Entre los miles de voluntarios dispuestos a salvar vidas tras el sismo del 19 de septiembre en la Ciudad de México, están Rodrigo y Yona.
[bc_video video_id=”5585363784001″ account_id=”1325727373001″ player_id=”default”]
La experiencia de Rodrigo y el instinto de Yona han trazado el camino que deben seguir los cuerpos de rescate en estructuras colapsadas, para la búsqueda de personas que pueden estar atrapadas aún en edificios derrumbados.
Para Rodrigo Estrella, líder del binomio canino, “han sido dos labores principales, la principal es venir como binomio con mis perros y la segunda es coordinación de brigadas y asistencia”. Reconoce que “el primer día fue bastante complicado, en el edificio de Álvaro Obregón que nos tocó ver cómo se rescataba una persona ahí y mi perro señalizó otras dos, pero fue complicado”.
Este binomio ha descansado poco desde el momento en que se sumaron a las labores de rescate, el martes 19 de septiembre. Han unido su esfuerzo con el de cientos de hombres y mujeres dispuestos a ayudar, tras casi 72 horas del sismo que afectó decenas de edificios en la Ciudad de México.
Durante la remoción de escombros que continúa en el número 109 de la calle Amsterdam, Yona y su instructor han contribuido a mantener la esperanza y los esfuerzos conjuntos con los hallazgos de personas con vida.
Yona y Rodrigo Estrella, en un solo día hicieron varios hallazgos, “aquí ya van 4 personas y hoy al parecer la quinta, todavía estamos esperando a que retiren maquinaria para poder entrar”.
Yona, con su agudo olfato y constantes ladridos, también señaló el lugar donde fue rescatado Oscar Castellanos, un hombre de 36 años, que ya se recupera en la Cruz Roja de Polanco.
Rodrigo Estrella explicó que Yona ” señala a las personas donde están debajo de los escombros, y ya la labor es de los de protección civil, de los marinos, de los del ejército y de los topos de sacar a la gente, ella lo que hace es señalar, dar indicaciones de donde están las personas sea con vida o sin vida, pero es una localización de cuerpos o personas con vida”
El trabajo de Yona y Rodrigo no cesa. A 72 horas del sismo saben que encontrar personas con vida entre los escombros todavía es posible, y en ese límite la esperanza, su ayuda forma parte de un ejército de voluntarios, militares y rescatistas dispuestos a tender la mano en medio de la tragedia.
