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CRIMEN Y SEGURIDAD

Mata a su padre con pala por haberla violado desde su niñez

Mata a su padre con pala por haberla violado desde su niñez; fue sentenciada a casi una década de prisión tras declararse culpable.

Barbara Coombes, ciudadana británica de 67 años, fue sentenciada a nueve años de prisión tras haberse declarado culpable de haber golpeado a su padre, de 87 años de edad, con una pala hasta matarlo.

El crimen fue cometido en Reddish, dentro del condado de Gran Mánchester, Reino Unido, en 2006, cuando la parricida tenía 51 años de edad.

De acuerdo a reportes del diario británico The Guardian, la agresora atacó a su padre una vez que encontró entre sus posesiones una serie de fotografías pornográficas en la que ella aparecía con otros menores cuando era niña.

El portal indica que las memorias reprimidas de la infancia de Coombes se dispararon y que fue así como ella comenzó a recordar las reiteradas ocasiones en las que su padre abusó de ella y la violó desde que cumplió seis años de edad.

Fue entonces cuando la agresora tomó una pala del jardín familiar y la usó para golpear el cráneo y el cuerpo del hombre antes de cortarle la garganta con la parte filosa de la herramienta para quitarle la vida.

Tras enterrar el cuerpo en el jardín al día siguiente del homicidio, la mujer informó a los familiares que su padre había fallecido a causa de un ataque al corazón y que su cadáver había sido cremado.

Casi 12 años después, en enero de 2018, los vecinos de Coombes la denunciaron ante las autoridades locales debido a que sospechaban que la versión de la muerte de su padre era falsa.

Enfrentada a la Policía local de la comisaría de Stockport, la agresora confesó el asesinato y reveló el lugar donde había enterrado el cadáver de su padre.

Una vez obtenida la confesión, policías de Reddish encontraron el cuerpo de Kenneth Coombes, justo donde su hija lo había sepultado 12 años atrás.

Durante su proceso judicial, Coombes dijo que su padre, un veterano de la Segunda Guerra Mundial, la había tratado como una “esclava sexual” durante toda su vida.

Posteriormente, la agresora indicó ante la corte que su progenitor pudo haber sido el padre de su primer hijo, David, que murió al poco tiempo de haber nacido.

Barbara Coombes declaró también que el abuso continuó hasta que ella cumplió 50 años de edad y que por ello nunca llevó una vida normal con amigos, pasatiempos, trabajo estable o viajes fuera de su pueblo.