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ECONOMíA

Perdió su empleo, terminó en la calle y hoy es agente de policía en California

Una mala racha puede tumbar a quien sea y recuperarse de eso puede ser más complicado en unos casos que en otros. La historia de este hombre de ascendencia puertorriqueña relata un camino que se tornó duro cuando perdió su empleo y no pudo continuar viviendo bajo un techo.

En California, un hombre llamado Edwin López siempre había soñado con ser un oficial de la policía. Se esforzaba para trazar el camino que él creyó que lo llevaría a tener el empleo de sus sueños. Diario conducía su carro a una llantería donde laboraba. Los fines de semana prestaba sus servicios a la Guardia Nacional del estado. La vida iba bien para el joven hijo de militares hasta que un día el taller dio un aviso de que debían hacer un recorte de personal en el que por desgracia se incluía el despido de Edwin.

Con optimismo Edwin esperaba que la búsqueda de empleo no se extendiera demasiado. Los días pasaron a ser semanas y nadie lo contrataba hasta que empezó a quedarse sin dinero. Juntó lo poco que le quedaba y con eso pudo pagar su último mes de renta para evitar tener en su historial un caso de desalojo y se salió de su departamento. Edwin no podía irse a casa de sus padres, ellos vivían en otra parte y no podían ayudarle a solventar sus gastos. Sus amigos tampoco podían darle un alojamiento permanente todo el tiempo, a veces le daban un lugar donde quedarse, gracias a esto podía dormir en un sofá ocasionalmente. A veces, cuando nadie podía darle lugar, dormía dentro de su carro, hasta que un día lo embargaron porque no pudo seguirlo pagando.

A partir de ese momento, Edwin comenzó a vivir en la calle. Sus amigos que lo apoyaban económicamente ya no pudieron seguirlo ayudando. De pronto no tenía nada. Pasó a buscar comida en los basureros de la ciudad de Sacramento donde vivía. A veces encontrando alimento, a veces no. Dormía en las bancas de los parques, en las banquetas de las calles y en el suelo de baños públicos. Edwin le contó a Univision lo que sintió la primera noche que durmió en la calle:

Sientes tristeza, enojo, pasas por muchas emociones”.

Buscó alojamiento en los albergues, pero no lo recibían; sólo estaban disponibles para niños y mujeres. Para su suerte, aún llevaba a cabo labores para la Guardia Nacional que le daban una paga muy pequeña, pero era suficiente para que durante el día pudiera buscar empleo y hacer algunos gastos que él consideraba esenciales. De modo que el tiempo que no estaba buscando trabajo lo pasaba localizando basureros con agua y comida. Se extendieron los meses y no le decía a su familia y escondía el hecho en general. Decía que no le gustaba quejarse con su familia y amigos, prefería contarle sólo algunas cosas.

Hubo días que no tenía suficiente comida o agua. Tu estómago se siente como si se estuviera comiendo a sí mismo. Hubo momentos que llegué a pensar que no lo iba lograr. Momentos de desesperación cuando le rezaba a Dios para alcanzar el próximo amanecer”

Uno de los peores momentos que Edwin recuerda fue cuando unos jóvenes llegaron al parque público donde estaba él y comenzaron a atacarlo. Edwin logró huir de ellos y por miedo a que lo persiguieran o que alguien más lo golpeara, se escondió en un baño público. Cansado y lesionado no pudo dormir por el fuerte olor a orina y excremento.

Las cosas parecieron mejorar un día. Un amigo suyo lo llevó a una entrevista laboral. López se presentó. Se trataba de un trabajo en California Conservation Corps. No sabía qué imaginarse de la entrevista, sin embargo al poco tiempo, su teléfono sonó (que había mantenido para poder recibir llamadas de empleadores), se trataba de una oferta formal de empleo. Entre los beneficios estaba entrenamiento para conseguir otros empleos y alojamiento. Lo tomó y las cosas parecían mejorar casi inmediatamente. A los pocos meses pudo conseguir otro trabajo en una empresa que pagaba suficiente para que Edwin lograra alquilar un departamento nuevamente.

Cuando se estabilizó su situación aplicó formalmente para un empleo con la Patrulla de Caminos de California. Cumplió con los requisitos y consiguió el empleo. En noviembre de 2016, tras meses de vivir en la calle y haber pasado por una situación difícil, recibió su medalla de oficial. El ahora oficial Edwin López asegura:

La vida ahora es genial. Amo mi trabajo. Amo ayudar a la gente. No me puedo imaginar haciendo algo diferente”

Después de haber vivido lo que vivió, prefiere recordar los momentos que lo ayudaron a seguir a flote: apoyo de amigos, dormir en un sofá, un baño con agua tibia, una noche fuera de la calle y un contenedor de basura con buena comida. Fueron tiempos duros para Edwin, sin embargo afirma que no cambiaría nada sobre su situación y afirma:

Me hizo la persona que soy hoy. Después de pasar por eso, puedo lograr cualquier cosa”

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Con información de Univisión.