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ARTE Y CULTURA

¿Quién era Juan Diego Cuauhtlatoatzin?

Te decimos todo lo que se sabe del indígena que, según la tradición católica, presenció la aparición de la Virgen de Guadalupe

Algunos historiadores ubican al 30 de mayo de 1548, como la fecha de muerte de Juan Diego Cuauhtlatoatzin, indígena chichimeca que supuestamente atestiguó la aparición de la Virgen de Guadalupe en 1531, y que fue canonizado en 2002 por el Papa Juan Pablo II.

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La figura de Juan Diego es fundamental para el catolicismo mexicano y por ello, muchos historiadores han seguido su rastro con el objeto de formular un retrato más certero de este personaje. Sin embargo, gran parte de los datos que se han recopilado suelen ser contradictorios, e incluso, algunos ponen en duda su existencia y cuestionan los documentos que lo mencionan.

Pero entonces… ¿quién fue el verdadero Juan Diego Cuauhtlatoatzin? Aunque dar con una respuesta concreta se antoja complicado, se puede cotejar la información existente para, en medida de lo posible, aproximarnos hacia una versión más realista.

Estatua de Juan Diego en la Basílica de Guadalupe, previo a la visita de Juan Pablo II en 2002. (Susana Gonzalez/Getty Images).

Aquí se narra…

Para la Iglesia Católica, la Virgen de Guadalupe se le apareció en cuatro ocasiones a Juan Diego en 1531. De estos encuentros en el Cerro del Tepeyac, la imagen milagrosa de una virgen morena de rasgos mestizos quedó plasmada en un ayate donde Juan Diego previamente había colocado unas flores.

Estas apariciones marianas se sustentan en el Nican Mopohua (Aquí se narra), un relato náhuatl de 1556 atribuido al noble indígena Antonio Valeriano, construido a partir de los testimonios de viva voz del propio Juan Diego.

Este y otros pasajes relacionados a las apariciones de la Virgen están contenidos en un libro de 36 páginas publicado en 1649 bajo el nombre: Huei tlamahuizoltica omonexiti in ilhuícac tlatohcacihuapilli Santa María Totlazonantzin Guadalupe in nican huei altepenáhuac México itocayocan Tepeyácac (Por un gran milagro apareció la reina celestial, nuestra preciosa madre Santa María de Guadalupe, cerca del gran altépetl de México, ahí donde llaman Tepeyacac).

Primera página del Huei tlamahuizoltica.

Noble o Macehual

Para el Centro de Estudios Guadalupanos, Juan Diego Cuauhtlatoatzin nació en 1474 en Cuauhtitlán, en el señorío de Texcoco, y fue un indio macehual (clase social baja que sólo estaba por encima de los esclavos). Esta versión coincide con el Nican Mopohua pero se contradice con el Nican Motecpana, documento escrito en el siglo XVII donde su autor, Fernando de Alva Ixtlilxóchitl, asegura que Juan Diego perteneció a la nobleza indígena y era dueño de varias tierras.

La solución de la Iglesia Católica ante este dilema fue afirmar que Juan Diego renunció a su vida acomodada para seguir la causa Guadalupana.

El Águila que habla

La duda sobre la clase a la que perteneció Juan Diego también influye sobre el significado de su nombre.

Si hubiera sido noble, el Cuauhtlatoatzin provendría de cuauhtli, “águila”; tlatoa, “hablar”; huac “como”, más el reverencial tzin, que daría como resultado: “El señor que habla como águila” o “El señor Águila que habla”

Ahora bien, si Juan Diego en realidad perteneció a la clase baja, a su nombre se le quitaría el tzin, y sería Cuauhtlatoa: “El que habla como águila”, o “El Águila que habla”.

Su imagen

La imagen más antigua de Juan Diego es un retrato hablado realizado en el siglo XVIII por el pintor Miguel Cabrera. Este retrato ha sido muy cuestionado pues muestra a un Juan Diego españolizado, alejándose de los rasgos indígenas que entonces imperaban.

Es muy probable que el verdadero Cuauhtlatoatzin era lampiño con cabello lacio, una estatura promedio de 1.60 m. y ojos algo rasgados.

(Susana Gonzalez/Getty Images)

Su vida

Juan Diego tenía 57 años cuando fue bautizado junto a su esposa y su tío. Fueron de los primeros indígenas evangelizados en la Nueva España y recibieron los nombres cristianos de Juan Diego, María Lucía y Juan Bernardino, respectivamente.

Se piensa que Juan Diego quedó huérfano desde pequeño y por eso vivió bajo la tutela de su tío, tal y como lo exigían los usos y costumbres de la época. De acuerdo al Nican Motecpana, María Lucía murió dos años antes de las apariciones de la Virgen y de acuerdo a varios estudios, es muy posible que este matrimonio haya dejado descendencia.

Al enviudar, Juan Diego desarrolló el gusto por caminar a solas y fue llamado “El Peregrino” por sus vecinos. Iba y venía desde su casa hasta Tlatelolco para escuchar misa y asistir al catecismo.

Y ya que mencionamos su lugar de residencia, aquí también hay diferencias. Aunque una teoría dice que Juan Diego permaneció durante su vida adulta en Cuautitlán, lo más probable es que se mudara a Tulpetlac, cerca de Ecatepec, debido a los cambios que la Conquista trajo consigo. Esto último suena más realista, pues si Juan Diego se hubiera quedado en Cuautitlán, sus trayectos hasta Tlatelolco serían de 50 kilómetros, distancia bastante grande como para recorrerla a pie varias veces a la semana.

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Juan Diego murió a los 74 años. De acuerdo a los testimonios murió “pobre en méritos humanos, rico en virtud y fama”.