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CONFLICTOS ARMADOS

El tuit que muestra la doble moral de Trump sobre atacar Siria

Estados Unidos lanzó su primer ataque de gran escala en Siria desde que Donald Trump es presidente.

Este ataque es una reacción directa del presidente de Estados Unidos frente al mortífero ataque con armas químicas en el que murieron más de 80 personas en la provincia de Idlib.

Estados Unidos lanzó, desde puntos estratégicos del mediterráneo, cerca de 60 misiles tomahawk apuntando a bases aéreas en Siria. La sorpresa internacional sobre el ataque viene de las posturas anteriores de Donald Trump.

Trump condenó, en múltiples ocasiones, el hecho de que Obama haya buscado intervenir en Siria. En particular, el 5 de septiembre de 2013, el magnate neoyorkino criticó fuertemente por Twitter al entonces presidente Barack Obama.

En ese momento, había pasado apenas una semana desde el terrible ataque a Guta, un suburbio de Damasco, la capital de Siria. El ataque ocurría después de tres años de la violenta guerra civil que opuso a fuerzas rebeldes contra el régimen de Bashar al-Assad y el Estado Islámico.

En el ataque se sospecha que hubo aproximadamente mil 729 y más de 6 mil heridos. Al ser éste suburbio un lugar principalmente poblado por civiles, hubo una enorme cantidad de muertes infantiles.

En la masacre de Guta, Trump nunca alzó la voz por las muertes infantiles. Por el contrario, criticó la indignación de Obama.

El ataque, que ocurrió el 21 de agosto de 2013, atrajo la condena internacional. En particular, Francia, Reino Unido y los Estados Unidos decidieron entablar pláticas para negociar una posible intervención militar en Siria.

Fue en ese momento que Trump criticó a Obama escribiendo, todo en mayúsculas, “De nuevo le digo a nuestro muy tonto líder, que no ataque Siria. Si lo hace muchas cosas malas sucederán y los Estados Unidos no ganarán nada de esa pelea”

Dos días después, Trump lanzó otro mensaje:: “Presidente Obama, no ataque Siria. No hay ninguna ventaja y sí una tremenda desventaja. ¡Guarde su pólvora para otro (y más importante) día!”

Luego, el 9 de septiembre, volvió a exigirle a Obama mantenerse fuera de Siria: “No ataquen Siria. Un ataque no traerá más que problemas para Estados Unidos. ¡Enfóquese en hacer que nuestro país sea grande y fuerte otra vez!”

El 10 septiembre los países involucrados pactaron no intervenir militarmente en Siria siempre y cuando el dirigente sirio permitiera una inspección de la ONU para establecer si hubo uso de armas químicas y que el régimen de al-Assad adhiriera a la Convención sobre Armas Químicas.

El régimen sirio accedió a todas las demandas y se descubrió que, en efecto, se había utilizado una cantidad indiscriminada de gas sarín sobre poblaciones civiles. El presidente ruso Vladimir Putin negó que el ataque haya sido causado por el gobierno de al-Assad y culpó a los rebeldes de atacar a su propia población para ganar apoyo internacional.

Finalmente, al-Assad firmó un arreglo a través del cual entregaría todas sus armas químicas para ser destruidas el 18 de agosto de 2014 en altamar.

Vladimir Putin y Bashar al-Assad se dan la mano en 2015. (Alexei Druzhinin, RIA-Novosti, Kremlin Pool Photo via AP)

Sin embargo, quedaron dudas internacionales sobre la fidelidad del régimen sirio al acuerdo firmado.

Pronto, misiones diplomáticas encontraron que al-Assad seguía manufacturando agentes con cloro (una sustancia que no está regulada por la convención) y hallaron restos de Sarín, en 2015, en centros de investigación del régimen.

Durante toda su campaña, Trump criticó las políticas de Obama en Siria. En particular criticó que no haya intervenido militarmente en el país de medio oriente después del uso de armas químicas en 2013.

Esta postura contradictoria no debe sorprender después de observar los cambiantes estados de ánimo del presidente estadounidense.

En su discurso de inauguración como presidente, Trump afirmó que Estados Unidos ya no sería la policía del mundo y que todas sus políticas estarían enfocadas en un proteccionismo nacionalista.

Padre carga a sus dos hijos muertos después del ataque químico en Idlib. (Alaa Alyousef via AP)

Sin embargo, después del terrible ataque químico a la provincia de Idlib de esta semana, el presidente estadounidense volvió a cambiar su postura.

En su discurso de respuesta al ataque de Idlib, Trump aseguró:

“Me gusta pensar que soy una persona bastante flexible, si el mundo cambia, yo cambio con él. Tengo esa flexibilidad y es muy muy probable -y ya pasó-, que mi actitud hacia Siria y Assad ha cambiado mucho.”

En ese sentido, Trump parecía anunciar que tomaría medidas serias en contra del régimen de al-Assad.

Después de varias advertencias este jueves, finalmente se concretó el primer ataque directo de su presidencia contra la base aérea desde la cual, asegura, se lanzaron los ataques con armas químicas en Idlib.

En caso de que Trump tenga pruebas de estos ataques, queda ver si las llevará al Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas para una investigación consecuente en la que el veto de Rusia no impida la condena internacional. Por ahora, Trump ha llamado a todas las naciones “civilizadas” a tomar medidas en contra del gobierno de Assad y parece querer posicionar, nuevamente, a Estados Unidos en el conflicto internacional que tanto había criticado.

Sean cuales sean las decisiones de Trump para los siguientes días, este ataque deja un precedente: las políticas internacionales del nuevo presidente pueden cambiar de la noche a la mañana. Y eso implica también el claro mensaje internacional de que Trump no tiene miedo a emprender ataques unilaterales.

Ministro de asuntos exteriores sirio, Walid al-Moallem, bajo el retrato de Assad (SANA via AP)