“Los recién nacidos que se parecen a su padre al nacer son más saludables un año después,” indicó un estudio publicado en la revista Science Direct.
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Según el reporte llevado a cabo por los investigadores Marlon R. Tracey y Solomon W. Polachek, el parecido de un bebé a su padre hace que este pase más tiempo con su hijo, lo que deriva en beneficios a la salud del infante.
“Un día extra mensual de tiempo con un hijo recién nacido tiene efectos en la salud del niño, en especial en familias frágiles,” indica la investigación.
Los investigadores concluyeron en que la presencia de un padre aumenta en un 10% la salud del bebé pues al estar con él, aumenta la atención sentimental, económica y de salud.
La investigación también indica que estos niños tienen menos riesgo de ser hospitalizados, de tener crisis de asma o incluso acudir a la sala de urgencias durante sus primeros años de vida.
El reporte explica que al ver parecido físico en su hijo, un padre se siente más comprometido con él y asumirá responsabilidades que todos los padres deberían asumir sin importar el físico, pero que, en algunos casos, no sucede así.
Se estima que un padre que se sienta seguro de su paternidad, pasará en promedio 2.5 días más al mes con sus bebés.
Estas conclusiones son el resultado del estudio de la dinámica de más de 700 familias, de las cuales, ambos padres aseguraron que el bebé se parecía al papá.
El estudio preliminar en el que se basaron Tracey y Polachek, se titula Familias Frágiles y el Bienestar de los Niños, y se llevó a cabo entre 1998 y el año 2000, con padres de las principales ciudades de Estados Unidos.
A lo largo de un año se observó cómo interactuaron los padres con sus hijos recién nacidos y qué efectos tenía su presencia en su salud.
Al final se concluyó que los niños que veían más a los padres, tenían mejores índices de salud, comparados con aquellos que vivían únicamente a cargo de su madre.
