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ECOLOGíA

Descubren una isla de basura plástica más grande que todo México

No es noticia que nuestra dependencia del plástico está destruyendo los hábitats de los océanos. En estos momentos, millones de toneladas de basura contaminan las costas y el mar abierto, causando estragos en los ecosistemas marinos de todo el mundo.

Pero de vez en cuando surge un reporte que nos ayuda a poner en la perspectiva adecuada el daño que el ser humano está causando.

Un equipo de investigadores se ha topado con una capa o un “parche” de plástico en el sur del océano Pacífico, no lejos de las costas de Chile y Perú. Su extensión es lo más inquietante ya que se calcula que mide cerca de dos millones de kilómetros cuadrados, tan grande como la República Mexicana.

¿Cómo es posible que una “isla de basura” del tamaño de México pueda ser detectada apenas ahora?

El caso es que esta capa de plástico es prácticamente invisible. No son botellas, pañales, tenis, productos de baño, ni nada por el estilo, sino algo más letal. Se trata de partículas de micro-plástico que individualmente no alcanzan el tamaño de un grano de arroz o un pedazo de confeti.

La única manera de detectar su presencia es a través de muestras científicas. Tal fue la labor de la expedición del capitán Charles Moore, fundador de Algalita Research Foundation, una organización que se encarga de generar conciencia sobre la contaminación de los océanos.

El capitán Moore fue el primero en detectar una capa similar de microplástico en el Pacífico norte. Esto fue en 1997. La basura del hemisferio sur del Pacífico había pasado desapercibida, en parte porque no había muchos proyectos de estudio que pudieran embarcarse por esta enorme zona.

El océano está lleno de estas partículas invisibles de plástico, pero donde más se acumulan -formando “capas” o “parches” como las del Pacífico norte y sur- es en los giros oceánicos. Estos vórtices tienen la capacidad de atrapar el plástico, hasta que toda la basura se acumula y forma capas en la superficie. Pero lo más grave ocurre cuando estas partículas se extienden hacia la profundidad del mar, como si fuera smog.

Por tal razón, es prácticamente imposible limpiar los océanos de este tipo de basura. Una red puede funcionar para recolectar botellas y accesorios, pero cuando se trata de millones de partículas por kilómetro cuadrado, la tarea se vuelve más complicada.

Ya que estás partículas son el resultado de una descomposición extremadamente lenta del plástico, lo más recomendable sigue siendo el combate de la contaminación desde la fuente. Para dejar de tratar a los océanos como nuestros basureros, la sociedad tiene que repensar el sistema de consumo que nos hace dependientes del plástico.