Inicio  /  Especiales

“Soy tijuanense”: el orgullo de vivir en un pilar cultural a la orilla de México

La ciudad de Tijuana en la frontera de México y Estados Unidos es, probablemente, una de las más relevantes para el intercambio de cultura.

Tijuana como escenario

En los años noventa, un periodista y locutor de radio le dio una fuerte difusión a las propuestas de música alternativa de Tijuana. Su nombre fue Octavio Hernández (1959-2015) y dedicó una gran parte de su vida, a través de programas como El Arca de Neón, a promover diversos grupos nacionales como Mexican Jumping Frijoles, La Lupita, Cuca, Tijuana No y bandas de rock en español como Seguridad Social. Fue un momento donde el rock se posicionaba en México y grandes conjuntos lograron crecer por la tradición tijuanense que rompía barreras.

La escena en Tijuana ha cambiado significativamente desde entonces y hoy en día se pueden encontrar innumerables conjuntos. Sin embargo, el mundo cultural de esta gran ciudad no se detiene en la música que florece en la frontera.

El cine mexicano se ha trasladado al norte en largometrajes como Las Elegidas, dirigida por David Pablos y filmada en Tijuana, para tratar un duro tema: la trata de personas en México. Otro ejemplo se encuentra en Los días más oscuros de nosotras. La directora Astrid Rondero dice que se inspiró tras su primera visita a la ciudad fronteriza para contar la historia de una mujer que regresa después de 25 años a Tijuana, provocando que reviva un pasado que creía haber olvidado.

Cuando escuchamos el nombre “Tijuana”, pensamos en la ciudad fronteriza más presente en el imaginario mexicano (junto con Ciudad Juárez). Es una ciudad que muchos mexicanos hemos visitado, visto en la televisión o en el cine. Hemos leído historias que cuentan temas trágicos en la frontera y cosas tan bizarras como los burros pintados de cebra.

A pesar de que no podemos hablar de la infinita producción cultural y artística tijuanense, esta ciudad es y seguirá siendo un lugar icónico de México.

La “Tercera Nación”

(Foto por Justin Sullivan/Getty Images)

Decenas de miles de personas cruzan la frontera entre Tijuana y Estados Unidos. En 2013 pasó a ser la frontera más transitada del mundo, facilitando la movilización de más de decenas de miles carros y de personas entre el vecino del norte y México. Es uno de los lugares más llamativos del país y se ha configurado como un espacio único tanto cultural como económicamente.

En la primera década del siglo XXI, se llevó a cabo una exposición en Tijuana que hizo referencia a uno de sus seudónimos: La tercera nación. Tijuana es la ciudad de lo fronterizo.

Para Luis Ongay de la Universidad Autónoma de Baja California, la cultura de Tijuana no ha sido absorbida por la cultura estadounidense pero, asegura, escuchando a los residentes de Tijuana, que “es posible encontrar en su discurso y prácticas cotidianas elementos que ejemplifican cómo en el territorio fronterizo la cultura es un verdadero cultivo entre lo moderno y lo tradicional y entre lo nacional local-global”. Esto lo observa por una parte con los días festivos más celebrados y la forma en que se celebran en su publicación “No soy mexicano, soy de Tijuana”:

“Shente”, un ciudadano entrevistado por Ongay cuenta lo siguiente:

Mira, Tijuana desde hace muchos años ha adoptado tradiciones mayoritariamente norteamericanas. Por ejemplo, Halloween, Navidad… En Navidad, por ejemplo, aquí no se arrulla al Niño Dios; aquí es el arbolito y los regalos, y ya. Otras tradiciones se han olvidado, como el seis de enero, pero de alguna manera se han tratado de rescatar otras cosas, como las danzas folklóricas.”

Al mismo tiempo que esto sucede, hay personas que buscan distanciarse de tradiciones que consideran “ajenas”. Para algunos residentes de Tijuana, no se trata de adoptar tradiciones para conformar una identidad cultural, sino que en vez buscan explorarla a través de la construcción y la reflexión.

Uno de los testimonios que Ongay recaba viene de alguien a quien se refiere como “Roberto” y dice:

Uy, pues rollos de identidad, ¿no? Luchar contra… pues más que nada, aunque no le den importancia, pero sí sería así como que, no un reto, pero sí es un quiénes somos, ¿no?, o ¿de dónde somos? Salía un comercial del gobierno en la tele que decía “soy mexicano”, “soy mexicano”, “soy mexicano”. Que yo soy mexicano y no sé qué… que bla, bla, bla. Y yo decía yo no soy mexicano, yo soy tijuanense; entonces, era así como que un rollo que tenía yo. Y yo decía la verdad: yo no soy mexicano, soy tijuanense. Y sí se puede ver así. Los tijuanenses de alguna forma no somos mexicanos, somos tijuanenses. De tan olvidados que estuvimos en la región por mucho tiempo, obviamente nos acostumbramos a vivir, a interactuar junto a la cultura nort… californiana, y también los californianos son californianos, no estadounidenses. Yo lo veo así. De los retos de los jóvenes, pues obviamente, situados en un círculo de tantos problemas, pues obviamente, problemas de trabajo, de identidad, no sé. En la misma expresión, creo que necesitamos más apoyo a los jóvenes artistas, los jóvenes que se desenvuelven más en un proyecto; necesitamos más apoyo, más apoyo económico para subsistir, para sacar… adelante cada quien sus proyectos. Por allí sería uno de los retos que a mí me preocupan.

Miembros de una organización de apoyo a veteranos del ejército de Estados Unidos que participaron luchando y fueron deportados después de su servicio.
(Foto por Justin Sullivan/Getty Images)

Estos testimonios permiten entrever un espíritu de los tijuanenses. Por una parte, han sido considerados más cercanos a los estadounidenses en México. Y, sin embargo, son mexicanos para los estadounidenses. Tan son mexicanos, que incluso hay quienes han sido deportados después de servir en el ejército de Estados Unidos. A pesar de esto, podemos ver que ellos han identificado y conformado sus propias relaciones, su propia acción y una visión que es al mismo tiempo asimétrica y coherente de un lugar que ha sido llamado “La Tercera Nación”. Tijuana constituye una identidad propia mexicana (o quizás tijuanense). Su identidad integra y acepta la relación bilateral que ha establecido con Estados Unidos, y sobre todo con San Diego, su ciudad gemela al otro lado de la frontera.

Pedro Ochoa, quien está a cargo del Centro Cultural Tijuana habló con el periódico L.A. Times sobre la evolución del desarrollo de la ciudad. Cuenta que ha tenido tres fuertes momentos de desarrollo. El primero sucedió durante la época de la prohibición en los Estados Unidos, que impedía ingerir bebidas alcohólicas y llevó a que el consumo aumentara en la frontera con México. La segunda etapa llegó con el cambio del estatus comercial, mucho antes de que se hiciera el Tratado de Libre Comercio. Y la tercera fue cuando comenzaron a instalarse las maquiladoras, que establecieron una dinámica laboral compleja con Estados Unidos y creció la manufactura en la ciudad. De hecho, creció tanto que Tijuana se convirtió en el mayor productor de televisores del país. Finalmente, Ochoa predice que el cuarto momento de Tijuana llegará con un fuerte crecimiento cultural y culinario. Este puede verse con la cambiante, pero constante producción artística y cultural que refleja su identidad.

Tijuana Series – Coyotes (Jay Galvin/ Flickr. CC BY 2.0)

Ochoa asegura que Tijuana ha contribuido con pintores, músicos, escritores, danzantes, etc. Y sin duda, el escenario cultural comienza a llamar la atención. Para Ochoa, esto se establecerá en algunos barrios de la ciudad. Por otra parte, Arturo Rodríguez, fundador de la galería de arte La Caja ha dicho que, a pesar de que en Tijuana no hay tantos recursos, hay oportunidades de crear. Asegura Rodríguez que para él, es como si estuvieran haciendo su propia historia.

Tijuana ha sido una ciudad que, por su ubicación, ha construido una historia propia. No olvidemos y reconozcamos que cuenta con problemas apremiantes. Sin embargo, Tijuana se empapa constantemente de las ofertas estadounidenses y mexicanas, y a diferencia de otros lugares en ambos países, ha logrado enseñarnos cómo diversas expresiones pueden contribuir a la creación de una identidad propia, única y atrevida.

Tijuana es la ciudad que lucha contra los muros y que, de forma constante se construye y se inventa a sí misma. No por nada ha sido llamada “La Tercera Nación.”

Y quizás, como dice “Roberto”, su identidad se trata más de ser tijuanenses que de integrarse a otras historias.

Más especiales