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CORRUPCIóN

¿De qué se le acusa a Elba Esther Gordillo y por qué no ha pisado la cárcel?

La justicia mexicana ha decidido concederle un amparo a Elba Esther Gordillo para que pase el resto de su encarcelamiento en arresto domiciliario. Esto quiere decir que, después de numerosas convulsiones jurídicas, después de tantas vueltas de tuerca de sus abogados, “La maestra” podrá continuar su proceso penal en la comodidad de su hogar.

Los abogados de Elba Esther han fundamentado el amparo en que Gordillo tiene más de setenta años y problemas crónicos de salud. Y, según la ley, en estos casos se puede permitir, si no hay riesgo de fuga, el arraigo domiciliario mientras se dictamina la culpabilidad del preso.

Sin embargo, la historia del encarcelamiento de Elba Esther Gordillo no es la típica historia de todo reo. No es, ni siquiera, la historia de los reos con más de setenta años que tienen problemas de salud. Porque, en realidad, antes de que se le diera la posibilidad de regresar a casa (cosa que hará en dos semanas) Elba Esther no pasó mucho tiempo en el penal de Santa Martha Acatitla. Y el tiempo que sí pasó en el penal, no lo pasó entre la población general de reclusas.

La defensa de la ex líder sindical se ha empecinado en mostrar el estado de salud delicado de la acusada para llevarla a cuartos privados en hospitales públicos y distintas instituciones de salud privadas. Y, así, Elba Esther ha tenido una cárcel atípica, una de esas cárceles que sólo el dinero puede comprar.

Se derrumba el imperio

(AP Photo/Jose Luis Magana)

Hace cuatro años, el 26 de febrero de 2013, Elba Esther salió de una de sus mansiones en San Diego para tomar su avión privado hacia el aeropuerto de Toluca. De ahí iría a Guadalajara en otro vuelo privado para asistir al 36 Consejo Nacional del Sindicato Nacional de Trabajadores del Estado (SNTE).

Elba Esther llevaba 24 años como presidenta de este poderoso sindicato que cuenta con más de 1.5 millones de afiliados y es, sin comparación, el más grande de América Latina. A la cabeza de este sindicato, “La maestra” fue un brazo fuerte del partido en el poder. Una imagen muy distinta, claro, que la que trató de dar al ser designada para este puesto, en 1989, por Carlos Salinas de Gortari. En ese momento Gordillo dijo, con la frente en alto y la expresión orgullosa:

“Se acabaron los tiempos de los dueños del SNTE, el cacicazgo y el autoritarismo. Por encima de todo ello debe prevalecer la voluntad de la clase trabajadora. No vengo con vocación de cacique (…) tres años más y me iré con la frente en alto”.

Sin embargo, cuando el PRI perdió la presidencia en el 2000, Elba Esther comenzó a cambiar su postura. Pronto, el SNTE quedó a la venta del mejor postor y Gordillo se convirtió en una verdadera fuerza política en el país: tenía el poder de inclinar elecciones, de conseguir simpatizantes en puestos de poder, de gobernar un área turbia de la política nacional. Y Gordillo mantenía, mientras tanto, cínicamente, un tren de vida majestuoso.

Una de las lujosas propiedades de Elba Esther Gordillo en California (AP Photo/Gregory Bull)

Según cifras recopiladas por Terra, la PGR y el SAT mostraron que en sólo dos cuentas del sindicato hubo ingresos que superaban los 7.5 mil millones de pesos al año. Eso significa un presupuesto mayor al de la Suprema Corte de Justicia de la Nación. Y como presidenta del partido, Gordillo manejaba el 1% de todos esos ingresos. Se decía que su fortuna personal ascendía a más de de 20 millones de dólares, con propiedades en zonas lujosas de la Ciudad de México (como Polanco y Bosques de la Loma), condominios de lujo en San Diego y departamentos en París.

Ese 26 de febrero de 2013, el reciente gobierno de Enrique Peña Nieto daría un primer golpe de autoridad que, parecía, inclinaría la balanza del favor público hacia el nuevo presidente: por fin, un líder sindical que mostraba cínicamente los lujos de su estilo de vida, caería bajo el peso de la justicia. No era Romero Deschamps, pero era la figura más controversial y odiada de la política nacional.

En cuanto aterrizó el jet privado de Gordillo en el Aeropuerto de Toluca, ese 26 de febrero de 2013, dos agentes de la Policía Federal Ministerial ingresaron a la cabina en donde “La Maestra” viajaba con su masajista privada. Le anunciaron que estaba arrestada y que tendría que acompañarlos.

Inmediatamente después del arresto, Gordillo se reportó al servicio médico del aeropuerto y, luego, al de la torre médica en Santa Martha Acatitla. En ambos casos se le diagnosticó hipertensión arterial. Y ese diagnóstico se convirtió, a partir de ahí, en uno de los pilares de su defensa.

¿De qué se le acusa  a Gordillo?

(AP Photo/Dario Lopez-Mills, file)

Al investigar las finanzas de la SNTE, la PGR encontró que el ahora dirigente del sindicato, Juan Díaz de la Torre, depositaba dinero en tres cuentas distintas que pagaban los lujosos gastos de Elba Esther Gordillo. Estas tres cuentas pertenecían a las tres personas que fueron arrestadas junto a “La Maestra”.

Como bien relató Leo Zuckermann, no había una gran infraestructura financiera para ocultar los movimientos de las cuentas del SNTE hacia las deudas personales de Elba Esther. No hubo triangulaciones o complejas operaciones y los gastos no se ocultaban como gastos de operación: los 2 mil 600 millones de pesos que se le acusa de desviar fueron depositados, directamente, en tiendas de lujo.

“De la cuenta del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación movía fondos a una cuenta de una persona que luego pagaba la tarjeta de crédito de la maestra en la exclusiva tienda Neiman Marcus. Así de burdo. Nada de triangulaciones sofisticadas, facturas falsas o múltiples traspasos a cuentas offshore. No. Tan sólo “pásenle dinero a Lupita para que pague mi tarjeta de unos trapitos que compré”. Alguien que opera así es porque se cree todopoderosa.”

39.5 millones de pesos a la tienda de lujo Neiman Marcus, transferencias de millones de dólares a tres bancos internacionales, otros más a organizaciones para administrar y comprar propiedades, 21 mil dólares en joyería Chanel, 230 mil dólares a una librería argentina, 175 mil dólares a una galería de Nueva York y un largo etcétera. Así, con todos estos movimientos evidentes, Elba Esther fue acusada de crimen organizado, lavado de dinero, operaciones con recursos de procedencia ilícita y defraudación fiscal.

(AP Photo/Eduardo Verdugo)

La prisión médica

Hasta ahora, no ha sido declarada culpable de ninguno de estos cargos. Es más, se desecharon dos cargos de defraudación fiscal en su contra por fallas al debido proceso. Y todo porque sus abogados han surcado hábilmente las aguas turbias de la justicia mexicana. Es por eso que Gordillo ha pasado su condena en una habitación privada de la Torre Médica Tepepan, en el Hospital Ángeles del Pedregal y en un Hospital privado de la colonia Roma.

Ahora, después de cuatro años en recámaras privadas en las que tenía clases privadas de yoga, meditación y comida casera, “La Maestra” regresará a su casa mientras continúa el largo proceso penal que se estableció en su contra. Con esto, la gran detención de este sexenio parece diluirse bajo el peso de una defensa pagada con los millones que robó Gordillo y que todavía la justicia no ha podido encontrar.