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ARTE Y CULTURA

Pensaron que tenían un anillo de juguete, pero resulta ser un diamante de 8 millones de pesos

No es raro encontrar “tesoros” de todo tipo en tianguis, ventas de garage, o tiendas de empeño; por lo general, estos suelen ser objetos con algún valor sentimental o cachivaches con un atractivo particular.

Pero imagina la sorpresa de una pareja al enterarse de que un anillo de fantasía que compraron hace 30 años en un tianguis de Londres por 10 libras (o 240 pesos), era en realidad… ¡un diamante de 24 quilates!

“El dueño lo tendría puesto al salir de compras, lo tendría todos los días puesto,” dijo Jessica Wyndham a The Guardian. “Es un anillo atractivo. Pero fue adquirido como una joya de fantasía. Nadie tenía ni idea de que tuviera algún valor intrínseco. Lo han disfrutado todo este tiempo.”

Wyndham es la cabeza del departamento de joyería de la famosa casa de subastas Sotheby. Ella estima que el diamante pueda alcanzar un precio de 350 mil libras (¡8.5 millones de pesos!) cuando sea subastado el 8 de junio.

¿Y cómo es que nunca se dieron cuenta de que su compra era un auténtico diamante?

Aunque el diamante sea de un tamaño excepcional, la verdad es que carece del brillo que caracteriza a los diamantes en la actualidad. Los joyeros piensan que el anillo data del siglo XIX, cuando los cortes eran hechos con un enfoque distinto, lo cual podría engañar a una persona no especializada.

No fue sino hasta hace poco que los dueños -que han preferido conservar el anonimato- sospecharon que la piedra pudiera tener algún valor. Un joyero les dijo que el objeto tenía un valor sustancial, y les recomendó que lo presentaran en Sotheby, para que así fuera evaluado para probar su autenticidad.

Y sí, era un diamante. Un diamante enorme.

Wyndham afirma que hoy los dueños “están bastante emocionados. Cualquiera lo estaría en su lugar. Es una cantidad de dinero que te cambia la vida. No obstante tu historial o tus experiencias en el pasado, esto puede transformar la vida de cualquiera.”

Nadie sabe cómo fue que un diamante del siglo XIX terminó en un tianguis de curiosidades a mediados de los 80. Pero esa curiosidad que motivó a esta pareja a comprar un aparente tiliche, hoy les ha brindado un auténtico tesoro.