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CIENCIA Y TECNOLOGíA

Por esta razón nos enojamos cuando tenemos hambre

La irritabilidad es uno de los efectos que provoca la falta de alimento en el organismo humano, pero ¿por qué ocurre esto?

Contrario a lo que muchos piensan, la idea de que el hambre puede causarnos mal humor no es un mito. De hecho, esta teoría está sustentada científicamente.  Cuando dejamos de comer el nivel de glucosa desciende en la sangre y la reacción del cuerpo es aumentar la producción de adrenalina y cortisol, ambas hormonas relacionadas con el estrés.

La adrenalina incrementa la capacidad de reacción y activa el sistema nervioso del individuo; a la par se producen neuropéptidos, pequeñas moléculas que provocan la sensación de hambre y el deseo por satisfacerla. En tanto, el cortisol se origina en la glándula suprarrenal, elevando el nivel de azúcar en la sangre y permitiendo que el hígado realice la síntesis de glucógeno que permitirá contrarrestar a la insulina.

Aunque estos efectos son positivos, las dosis elevadas de estas hormonas durante un tiempo prolongado hacen que los individuos se vuelvan más irritables.

Esta sobreproducción hormonal provoca que las personas se activen y busquen comida (algo parecido al proceso que lleva a los animales a cazar), pero también los lleva a incrementar su agresividad, haciéndolos más propensos a tener reacciones negativas ante los estímulos de su entorno.

Aquellos que son juzgados por ponerse insoportables cuando no comen a sus horas ahora pueden escudarse con esta información. Aunque claro, para evitar problemas quienes sienten que empiezan a ponerse irritables por la falta de comida pueden consumir un dulce para que el nivel de azúcar en su sangre aumente en lo que tienen la oportunidad de consumir alimentos.