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Opinión: Balazos necesarios

Las iniciativas para la Ley de Seguridad Interior representan la miopía autoinducida que han mantenido nuestros gobiernos en materia de seguridad, con fervor y dedicación, durante la última década.

Las iniciativas para la Ley de Seguridad Interior representan la miopía autoinducida que han mantenido nuestros gobiernos en materia de seguridad, con fervor y dedicación, durante la última década. Le hacemos frente a una clase política que se ha empeñado en perpetuar una estrategia que ha tenido costos humanos altísimos a lo largo de diez años, y se muestra obstinada en permanecer en el mismo camino simplemente por el tiempo invertido en dicho error. Nos encontramos enclaustrados en una noción de solución final que nos coloca en un laberinto sin salida. En materia de seguridad, nuestra política está hecha de círculos viciosos.

En respuesta a la violenta estrategia que nuestro gobierno se ha empeñado en mantener, ahí van unos cuantos certeros balazos de Isaiah Berlin:

“La posibilidad de una solución final resulta ser una ilusión; una ilusión peligrosa. Pues si uno en verdad cree que semejante solución es asequible, entonces seguramente ningún precio será lo suficientemente alto para alcanzarla: hacer a la humanidad justa, dichosa, creativa y armoniosa para siempre –¿Cuál podría ser un precio demasiado alto para pagarlo?– Para hacer un omelette así, seguramente no hay límite en el número de huevos qué hay que romper.”
(Más de 200 mil muertos en una década.)

“Sacrificio de seres humanos en los altares de la abstracción.”
(52 mil elementos desplegados.)

“Lo único de lo que podemos estar seguros es de la realidad del sacrificio, de los que están muriendo y de los muertos. Pero el ideal por el que mueren aún no se realiza.”
(Tlatlaya, Ayotzinapa y Tanhuato.)

“La primera obligación pública es evitar los extremos de sufrimiento.”
(12,408 quejas ante la Comisión Nacional de los Derechos Humanos.)

“Revoluciones, guerras, asesinatos, medidas extremas pueden ser necesarias en ciertas situaciones desesperadas. Más la historia nos enseña que sus consecuencias rara vez son las que se anticiparon; no hay garantía, a veces ni siquiera una probabilidad lo suficientemente alta de que tales actos conduzcan a un mejoramiento.”
(Operativo Conjunto Michoacán.)

“Cierta humildad en estos asuntos es muy necesaria.”

Recordemos que nuestro gobierno viene a aprender. ¿O aprehender? Esperemos que, al menos en este caso, no se confunda la ortografía. ¿Qué harían ustedes ante un gobierno que se empecina en mantener una estrategia fallida a pesar de las miles de vidas perdidas?

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