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ARTE Y CULTURA

De Amores Perros a Scorsese: la fotografía de Rodrigo Prieto, mexicano nominado al Oscar

Con su segunda nominación al Oscar, Rodrigo Prieto puede lograr algo impensable: que se entregue en cuatro ocasiones consecutivas el Oscar a mejor fotografía a un mexicano. Los tres años anteriores, Emmanuel “El Chivo” Lubezki se ha llevado la estatuilla con trabajos que rozaron el prodigio con las tomas imposibles de Gravity, el plano secuencia truqueado de Birdman y la iluminación natural de The Revenant.

Prieto, sin embargo, tiene un estilo muy distinto al de Lubezki. Mucho más discreto, este fotógrafo se ha ganado el respeto de Hollywood haciendo gala de una enorme versatilidad en encuadres de crudo naturalismo. Así, desde sus primeros trabajos importantes con Iñárritu hasta películas comerciales de ciencia ficción como Passengers, Prieto ha aceptado toda clase de trabajos con todo tipo de directores.

Para reconocer, entonces, su gran trayectoria, les dejamos aquí una lista con los cinco momentos más importantes en el estilo cinematográfico de Prieto.

Amores Perros

Amores Perros firma la primera colaboración de Rodrigo Prieto con Alejandro González Iñárritu -y también, posiblemente, su mejor colaboración-. La cinematografía de las tres películas que seguirán a Amores Perros en la dupla creativa Prieto-Iñárritu será, también prodigiosa (en Babel, incluso, Prieto utilizó tres tipos de cámara distintos para cada historia -35 mm, 16 mm y digital-). Sin embargo, Amores Perros siempre quedará en la memoria como el primer gran trabajo ambicioso de Rodrigo Prieto.

Aquí observamos una paleta de colores controlada, la obsesión de Prieto con retratar la piel y sus texturas, escenas imposibles (como el maravilloso choque central), un uso naturalista de la cámara en mano y geniales escenas nocturnas. Esta película, además, retrata cada historia con una identidad visual única que muestra, en un mismo largometraje, la enorme capacidad versátil de este fotógrafo.

Frida

Con Frida, Rodrigo Prieto se dio un festín de iluminación color y movimiento. A pesar de que la película no es nada del otro mundo, éste es, junto a Alexander de Stone, el trabajo más rico en colores y variedad de lentes de Prieto. Aquí cada etapa artística de la vida de Frida Kahlo se representa con cambios de color, se recrean cuadros vivos con luz, se resaltan colores en chales, vestidos, flores y detalles minuciosos.

Finalmente, las enormes escenas coreográficas de la cinta y los exteriores nocturnos terminan por redondear un gran trabajo, mucho más llamativo y peculiar, en la obra de Prieto. Ésta es así, la película de Prieto con la cinematografía más estrafalaria y su trabajo más lejano a las tendencias naturalistas y viscerales que tanto le gustan.

25th Hour

En 25th Hour, Prieto utilizó de nuevo una amplia gama de colores, desde el azul neón hasta el rojo chillante de los clubes. Aquí, su cinematografía adquiere una dimensión madura, alternando los movimientos de cámara en mano con los acercamientos naturales y los movimientos de dolly que tanto le gustan a Spike Lee. La atmósfera única de esta película se concentra, por ejemplo, en la brutal escena de golpiza al final de la cinta: ésta, desde la secuencia inicial de Amores Perros, es una de las secuencias más viscerales que jamás haya filmado este gran cinematógrafo.

Brokeback Mountain

Con Brokeback Mountain, Prieto consiguió su primera nominación al Oscar. Ésta es también su película más naturalista. En todas partes, parece como si la cámara no estuviera ahí y, sin embargo, hay esa maravillosa sensación íntima de estar atrapando, a cada momento, una belleza inmensa. Los exteriores de Prieto, filmados casi enteramente con luz natural muestran el gusto que tiene este fotógrafo por las locaciones reales y la filmación espontánea. Como en gran parte de sus películas, Prieto filmó muchas de las escenas él mismo, sin la ayuda de ningún operador. A pesar de perder el premio frente a Dion Beebe por Memoirs of a Geisha, Rodrigo Prieto se consolidó como uno de los mejores directores de fotografía en Estados Unidos a partir de esta primera e increíble colaboración con Ang Lee.

The Wolf of Wall Street

Trabajar con Martin Scorsese no es cualquier cosa. Digo, con Scorsese han trabajado fotógrafos míticos como Roger Deakins, Robert Richardson y Freddie Francis. Pero el trabajo fenomenal de Prieto en su primera colaboración con el mítico director neoyorquino muestra un contraste fascinante en su carrera. En esta cinta se mezcla la filmación en 35 mm que tanto gusta a Prieto -y que logra resaltar tan bien las texturas de la piel en estos alocados personajes- con tomas nocturnas en digital.

El ambiente ultra controlado, repleto de interiores de esta película contrasta así con el naturalismo abierto de Brokeback Mountain. Y, aún así, la cinematografía de Prieto es simplemente genial. A pesar de haber sido despreciada por la Academia, esta muestra magnífica del gusto por la luz de neón y los flares del fotógrafo mexicano es lo que, finalmente, lo llevó a filmar las enormes tomas exteriores y grandilocuentes de Silence.

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Al revisar así, estos cinco momentos en la carrera de Prieto, parece evidente que, aunque no le den el Oscar, este hombres es, junto al Chivo Lubezki, un enorme exponente mexicano para la cinematografía mundial.