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ECONOMíA

Michoacán estrecha lazos con China en busca de inversión

La crisis diplomática por la que atraviesa nuestra relación con Estados Unidos ha exigido a autoridades mexicanas locales y empresarios buscar nuevas opciones: si Estados Unidos ya no es la mejor opción para hacer negocios (aún teniéndolo tan cerca) China, aunque lejos, podría ser un socio prometedor con el que no sólo compartimos el mar Pacífico, sino una larga y compleja historia.

Es por eso que el gobierno de Michoacán, junto con un grupo de empresarios también michoacanos, han buscado establecer lazos de negocios e inversión con el gigante asiático; para ello, propusieron un puente de negocios, a través del cual resulte seductora la idea de invertir en Michoacán.

Los negocios, las inversiones y las relaciones internacionales no solamente son dirigidas por el gobierno federal; en ocasiones como esta, los gobiernos locales pueden buscar financiación extranjera, pueden buscar nuevos negocios y abrir sus puertas a inversores que —no necesariamente— están entre las primeras opciones del Gobierno Federal.

Eso sí: no podemos dejar de señalar que políticas públicas como la creación de las Zonas Económicas Especiales, permiten atraer negocios extranjeros. Una de ellas está en el puerto internacional Lázaro Cárdenas, actualmente una de las mayores apuestas del gobierno federal para revivir un puerto que se pensaba olvidado, luego de la oleada de violencia que azotó al estado en los últimos años.

Michoacán puede ser una puerta para los inversionistas extranjeros; no sólo para ese estado, sino para el resto del país, para la zona económica que todavía comparte con Estados Unidos y Canadá y por el posible Acuerdo Transpacífico, que sería un plan para salir de la zona de influencia de Estados Unidos, dadas las últimas políticas del gobierno de Washington.

El gobernador Silvano Aureoles, los secretarios de comercio y economía del estado y un grupo de empresarios michoacanos se han reunido con ministros y alcaldes de ciudades prominentes de China, como Beijing y Shanghai, entre otras: la intención, vender a Michoacán en el mundo como una tierra de promesas, con una rica cultura, una población abierta al trabajo (y necesitada de él) y un estado que ha hecho lo posible para dejar atrás los años de violencia que lo azotaron.

A China nos conectan no sólo las rutas marítimas, el internet y el miedo que le tenemos a Donald Trump; también la historia, la economía y las tradiciones mexicanas les deben mucho a las chinas: desde las “chinas poblanas”, hasta las talaveras y los dulces típicos. Son marcas que nos dejó una relación que ha sido olvidada por la historia, pero a la que debemos volver si queremos cambiar el curso.