Al menos siete países, Francia, Reino Unido, Holanda, Bélgica, Alemania, Suiza y Suecia, ya son afectados con la crisis de los huevos contaminados por fipronil, una molécula que se utiliza para acabar con el ácaro rojo de las gallinas.
El fipronil en grandes cantidades puede llegar a ser tóxico para los humanos. La Organización Mundial de la Salud lo tiene prohibido en los animales que son del consumo humano.
En Holanda ya fueron bloqueadas 180 granjas tras descubrir que los niveles de fipronil superaba los límites autorizados por el reglamento de Europa. En Bélgica se cree que el al menos 57 empresas podrían estar contaminadas lo que representa un cuarto de las 210 granjas con gallinas en todo el país.
En los países afectados se han retirado y destruido millones de huevos que procedían de Holanda, país que cuenta con casi 50 millones de gallinas ponedoras.
En Holanda y Bélgica se encuentran investigando, con cargos penales, sobre el uso clandestino de fipronil.
Alrededor de 300 mil gallinas contaminadas fueron sacrificadas y varias millones más podrían tener el mismo destino si los criadores creen que no es rentable mantenerlas vivas al no haber salida para los huevos. Diferentes organizaciones en defensa de los derechos de los animales tienen planeado manifestarse contra el sacrificio de las gallinas.
