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ECONOMíA

Cómo la publicidad en línea te sigue por todas partes como tu segunda sombra

Imagina que estás leyendo una reseña en tu página de internet favorita, y a un costado del artículo ves un banner promoviendo un nuevo sabor de una marca de café a un precio especial. Aunque no le das click al anuncio para seguir con tu lectura, al día siguiente, saliendo de trabajar, pasas por la cafetería y decides probar el mismo sabor que viste en el anuncio. Pagas con tu tarjeta de crédito y listo.

Aunque parezca increíble, tanto Google como la marca de café capturaron tus datos y comprobaron que aquel banner tuvo un efecto positivo sobre tu decisión de compra. ¿Pero cómo fue esto posible? Nunca le diste click al anuncio y además hiciste tu compra en el mundo “real”, alejado de las cookies y otros mecanismos que documentan tu experiencia en la red.

En este caso, la respuesta está en tu teléfono y en tu tarjeta de crédito. Hoy los smartphones pueden rastrear nuestra ubicación sin problemas, y si cuentas con Android, Google te tiene registrado si ingresaste a una tienda de vinos o a un restaurante de comida rápida. Aparte, si usas una tarjeta de crédito o débito para pagar, estás proporcionando datos a la empresa cuyo producto compraste.

Si esta empresa adquirió publicidad en Google, el gigante de las búsquedas puede entregar un reporte indicando que su estrategia publicitaria está sumando ingresos para la empresa más allá del tráfico generado por sus anuncios en línea. “Mira, nuestros datos indican que este sujeto vio tu anuncio en esta página, y más tarde, tus datos nos muestran que el mismo sujeto salió a comprar tu producto en tu tienda”. Simplemente se trata de unir un punto A con un punto B.

Esto nos indica que Google (y probablemente Facebook y Amazon también) ya es capaz de rastrear nuestras compras offline y ajustar sus algoritmos para desplegar la publicidad que más nos podría interesar una vez que volvamos a la red. La publicidad como tu guía personal es uno de los objetivos de oro de todo mercadólogo, así como el desarrollo de un perfil que registra todo tu historial de adquisiciones e intereses.

Parece que Google se está acercando demasiado a estas metas pero… ¿deberíamos estar preocupados o indignados por este posible abuso de nuestra privacidad?

(Christopher Furlong/Getty Images)

Aunque Google no especifica cómo son capaces de entrelazar las compras que hagas en el mundo real al usar tu tarjeta con los datos de tu experiencia en línea, la empresa ha asegurado una y otra vez que el resguardo de los datos privados es uno de sus principales compromisos con los usuarios. La información que Google comparte con sus anunciantes no revela tu nombre u otros datos personales.

Pero así como Google se distingue por su innovación en los productos que ofrece al consumidor (la herramienta de búsqueda, los mapas, el traductor, gmail, etc) esa misma ambición innovadora la muestran también al otro lado del espectro, en el terreno de la publicidad para sus clientes, como AdWords y Analytics.

A causa de su interminable impulso por desarrollar estrategias cada vez más precisas y productos cada vez más eficientes, es cuestión de tiempo para que la mercadotecnia se convierta en tu segunda sombra.

Ya parece historia antigua cuando Google comenzó como una página que vendía espacio y ubicación en su directorio en línea. Con el paso de los años, los mecanismos fueron creciendo y hoy Google es tan ubicuo en el mundo real como invisible, una entidad divina del comercio, para bien y para mal.

Via Consumerist y Washington Post.