CIUDAD DE MÉXICO, México, abr. 18, 2014.- Paso a paso, la Pasión de Cristo fue rememorada en el atrio de la Basílica de Guadalupe.
Los fieles católicos acompañaron la procesión encabezada por las figuras del Cristo cargando la Cruz y la virgen María las cuales fueron llevadas en hombros por jóvenes que partieron de la Parroquia de Indios y recorrieron las 14 estaciones del viacrucis, los 14 momentos que vivió Jesús desde que fue sentenciado a la crucifixión hasta que fue sepultado.
Se recordaron las caídas del Cristo vencido momentáneamente por el peso del madero, un pasaje que llama a aceptar la fragilidad humana, a no dejarse vencer por las dificultades, y a no ser indiferente ante quien necesita de ayuda, como lo revela el quinto misterio, en el que el Cirineo ayudó a Cristo a cargar la Cruz.
En el interior de la Basílica, los fieles escucharon el sermón de las siete palabras, las últimas siete frases que pronuncio Cristo, la primera de ellas la solicitud a Dios para que perdonara a quienes lo llevaron a la cruz.
Con la Basílica a media luz, el altar sin adornos, la figura de Cristo cubierta por un manto rojo dio inicio la solemne acción litúrgica de la muerte de Jesús. Una muerte derivada, dijo el rector del recinto en su homilía, de lo más negativo de las pasiones humanas.
“Fruto del pecado y precisamente eso es lo que Cristo viene a combatir y que triunfa con la resurrección. Nosotros debemos de estar conscientes de que el pecado en nuestra vida no son acciones aíslalas e indiferentes sino que siempre tienen una consecuencia”, señaló Enrique Glennie, rector del recinto.
Se pidió orar por el Papa Francisco para que cuente con la fuerza para gobernar al pueblo de Dios. También se oro por los obispos, los clérigos, los ministros, los fieles creyentes, por la unidad de los cristianos, por los judíos, por los no creyentes, por quienes tienen alguna preocupación, los enfermos, los presos, y los gobernantes.
RAR
Foto: @PadreEChavez