Joven esclavizada en Tlalpan comía plástico y crema corporal

CIUDAD DE MÉXICO, México, abr. 27, 2015.- Ella es Zundorí. Así pide que la llamen ahora que quiere empezar de nuevo después de que se liberó del cautiverio en el que estuvo los últimos 5 años.

Es una mujer de 22 años de edad, aunque su aspecto físico es de una joven de 14. Pero, por dentro, sus órganos internos y sus funciones son de una persona de 81 años, de acuerdo con el dictamen médico practicado por la Procuraduría Capitalina.

Durante 5 años la retuvieron en este negocio dedicado a planchar ropa, ubicado en calle Izamal, Manzana 134, Lote 22, colonia Lomas de Padierna, delegación Tlalpan.

Aquí la obligaron a realizar trabajos forzados, sin alimento y sin descanso mientras permanecía encadenada.

Para obligarla a seguir trabajando, le causaron múltiples lesiones graves en todo su cuerpo.

Zundori, víctima de trabajo forzado: “Me ponía la plancha en mi cuerpo, en varias partes de mi cuerpo lo llego a hacer ¿por qué te llegaba a quemar? Por lo mismo que no tenía tiempo para todo el trabajo, las quemaba, no lo hacía bien; había días que no dormía nada; pues porque me obligaba a mantenerme despierta para seguir trabajando.”

Hace 5 años, Zundori solicitó trabajo en esta planchaduría. Le pidió ayuda a la dueña, Leticia, pues había escapado de su casa por malos tratos y no tenía un lugar para vivir.

“Ella me decía que me iba a tratar como si yo fuera una de sus hijas, yo le decía mama; me golpeaba, me llegó a golpear con palos, con lo primero que había; en todas partes de mi cuerpo; ¿Además de palos, fierros, plancha que mas hubo? Tubos, herramienta de plomería”, dijo Zundori.

Leticia Molina Ochoa la encadeno y obligo a trabajar de día y de noche.

Ella junto con sus dos hijas Ivette y Janete la obligaban a cumplir con extenuantes jornadas de trabajo, sin pagarle y alimentándola solo una vez al día.

“¿Te daban de comer? No, a veces, llegue a estar mucho tiempo sin comer ¿Cuánto es mucho tiempo? 5 días; tomaba agua, masticaba plásticos de ahí con que cubría la ropa ¿Qué hacías con los plásticos? Los masticaba y me los comía ¿Que más llegaste a comer? La crema del cuerpo”, explicó Zundori.

Los exámenes médicos encontraron también cabello en su estomago. Cabello que Zundori se arrancaba y comía.

El pasado martes en la noche Zundori logró escapar. Leticia no cerró el candado de la cadena que tenía en el cuello, por lo que le pidió ir al baño.

La planchadora donde trabajaba Zundori es un espacio de 2 por 2 metros que se encuentra detrás del negocio y es precisamente por esta puerta donde está el baño trasero por donde logra escapar después de brincar por esta barda.

Zundori pidió ayuda. Llego al ministerio público y denunció a Leticia y a su familia.

Un día después, la Procuraduría General de Justicia del Distrito Federal solicitó orden de cateo para el establecimiento. Se detuvo a cinco probables responsables.

Leticia Molina Ochoa, dueña del negocio y a su hermana Fani; así como a la pareja sentimental de Leticia: José de Jesús Sánchez Vera; y a las 2 hijas de Leticia: Ivette y Janette Hernández.

Se determinó ejercer acción penal contra los cinco probables responsables. Las mujeres fueron remitidas al Centro Femenil de Readaptación Social de Santa Martha Acatitla, y el hombre al Reclusorio Preventivo Varonil Oriente, todos acusados del delito de trata de personas en su modalidad de trabajos forzados.

En la averiguación previa iniciada en la Fiscalía Central de Investigación para la Atención del Delito de Trata de Personas.

Zundori permanece en un albergue en la ciudad de México.

Padece una severa anemia, que de acuerdo con los médicos, ponen su vida en riesgo.

BLR