Celebran misa por aniversario de canonización a Juan Diego

CIUDAD DE MÉXICO, México, jul. 31, 2014.- Se cumplen doce años de la canonización de San Juan Diego.

 

Juan Diego Cuauhtlatoatzin nació en 1474 en Cuautitlán, originario de la etnia chichimeca.

 

Fue en 1531, cuando tenía 57 años de edad, que la virgen de Guadalupe tuvo algunas apariciones ante él.

 

Juan Diego murió en 1548, a los 74 años de edad, está sepultado en la Ermita Guadalupana, hoy Antigua Parroquia de Indios.

 

La Congregación para la causa de los Santos en el Vaticano, reconoció a Juan Diego como un hombre virtuoso durante su existencia física y que por su ejemplo, merecía ser invocado como santo.

 

Antes, el 6 de mayo de 1999, en el segundo viaje del papa Juan Pablo II a México, celebró la beatificación de Juan Diego.

 

El 31 de julio de 2012, en la Basílica de Guadalupe, durante la quinta y última visita del papa Juan Pablo II a México, presidió la misa de canonización de Juan Diego.

 

Hoy, con motivo del aniversario 12 de su canonización, se llevó a cabo, al medio día, en la Basílica de Guadalupe, una celebración religiosa que presidió monseñor Armando Colín Cruz, obispo auxiliar de la Primera Vicaría de la Arquidiócesis de México, con los obispos auxiliares y el cabildo de Guadalupe, encabezado por monseñor Enrique Glennie Rector de Basílica.

 

Monseñor Colín leyó un mensaje del cardenal Norberto Rivera Carrera quien recordó la violencia que se vive en la franja de Gaza.

 

“Que si bien muchos estarán viviendo momentos difíciles en medio de preocupaciones, angustias, enfermedades, de injusticias, de guerras, de asesinatos, secuestros, violencia, como está sucediendo en la Franja de Gaza entre palestinos y judíos, donde reina la muerte y la desolación, a quienes encomendamos en nuestras oraciones, lo mismo a todos los que han fallecido en los vuelos caídos y otros sucesos trágicos que nos ensombrecen, mas pese a ello, nunca debemos perder la esperanza”, dijo monseñor Colín. 

 

El papa Francisco ha nombrado a San Juan Diego, como patrono de los floricultores y floristas.

 

 

LLH