Aunque no es raro que en el fútbol se lancen “clavados” de lo más exagerados o finjan una falta con tal de engañar al árbitro, un jugador de un equipo de Serbia, Danko Lazović, definitivamente se ganó el premio de la Academia con su actuación.
Aunque está en duda si el futbolista contrario hizo contacto con la pierna de Lazović, uno tiene que admirar su caída y revoloteo, como pez fuera del agua.
Pasión como tal se merece un aplauso.