Dafne Almazán es una joven de apenas 16 años que ya obtuvo su título de posgrado y que planea continuar con su preparación en otra rama de estudio.
Cuando en 2015 ella se graduó en psicología a los 13 años de edad, se convirtió en la psicóloga más joven del mundo, título que, hasta entonces, le perteneció a su hermano Andrew Almazán, que se recibió por parte de la UVM cuando tenía 16 años.
Tras alcanzar sus metas, Dafne iniciará la carrera en Leyes y al concluirla, cursará un doctorado.
Según su familia, el secreto de estos niños prodigio es enseñarles a leer y escribir desde los dos años de edad, y una vez que hayan dominado estas habilidades, se les deja estudiar lo que quieran.
Con el fin de concluir sus estudios de posgrado en Educación con Acentuación en Mecanismos de Enseñanza–Aprendizaje, Dafne tuvo que realizar una tesis sobre los efectos positivos de la Educación Diferenciada en la Enseñanza de Matemáticas para niños Superdotados en niveles básicos de educación.
Este hito en la historia de la educación en México fue logrado en las aulas del Tecnológico de Monterrey.
A pesar de ser considerada una niña genio, Dafne asegura que lleva una vida completamente normal. Del muro de su consultorio cuelga un título profesional desde hace tres años, pero ella dice que su adolescencia transcurre como la de cualquier otro.
A los 16 años un estudiante promedio va entrando a la preparatoria.
Actualmente Dafne forma parte del Programa de Potenciación Intelectual por parte del Departamento de Psicología del Centro de Atención al Talento (Cedat), que fundaron sus padres y es la menor de tres hermanos que se titularon de psicólogos cuando aún eran menores de edad, Delany y Andrew. Este último dirige las investigaciones científicas del Cedat.
Cuando Dafne tenía apenas dos años de edad, el Cedat determinó que era superdotada.
