Vulnerable, derecho, diversidad, feto, transgénero, basado en evidencia y basado en la ciencia son términos prohibidos por la administración Trump.
Según medios, como el diario Washington Post, la Oficina de Recursos Financieros de los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades, la CDC, impuso estas restricciones en documentos emitidos por la dependencia, que forma parte del Departamento de Salud y Servicios Humanos de Estados Unidos.
Directivos de la CDC comunicaron a los funcionarios que no utilizarán estas palabras en el documento que preparan como propuesta de presupuesto anual para el siguiente año.
CNN, con información obtenida del personal de la dependencia, aseguró que no se trató de un bloqueo o prohibición de uso; la omisión sería parte de una estrategia para obtener más fondos monetarios, utilizando palabras sustitutas que sean del agrado de la administración Trump.
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De acuerdo con expertos, omitir términos ocasiona que los niveles de aceptación a los temas se reduzcan.
El lenguaje no es el único cambio generado por la administración Trump sobre asuntos en los que se ha mostrado incrédulo o abiertamente opuesto.
El Departamento de Justicia, liderado por Jeff Sessions, emitió en septiembre pasado un Amicus Curiae, documento federal donde apoyó el derecho a discriminar a la comunidad LGBT por motivos religiosos en una controversia que se dirime en la Suprema Corte de Justicia.
El mandatario también firmó una orden ejecutiva que garantiza la libertad religiosa y permite a un empleador negar en el seguro médico algunas coberturas, como las reproductivas, si hacerlo va contra sus principios morales o religiosas.
Por estas mismas razones, las universidades quedaron excusadas de brindar anticonceptivos a estudiantes.
Incluso Trump eliminó el beneficio que tenían 62 millones de mujeres de acceder a programas de control de natalidad, como destacó la organización Planned Parenthood el pasado octubre, pues eliminó la obligatoriedad de que los seguros de salud cubran la anticoncepción.
Frente a estas medidas, grupos de la sociedad civil han convocado a protestas.
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Es el caso de la marcha de las mujeres, movimiento nacido tras la toma de protesta de Trump en enero pasado.
A un año de distancia, el movimiento planea celebrar su primer año de existencia apoyando a candidatos que impulsen medidas progresistas.
Lo mismo hicieron cerca de 100 mil científicos y sus simpatizantes que en abril pasado demandaron que las políticas sean ejecutadas con base en la ciencia y la evidencia.
Posteriormente el Departamento de Energía de la administración solicitó a los investigadores que reciben financiamiento federal eliminar términos como cambio climático y calentamiento global de sus documentos de trabajo.
En su propuesta de presupuesto para este año, la administración Trump propuso eliminar el apoyo a programas relacionados con el cambio climático.
Estas no han sido las únicas consecuencias de la postura de la administración Trump frente a temas sociales.
En agosto pasado, el mandatario se negó a condenar enérgicamente a un grupo de supremacistas blancos que se reunieron en Charlottesville que derivaron en enfrentamiento, donde un presunto supremacista arrolló a 36 personas que marchaban en una contraprotesta.
Según el Southern Poverty Law Center, de los más de mil incidentes registrados como crímenes de odio durante el mes inmediato a la elección de Trump, cerca de 400 fueron realizados por seguidores del presidente y su eslogan Make American Great Again.
Con información de Juan Ernesto Trejo-Foro Global
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