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SALUD

¡Deje a los niños jugar con lodo y caminar descalzos!

La especie humana está conformada por pensamiento y sentimiento, carne, huesos, sangre, fluidos y, recientemente, investigaciones científicas han encontrado que además estamos compuestos de millones de microorganismos que habitan al interior de nuestro cuerpo.

Somos realmente individuos que estamos colonizados por microorganismos, en la piel, en la superficie corporal, en el tracto respiratorio, sobre todo en la vía respiratoria alta, en el tubo digestivo, en el tracto urinario, en el tracto genitourinario”, explicó la doctora Ana Teresa Abreu, neuro-gastroenteróloga y miembros de la Asociación Científica Internacional de Prebióticos y probióticos.

Por cada célula de nuestro organismo existen 10 células bacterianas. Si se pudieran pesar estos microorganismos, representarían entre uno y dos kilogramos de nuestro peso corporal.

En 2005, estudios científicos establecieron por primera vez conceptos como microbiota, microbioma y probióticos.

Microbiota es el conjunto, es el ecosistema, es el conjunto de microorganismos que habitan en un sitio. Son bacterias, virus, hongos, arqueas que están presentes ahí. El microbioma es otro concepto. Son las mismas bacterias que habitan en el tracto digestivo o cualquier otro hábitat y de las cuales se conoce los genes. Los probióticos son sustancias, son suplementos alimenticios o alimentos funcionales que nos dan un impacto a favor de la salud”, agregó la doctora Ana Teresa Abreu, neuro-gastroenteróloga y miembros de la Asociación Científica Internacional de Prebióticos y probióticos.

“Hoy sabemos que la microbiota es indispensable para mantener nuestra nutrición para desarrollar una respuesta inmunológica apropiada que nos defiende contra la invasión de organismos patógenos. Interviene en el neurodesarrollo y metabólico. Hoy sabemos que cuando se altera la microbiota del intestino se desarrollan enfermedades”, aseveró el doctor Miguel Ángel Valdovinos, gastroenterólogo del Instituto Nacional de Nutrición.

Por ello es que ahora estas investigaciones demuestran que dejar que los niños jueguen con lodo, pisen descalzos el pasto y que coman con los dedos tiene efectos benéficos porque fortalecen sus defensas. También señalan que la higiene excesiva traducida en duchas intestinales, rectales, vaginales, de oídos, afectan el sistema inmunológico.

Una cosa que es muy importante es el uso indiscriminado de antibióticos. No tan sólo porque se causa la disbiosis, alternaciones y se barre la flora intestinal, damos pie a que lleguen bacterias que nos puedan causar infecciones. El uso de antibióticos hace que las bacterias que lleguen ahí y que puedan causar enfermedades se vuelvan resistentes”, añadió la doctora Rosa María Wong Chew, infectóloga y jefa de investigación de la Facultad de Medicina de la UNAM.

“La menor diversidad de bacterias se asocia al mayor desarrollo de enfermedades. Las recomendaciones es que hay que tener higiene, pero no llevar la higiene a un extremo que evite que tengamos contacto con microorganismos. Entonces los niños tienen que jugar con la tierra, no hay que usar detergentes para lavarles las manos todo el tiempo”, opinó el doctor Miguel Ángel Valdovinos, gastroenterólogo del Instituto Nacional de Nutrición.

Las líneas de investigación sobre microbiota continúan y ya se estudia su relación con las enfermedades metabólicas como la diabetes, obesidad, infartos, alergias y otros padecimientos. Esto es importante para el desarrollo de nuevos tratamientos en el futuro.

 

Con información de Irlanda Maya