CAMPECHE, México, dic. 28, 2014.- Los antiguos mayas eran un pueblo de guerreros. Sus soldados, disciplinados y entrenados para el combate, formaban parte de la clase gobernante.
El pueblo les rendía homenaje porque eran la base de su poderío y defensores de los ataques enemigos.
José Baas, custodio de la zona arqueológica Tacob, señala que ‘conservar el poderío que ellos tenían durante la estancia aquí en la tierra y esa es una manera más para ver el avance que ellos tenían para conservar el recuerdo’.
Representar a sus jefes guerreros en piedra es una forma de inmortalizarlos. Los mayas plasmaban en piedra las imágenes de sus personajes más importantes de la sociedad. Uno de ellos eran sus guerreros.
En la ciudad maya de Tacob, al noroeste de Campeche, una pequeña estela y la escultura en piedra de la cabeza de un guerrero confirman la jerarquía que tenían.
José Baas, custodio de la zona arqueológica Tacob, indica que hay ‘un guerrero maya, prácticamente es un personaje importante que es parte de la sociedad, de la alta jerarquía’.
La religión maya era politeísta. Adoraban a numerosos dioses con aspectos naturalistas como el agua, el fuego, el aire, la tierra entre otros. Rendirles culto estaba reservado a unos pocos, entre ellos los guerreros.
Gerardo Acosta, investigador local, dice que tienen ‘un guerrero maya dándole una ofrenda a su Dios, como ellos veneraban a sus dioses, entonces la ofrenda que ellos le brindaban al Dios pues para ellos era importante’.
Sus armas eran de madera, piedra, pedernal y obsidiana; hacían cuchillas, lanzas de diferentes tamaños y hachas que recibían el nombre de b’aj y las llamadas jul, de tipo arrojadizo, como cerbatanas, jabalinas y hondas.
Los mayas fueron un pueblo guerrero que profundizó como pocos en las ciencias y en las artes.
MLV
