propiamente oficial que nos ayude a identificar este número; sino identificamos cuantas personas hay desplazadas no vamos a saber generar, por un lado, las políticas públicas convenientes para aplicar."

Y es que a diferencia de los "refugiados", los desplazados por la violencia no cruzan fronteras en busca de seguridad, se quedan en su país.

En su estado.

Buscando sobrevivir.

Una sobrevivencia que los desplazados de Ocuragüe, en Sinaloa, enfrentan de forma distinta.

A 3 años y medio de que el pueblo quedó totalmente vacío unos dicen que ya se puede regresar, otros piensan lo contrario.

Eligio Barraza; desplazado por la violencia, Sinaloa:"Miramos ya la cosa calmada. Así como está ahorita, calmado oiga y pues que mejor que en su rancho de uno; el temor como no oiga. Pero también el sufrimiento de uno, andar rodando, andar pa fuera".

Gabriela García: desplazada por la violencia, oriunda de Ocuragüe, Sinaloa: "Han comentado también que si regreso voy a ir, pero que no ande pidiendo lo que ya perdí; que a mi casa no vaya, si hay otra casa desocupada yo me voy a meter ahí y no ande pidiendo lo que ya perdí, y cómo que perdí eso. Si nosotros nos salimos por seguridad y cuidarnos todos."

BLR