El momento más celebrado en el discurso que hoy dio Trump en el congreso de Estados Unidos fue cuando realizó el homenaje sentido de un militar caído en el cumplimiento de su deber. El momento fue terriblemente emocional con una ovación de pie de dos minutos frente a la viuda del militar muerto en combate, madre de tres hijos pequeños, que lloró en el congreso.
Pero este momento emocional queda manchado por una historia que involucra profundamente a Trump y su reciente administración. Porque el actual presidente no invitó a la viuda de cualquier militar caído en combate: se trata de la viuda del primer soldado americano muerto en la administración Trump. Y este militar murió durante una misión altamente criticada de resultados dudosos que el presidente decidió, en un día, durante una cena.
Si recordamos la historia de Ryan Owens podemos hacer algunas preguntas incómodas. Porque parece que Trump está utilizando la memoria de un militar que murió por la inexperiencia de su administración para evitar una investigación embarazosa. ¿Parece entonces loable y correcto aprovecharse del dolor ajeno por el beneficio propio?
(Jim Lo Scalzo/Pool Image via AP)
La misión fallida en Yemen
El 28 de enero pasado, un grupo de militares altamente entrenados, los famosos SEAL Team 6, llegaron a una locación en Bayda, Yemen. Era un complejo de edificios perdidos en el desierto en el que les dijeron que encontrarían a miembros importantes de Al-Qaeda y suficiente información para entender las actividades de esta organización en Yemen.
En vez de eso, fueron recibidos por disparos y una cruda confrontación que duró más de una hora. En medio del caos, los militares pidieron apoyo aéreo y se envió una nave de extracción para sacar a los soldados heridos. Pero la nave perdió el control y se estrelló contra el piso antes de llegar a su rescate. Con un misil, los estadounidenses la destruyeron para impedir que cayera en manos enemigas.
El balance del ataque fue de 23 personas muertas, incluyendo a una niña de 8 años. Se dice, también, que murieron 15 menores y mujeres.
Seis oficiales de marina resultaron heridos en el ataque y falleció el soldado William “Ryan” Owens.
(Cortesía de la familia Owens para el Miami Herald)
Las críticas de Bill Owens
La Casa Blanca ha asegurado que la misión fue un éxito rotundo que consiguió información crucial. Muchos otros expertos en seguridad y generales en funciones aseguran que no se consiguió ningún tipo de información y que el ataque fue un rotundo fracaso.
Y ésta es también la opinión de Bill Owens, padre del soldado fallecido:
“¿Por qué tenían que hacer esta estúpida misión cuando sólo llevaban una semana en la administración? ¿Por qué? Durante dos años, no hubo botas en el piso en Yemen -todo eran misiles y drones- porque no había un sólo objetivo que valiera una vida americana. ¿Ahora, de repente, tuvimos que hacer este gran espectáculo?”
Bill Owens muestra las medallas de su hijo (Miami Herald)
Las críticas sentidas del padre de Ryan Owens se fundamentan en que esta misión había sido propuesta, algunas semanas antes, a Obama quien consideró que sería una mala idea aumentar la presencia estadounidense en Yemen. Además, la misión tenía que hacerse en una noche sin luna y era imposible realizarla antes del 20 de enero.
Pero Trump decidió aprobar una misión que se había considerado, durante tanto tiempo, como algo arriesgado. Y el nuevo presidente decidió dar luz verde a la misión después de que le presentaran la idea en una cena. Al día siguiente firmó la orden para aprobar la misión en que murieron Ryan Owens y 22 personas más.
A Trump le tomó, entonces, un día decidir aprobar una misión que se había descartado durante semanas; un día para decidir enviar tropas a un país en el que Estados Unidos no había tenido una intervención militar directa desde 2014; un día para considerar, junto a asesores que no representan necesariamente a los más experimentados en temas de seguridad, que tenían que llevar a cabo una intervención militar internacional.
En ese momento Trump cumplía seis días como presidente.
(AP Photo/Pablo Martinez Monsivais)
¿Se esconde Trump en la miseria que causa?
Cuando enviaron el cadáver de Ryan Owens en un sarcófago cubierto por la bandera de Estados Unidos, el presidente quiso ir a recibirlo. Pero el padre de Owens se negó a estar en el mismo cuarto que él. En repetidas ocasiones dijo que no quería verlo, que no quería estrechar su mano y que si lo tuviera enfrente le diría lo que pensaba.
Hoy, esta primera intervención militar de Trump se considera un fracaso rotundo que costó, innecesariamente, la vida de 23 personas. Se han abierto, además, tres investigaciones del Pentágono para establecer que salió mal ese día. Y, mientras tanto, la Casa Blanca sigue asegurando que quien critique la operación está faltando al respeto a Ryan Owens, el SEAL fallecido en la misión.
El padre de Owens responde, simplemente:
“No se escondan detrás de la muerte de mi hijo para impedir que se haga una investigación. Quiero una investigación… el gobierno le debe a mi hijo una investigación.”
Ahora, en su primer discurso frente al congreso, Trump pidió la presencia de la viuda de Ryan Owens, madre de tres hijos pequeños. El impacto de esta presencia fue enorme durante uno de los discursos más efectivos y celebrados del nuevo presidente. Pero, al entender la historia de la muerte de Ryan Owens, esta decisión parece cada vez más inocente.
“Ryan fue parte de un ataque altamente exitoso que generó una gran cantidad de información vital que llevará a muchas victorias futuras en contra de nuestro enemigo. El legado de Ryan quedará grabado en la eternidad. Y Ryan está viéndonos ahora mismo. Y está muy feliz, porque acabamos de romper un récord de aplausos”
Esta parte del discurso fue la más celebrada y muchos hablaron del gran impacto emocional de ver a la viuda de Ryan Owens llorando en el congreso. Pero el reconocimiento al hombre que cayó cumpliendo su deber se diluye cuando observamos que su muerte puede ser utilizada como una poderosa ficha política.
La viuda de Ryan Owens durante el discurso de Trump (AP Photo/J. Scott Applewhite)
Ningún demócrata u opositor de Trump pudo permanecer sentado, sin aplaudir, frente al terrible momento que pasaba la viuda de Owens en franca exhibición pública. Pero, después de entender la historia de una misión pobremente planeada, que se decidió durante una cena, surgen preguntas molestas:
¿Podemos ver con los mismos ojos el momento emocional con el que Trump triunfó hoy en el congreso?
¿Creen que fue un acto valiente exhibir el dolor de una viuda para cubrir el error que le quitó a su esposo?
¿Podemos afirmar, con el presidente, que Ryan Owens está feliz por los aplausos que hoy, para el gran beneficio de Trump, recibió?
(Jim Lo Scalzo/Pool Image via AP)
