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CIENCIA Y TECNOLOGíA

¿Por qué los celulares se ponen lentos luego de año y medio?

¿Por qué los celulares se ponen lentos luego de año y medio? Un experto en tecnología responde esta pregunta tan común.

Para muchas personas es normal que su smartphone, por nuevo que sea, comience a ponerse “lento” o a funcionar de una manera en la que no lo hacía cuando salió de la caja.

Tras los primeros 18 meses de vida de un teléfono de gama alta, este parece trabarse con mayor regularidad, mientras que su batería deja de durar tanto por carga.

No obstante, los expertos en tecnología dicen que esto no debería pasar ya que los smartphones más potentes del mercado tienen las capacidades técnicas suficientes como para funcionar perfectamente por varios años.

Con escándalos como el que surgió a finales de 2017, en el que se acusó a Apple de bajar el rendimiento de las baterías de los iPhones en un intento por fomentar el llamado fenómeno de la “obsolescencia programada“, un número cada vez mayor de usuarios de tecnología móvil comenzó a preguntarse si hay una conspiración detrás de esa ralentización típica que los teléfonos inteligentes sufren tras un año y medio de uso ininterrumpido.

Existe gente que está convencida de que todas las marcas que fabrican smartphones, los diseñan de tal forma que funcionen bien durante un tiempo muy limitado para forzar al consumidor a deshacerse de ellos y comprar un teléfono más nuevo.

A esto se le llama obsolescencia programada y, como su nombre lo indica, es una filosofía comercial que deja al consumidor con teléfonos diseñados para durar poco.

Hace al menos un siglo, algunos dispositivos eléctricos fueron hechos para durar toda la vida, ya que las ganancias de una empresa no tenían que ser tan grandes para que esta sobreviviera.

Ejemplo de esta forma de pensar es un foco que fue fabricado a principios del siglo XX y que continúa funcionando en una estación de bomberos sin haberse apagado una sola vez en más de un siglo.

Puedes ver en tiempo real esta proeza de la tecnología de 1901, dando clic en este enlace.

Conforme los dueños de las compañías se fueron dando cuenta de que convenía más hacer focos que duraran menos para fomentar la compra constante de sus productos, el fenómeno de la obsolescencia programada fue propagándose a diferentes industrias, como la de la telefonía inteligente.

Sin embargo, ¿qué de cierto hay en esto? Si bien hay grupos que enseñan a los usuarios a reparar sus propios smartphones para evitar que los desechen tan pronto, algunas compañías han comenzado a hacer que sus dispositivos inteligentes sean útiles por más tiempo y que, al menos, pasen la marca de los 18 meses de uso.

También se sabe que los componentes internos de los dispositivos tienen una fecha “de caducidad”. Un smartphone no solo debe ser funcional, sino también delgado y relativamente barato de fabricar, así que sus componentes internos suelen ser lo más ligeros, funcionales y resistentes posible.

Comparar un foco centenario con un smartphone no es justo. Un smartphone cuenta con componentes hechos con metales escasos y costosos de los que depende su buen funcionamiento, mientras que una bombilla no deja de ser un aparato relativamente sencillo.

Por ejemplo, la iniciativa del smartphone modular fue creada para evitar que el consumidor deseche tan pronto su teléfono y solo vaya actualizando las partes que le hagan falta, como batería, cámara, pantalla o memorias RAM y ROM.

Tras el escándalo de las baterías de Apple, Tim Cook, su director ejecutivo, aceptó que había ordenado bajar el desempeño de las baterías de sus iPhone, pero no para obligar a sus consumidores a renovar sus aparatos cada año, sino para hacer que fueran más compatibles con el nuevo software que ha ido saliendo.

Actualmente, un teléfono debe renovarse para estar a la altura de las apps y los sistemas operativos que se desarrollan y mejoran cada mes, lo que hace que un smartphone, sin importar lo bueno que sea, sí tenga una fecha de caducidad.

¿Es posible usar, por ejemplo, un iPhone 6 en 2018? Por ahora sí. Hace poco, Apple declaró al iPhone 5 como obsoleto, pero no tras 18 meses de existencia, sino tras seis largos años.

De acuerdo a Código Espagueti, el iPhone 5 no fue declarado obsoleto a nivel mundial, sino solo en algunos países, lo que demuestra que las capacidades técnicas de este terminal continúan siendo útiles aun hoy.

Hasta ahora ninguna compañía ha aceptado que sigue el principio comercial de la obsolescencia programada para diseñar sus teléfonos, pero conforme el consumidor se va haciendo de una voz más potente en redes sociales, los fabricantes se esfuerzan cada vez más en hacer teléfonos que sean más confiables por mucho más tiempo.