El creciente poder de Rusia y China, los regímenes de Irán y Corea del Norte y el terrorismo yihadista, son consideradas las principales amenazas a la seguridad de Estados Unidos.
Estos riesgos fueron enumerados en la Estrategia Nacional de Seguridad presentada por Donald Trump el pasado 18 de diciembre y elaborada por el Consejo Nacional de Seguridad.
Para enfrentarlos, el documento propone: proteger sus fronteras, promover la prosperidad interna y aumentar su fuerza militar e influencia mundial.
Sin embargo, analistas han destacado las contradicciones entre el documento y las decisiones que el mandatario tomó en su primer año de gobierno.
Respecto a China y Rusia, por ejemplo, el documento señala que estos países buscan “erosionar la seguridad y la prosperidad de Estados Unidos”.
Para confrontarlos, se compromete a proteger su soberanía y aumentar su influencia económica en el mundo, “compitiendo en organismos multilaterales” y mediante “relaciones comerciales recíprocas”.
Pero según analistas del Brookings Institution y el Council on Foreign Relations, este año Estados Unidos perdió influencia frente a estos países tras su retiro de acuerdos multilaterales como la Unesco y el Acuerdo de París.
También se retiró del Tratado de Asociación Transpacífico, un acuerdo comercial incluido en la estrategia de seguridad de la administración Obama, para limitar la influencia económica de China en el Pacífico.
La estrategia también reconoce que el gobierno de Vladimir Putin “utiliza herramientas para debilitar la legitimidad de las democracias, atacando a los medios de comunicación, el proceso político y la economía”.
Como remedio, propone reforzar los cuerpos de inteligencia estadounidenses para “identificar y responder” a la injerencia rusa.
Desde inicios de 2017, 17 agencias de inteligencia estadounidense han confirmado que Rusia intervino en las elecciones que llevaron a Trump la presidencia, pero no les dio crédito, señalando que le creía al presidente Putin, quien negó la intervención
El documento de la estrategia de seguridad también acusa a Rusia de “tratar de separar a Estados Unidos” de sus aliados europeos en la OTAN.
La estrategia señala que “Estados Unidos mantiene un compromiso firme”, con la alianza atlántica, pero Trump ha tenido otra posición.
Desde la campaña electoral, ha sido muy crítico con la organización, a la que llamó “obsoleta”.
Durante su participación en la cumbre realizada en mayo pasado, acusó a los 28 miembros restantes de ser “injustos” con Estados Unidos, al no aumentar su gasto en defensa.
Otra de las amenazas enlistadas como un riesgo de seguridad es la creciente deuda pública del gobierno. Para disminuirla, la administración Trump se compromete a ser más responsable con el gasto.
Pero este objetivo se verá perjudicado por la reforma fiscal del mandatario, que aumentará en más de 1 billón de dólares la deuda pública del gobierno en los próximos 10 años.
Pese a las contradicciones, Trump aseguró que la estrategia refleja sus decisiones de política exterior en el último año.
Bajo mi dirección, este documento lleva un año en desarrollo. Tiene todo el apoyo de mi gabinete”, dijo Donald Trump, presidente de Estados Unidos.
Pero el mismo día en que se presentó, el vocero del Consejo de Seguridad Nacional, Michael Anton, dijo a CNN que no podía asegurar que el presidente hubiera leído el documento completo.
Con información de Fernando Rodríguez-Foro Global
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