Anexos XXL

CIUDAD DE MÉXICO, México, nov. 5, 2014.- La lucha contra el sobrepeso es difícil.

"Se siente uno derrotado. Busca uno dieta por todos lados y ayuda, pero no lo comprenden a uno", dijo Javier.

"Mi vida es a lo mejor 5 kilos más y quizás César ya no existe", señaló César.

"Sales a la calle y la gente piensa que no te bañas por el olor que despides, por más que uno quiera, con tantos kilos no es fácil asearse", relata Amadeus.

Tienen hambre de bajar de peso. Dicen que padecen "tragonismo", un término que ellos han acuñado para explicar que son incapaces de controlar su forma de comer.

Han probado con todo: dietas, fármacos, fajas, ayunos y hasta cirugías para bajar de peso sin poder conseguirlo.

Es por eso que decidieron apartarse temporalmente del mundo y entrar a un anexo para obesos.

Javier, César y Amadeus llegaron al grupo "Amor" de tragones anónimos en Guadalajara pesando 160, 202 y 248 kilos.

"Anexarse es tocar un fondo de sufrimiento, derrotarse, decir afuera no puedo, no puedo hacer un plan de alimentación, no puedo con mi vida", dijo César.

"Afuera me sentí derrotado y una vez que llega uno aquí a anexarse me tenía que, me discipliné definitivamente. Seis meses atrás ya no salía ni de mi casa por vergüenza a cómo me veía la gente", señaló Javier, anexado en Tragones Anónimos.

Aseguran que llegaron al anexo para salvar su vida. Dejaron sus trabajos, sus familias. Todo con el objetivo de curar su enfermedad.

Además de estar cambiando sus hábitos alimenticios sin dietas estrictas, trabajan la parte emocional.

Emulan a alcohólicos anónimos, sólo que ellos luchan por mantenerse "sobrios" de alimentos. para ello se desahogan en una tribuna lo que les ayuda a controlar su adicción por la comida.

"Me decían que era una persona muy feliz, me decían que era el gordito feliz, el gordito simpático que le caía bien a toda la gente. Y es de honestidad que cuando llegaba a mi casa, cuando se iban mis dizque amigos, que me quedaba solo, era un llorar. era un llorar de impotencia de no poder parar dejar de comer", comentó Amadeus, anexado en Tragones Anónimos.

"El objetivo de tragones anónimos es dejar de sufrir por obesidad, jamás he conocido a un gordo feliz, conozco a gordos inconscientes, porque no se puede ser feliz con una enfermedad", afirmó Myriam, fundadora de Tragones Anónimos.

La obesidad es considerada la epidemia más importante del Siglo XXI. El 70% de los mexicanos padecen obesidad o sobrepeso.

"Entre más civilizados somos más obesos somos. La obesidad es una enfermedad crónica, es una enfermedad incurable. La obesidad es como la diabetes, la voy a controlar. Si vuelvo a comer, vuelvo a subir de peso", relató Manuel Mirabent González Jauregui, presidente del Colegio Mexicano de Obesidad y Nutrición.

Y eso fue lo que le ocurrió a Amadeus. Es la segunda vez que se anexa, la primera vez llegó con 233 kilos y bajó 115.

Afirma que la soberbia le ganó. Consideró que podía solo y se retiró del grupo. Al paso de los meses recuperó los kilos perdidos y hasta los rebasó, fue entonces que regresó anexo, con la cabeza agachada buscando una segunda oportunidad.

"Yo la verdad no tengo miedo a morirme, sino a dejarme morir. Que yo no haga algo por mi vida. Yo no sabía para qué bajaba de peso. Tengo 47 años y me da mucha envidia la gente casada, mis compañeros casados, gente con hijos y yo ese es mi objetivo principal, bajar de peso y tener una familia", Amadeus, anexado de Tragones Anónimos.

En los grupos de tragones anónimos, creados hace 31 años, además de anexarse, se puede asistir solamente a sesiones de grupo y trabajar las emociones para controlar la forma de comer.

Anexados y militantes comen tres veces al día siguiendo un plan de alimentación creado por su fundadora, una mujer duranguense que padeció obesidad.

En el grupo "amor" de Guadalajara, después de limpiar la casa, recibir terapia grupal y comer, César y Amadeus salen a caminar alrededor del anexo.

César lleva 2 meses y medio anexado y ha bajado 20 kilos. Javier ingresó al grupo hace 3 semanas y ha perdido 8 kilos.

Dicen que alcanzar el peso ideal está lejos pero no es imposible. Es por eso que se ayudan entre ellos para no claudicar. para no abandonar el lugar donde aseguran están salvando su vida.

"Dicen que la vida de un alcohólico o un drogadicto es difícil. Pero ellos tienen una ventaja a diferencia de nosotros, ellos pueden vivir sin alcohol y sin drogas. Nosotros como tragones no podemos vivir sin la comida", destacó César, anexado de Tragones anónimos .

MACO