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SALUD

Muere niño en Argentina a causa de una ameba “come cerebros”

En Buenos Aires, Argentina, un niño de ocho años murió después de que nadara en la laguna Mar Chiquita, un espejo contaminado a 400 kilómetros de la ciudad. Las causas que originaron su muerte eran desconocidas hasta hace unos días. 

Después del baño, el pequeño sufrió temperatura, vómitos, fotobía y sonofocia (intolerancia a la luz y el sonido). A los pocos días el menor comenzó a empeorar con problemas respiratorios, convulsiones y encefalitis, hasta fallecer.

En un principio los médicos le diagnosticaron meningitis, sin embargo fue una opción que quedó descartada entre varios hospitales y se concluyó que el niño fue víctima de caso de meningoencefalitis amebiana primaria (MAP) provocada por el parásito Naegleria fowleri, también conocido como la “ameba asesina” o “ameba come cerebros”.

“Es el primer caso de MAP, documentado, producido por Naegleria fowleri en Argentina. Se trata de un caso autóctono, ya que el niño habría adquirido la infección en aguas de una laguna del sector contaminada… El niño se arrojó al agua, la ameba entró por su nariz y se dirigió rápidamente al cerebro.”

Dijo la Sociedad Internacional de Enfermedades Infecciosas (ISID).

La ameba provoca una infección poco común que tiene mayor incidente en el veranos, con apenas 40 casos en Estados Unidos entre el 2007 y 2016. La infección destruye de forma rápida el tejido cerebral. La ameba puede estar presente en todo el mundo, en lugares de agua dulce templada, lagos y ríos. La única manera de entrar al cuerpo es a través de la nariz, no es contagiosa, ni se contrae por beber agua contaminada.

Los síntomas en la  primera etapa de la enfermedad  son parecidos a los de la meningitis bacteriana y aparecen a la semana de que la ameba entra al cuerpo. El paciente puede sufrir dolores de cabeza, fiebre, náuseas y vómitos. En una segunda etapa puede sentir confusión, perdida del equilibrio, alucinaciones y convulsiones. La enfermedad evoluciona con rapidez, de cinco a siete días, hasta que el paciente muere.

Los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC), la tasa de mortalidad es superior al 97%. Es por ello que los especialistas recomiendan no bañarse en espejos de agua contaminados y a los municipios, instalar carteles que adviertan sobre el potencial peligro.