Padrotes, chulos, tratantes… ellos son los hombres que se encargan de enganchar a las mujeres para venderlas en la calle por “ratos”. En su testimonio para Sin Filtros, un ex-padrote confiesa que cada mujer que trabajaba para él era violada de 30 a 40 veces por día.
El padrote tiene el papel de buscar a las mujeres en situación de necesidad y persuadirlas para vender su cuerpo a cambio de dinero fácil y rápido. Pero la realidad es que el negocio de la trata no es ni fácil ni rápido. Para los padrotes, las mujeres son mercancía, objetos que carecen de emociones.
Sin Filtros nos ofrece un vistazo insólito dentro del complejo y bajo mundo de la prostitución en la Ciudad de México. Luego de que su banda fuera detenida y encontrara la redención religiosa en la penitenciaria, el ex-tratante del reportaje nos cuenta su historia: cómo se hizo padrote, cómo es el día a día dentro del negocio y las dificultades de la readaptación social.
