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ARTE Y CULTURA

¿Por qué celebramos San Valentín?

Todos los años se celebra el día de San Valentín en el mundo. ¿Pero qué tanto sabemos de esta festividad? ¿Acaso ha existido, tal y como la conocemos, a lo largo de la historia? ¿Quién es el santo que le dio nombre? ¿Por qué se relaciona esta fecha con el amor romántico?

En realidad, la historia del día de San Valentín es algo confusa y llena de malentendidos. Esta tradición está atravesada por el imaginario del amor cortés medieval de Chaucer, por viejas festividades paganas de Roma, por los deseos de martirio de una cristiandad naciente, la sensibilidad victoriana y, claro, el capitalismo al alza en el siglo XX.

Así, para que conozcan algunos datos sobre esta peculiar tradición, les explicaremos los elementos esenciales de la festividad del amor y la amistad. Entre cabezas decapitadas, niñas ciegas, fiestas de la fertilidad paganas y ritos cortesanos de seducción, la historia de este día es mucho más complicada que la trillada imagen de rosas y corazones.

(AP Photo/Valentina Petrova)

¿Quién era San Valentín?

Nadie sabe a ciencia cierta quién era San Valentín. En los siglos V y VI, era común en la literatura sobre santos (o hagiografías) mezclar toda clase de vidas y leyendas. Los martirios de cada santo de la primera cristiandad se mezclaban los unos con los otros y era una práctica habitual agrupar las historias de varios mártires en la vida de un mismo santo. Así, se habla de diferentes santos bajo el nombre de Valentín cuyo día se celebra el 14 de febrero.

Uno de ellos es Valentín de Roma, un cura romano que fue martirizado en el siglo III y que se convirtió en santo en el siglo V bajo el papa Galesius. Otro es Valentín de Terni, un obispo de Terni que fue martirizado por el emperador Aurelio de Roma, algunos años después, también en el siglo III. También existen referencias a un San Valentín esloveno que representa a la primavera, a las abejas y a la salud. Y, claro, hay un último San Valentín que fue martirizado en África sin que se sepa gran cosa de él.

(AP Photo/John Cogill)

Sin embargo, a pesar de las discrepancias, la historia de San Valentín empezó, finalmente, a juntar la vida de todos estos hombres. El llamado “padre de la historia inglesa”, San Beda el Venerable, habla de un San Valentín de Roma que fue encarcelado por el emperador Claudio II. Según la historia de Beda, tanto como Claudio como Valentín trataron de convertir al otro a su religión. Al no conseguirlo, Valentín fue martirizado. Según cuenta esta leyenda, antes de ser decapitado, Valentín realizó un milagro al regresarle la vista a la hija del carcelero Asterius. Tanto la hija como toda la familia de Asterius se convirtieron entonces al cristianismo.

A partir de ahí se han añadido muchos detalles a la historia de San Valentín. En algunas leyendas se habla de que, como agradecimiento por su milagro, la hija ciega de Asterius plantó un almendro sobre su tumba; otras cuentan de la carta que le escribió Valentín antes de morir y que firmó como “Tu Valentín”, creando así la tradición del intercambio de cartas, notas y postales.

Otra leyenda popular cuenta que San Valentín era un cristiano durante el imperio de Claudio que convertía a soldados y los ayudaba a realizar sus romances prohibidos casándolos clandestinamente. Supuestamente (a pesar de que no hay ninguna prueba histórica de esto) Claudio prohibía el matrimonio a sus soldados para no distraerlos de las labores de guerra.

Al ser atrapado por las fuerzas imperiales, San Valentín habría sido martirizado y decapitado; con todas las historias de prisión e hijas ciegas de carceleros incluidas.

Cráneo de San Valentín en Santa Maria Cosmedin, Italia

En cualquier caso, una de las pruebas de la dispersión que existe entre todas estas leyendas es la cantidad de reliquias de San Valentín esparcidas por toda Europa. En el siglo XI llegó, por ejemplo, la cabeza de San Valentín a la abadía de New Minster en Winchester. Y la cabeza de San Valentín también se encuentra, adornada con flores y a la vista del público, en la Basílica de Santa Maria en Cosmedin, Italia. Claro, como se pueden imaginar, dudamos seriamente de que San Valentín tuviera dos cabezas.

En cualquier caso, no siempre se celebró el día de San Valentín en conexión con el amor romántico. El día de San Gregorio, el 12 de marzo, era el día oficial del amor y el patrón del amor siempre fue, tradicionalmente, San Antonio. Sin embargo, la relación de San Valentín con festividades paganas de comienzo de la primavera, pudieron acercar la idea de la fertilidad con las confusas historias del santo.

¿Por qué se celebra el 14 de febrero?

Hay diversas teorías históricas sobre la fecha en que se celebra el día del amor y la amistad. Muchas de estas teorías apuntan a la festividad romana de Lupercalia, una fiesta de la fertilidad que ocurría todos los años, a mediados de febrero. De hecho, llamamos febrero a este mes por la celebración romana de la Februalia, un ritual de purificación que se realizaba durante estas festividades.

Supuestamente, para librarse de estas fiestas paganas en las que se celebraba a los pastores y a la fertilidad, el papa Gelasio I abolió las Lupercalia y las reemplazó por la festividad cristiana del día de San Valentín. A partir de ahí, como celebración oficial de un santo, el día de San Valentín ha cambiado de significado.

En el siglo XIV, el famoso escritor medieval Geoffrey Chaucer (que creó Los Cuentos de Canterbury), relacionó, en un poema, la festividad de San Valentín con la reproducción de los pájaros y el amor cortés. Y ésta parece ser la primera relación directa y comprobada del amor romántico con el 14 de febrero. A pesar de que Chaucer parece mencionar la festividad como algo tradicional, bien puede ser que él mismo haya inventado la relación de San Valentín con el amor.

En cualquier caso, se estableció un fuerte vínculo entre distintas celebraciones medievales del amor cortés y el 14 de febrerbo. Así, en el reino de Carlos VI, en Francia, se celebraban diferentes festividades, ceremonias de amor cortés y justas entre caballeros ese día. Y, desde entonces, la celebración se convirtió en un tema literario recurrente (tenemos, incluso, una mención de esta celebración en Hamlet de Shakespeare).

En la época victoriana de recato absoluto y prudencia se creó la tradición de darse notas anónimas para satisfacer una sexualidad duramente reprimida. Desde entonces, se ha creado un enorme negocio de venta de tarjetas, regalos y chocolates. En 2015, en el Reino Unido solamente, se gastaron 1.9 mil millones de libras en regalos relacionados con las celebraciones de San Valentín. En 1835, se enviaron 60.000 cartas de San Valentín en el Reino Unido; y, actualmente, se mandan 190 millones de tarjetas de San Valentín todos los años en Estados Unidos.

Así, de las historias confusas de un santo pasando por el amor cortés y la prudencia sexual victoriana, la celebración de San Valentín ha llegado a nosotros como un enorme negocio. En todo caso, todo el significado que puede tener esta tradición se lo hemos dado nosotros, con el tiempo; y si algo nos enseña la historia es que el origen de las tradiciones puede ser demasiado confuso frente a la sencillez  cotidiana de sus prácticas.

(AP Photo/Muhammed Muheisen)