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Brevísima historia del partido francés Frente Nacional

En 1972 se creó en Francia el Frente Nacional, partido político ultraconservadoras fundado y que ha sido dirigido por los Le Pen.

El partido de ultraderecha que lideraron los Le Pen

En 1972 se creó en Francia el Frente Nacional por la Unidad Francesa, un partido político de tendencias ultraconservadoras fundado por el grupo Orden Nuevo. Veinte años atrás, en 1954 había comenzado la Guerra de Independencia de Algeria (colonia francesa desde 1830, que lograría su liberación hasta 1962), que fortaleció las tensiones entre el pensamiento colonial y la lucha por la abolición de sistemas imperialistas. Para 1969 varios grupos pequeños que simpatizaban con el régimen nazi, derrotado en la Segunda Guerra Mundial, se juntaron y formaron un movimiento que se presentó de manera oficial en 1971, llamado Orden Nuevo. Jean-François Galvaire, uno de sus voceros, declaró el día de la presentación:

Hace falta hacer un partido revolucionario. Blanco como nuestra raza, rojo como nuestra sangre y verde como nuestra esperanza.

Conforme avanzó el tiempo, los integrantes de este movimiento (entre los que figuraban antiguos policías del SS nazi) descubrieron sus posibilidades como partido político y, el 5 de octubre de 1972, eligieron a un líder para encabezar sus nuevas aspiraciones: Jean-Marie Le Pen, un soldado veterano que participó en el conflicto armado con Algeria, en el bando francés. Desde el principio, el partido sostuvo dos banderas: el nacionalismo y el rechazo a los inmigrantes. La propaganda empleada para participar en las elecciones legislativas de 1973 era muy similar a la de MSI (Movimiento Social Italiano), un partido de clara afiliación fascista.

La participación de le Pen en la guerra contra Algeria se volvería una leyenda fundacional para el Frente Nacional. La pérdida del ojo izquierdo y la fama de torturador estarán representadas en la imagen de un joven político con un parche que cubre parte de su cara.

En 1974, con la contienda electoral de Jean-Marie Le Pen por la presidencia, el Frente Nacional se consolidó como el partido francés de extrema derecha. Su principal campaña se basa en el rechazo a la migración y a la inclusión de extranjeros en el país. Ante el fracaso del partido en estas elecciones, cuatro años después volverían a la misma estrategia, pero ese mismo año, 1978, François Duprat muere a causa de un atentado, lo cual alimenta el discurso de odio del partido contra un enemigo anónimo y extranjero.

(Photo by Pascal Le Segretain/Getty Images)

A principios de los ochenta, Le Pen vuelve a intentar ganar la presidencia. A pesar de una nueva derrota, su postura antimigrantes toma nuevos bríos y desde allí se lanza de nuevo el llamado a la unidad nacional. Como parte de su estrategia contra la oposición de izquierda, representada por el Partido Comunista francés, el Frente Nacional crea el Azul-Blanco-Rojo, manifestación a la que asistieron 3 mil personas. En 1986 el partido de ultraderecha logra entrar a la Asamblea Nacional y ocupa 35 de los 577 asientos que la conforman.

El avance mediático obtenido con el ingreso a la Asamblea tuvo un retroceso el siguiente año, debido a un proceso legal contra Le Pen por “banalización de crímenes contra la humanidad”. Todo inició por unas indignantes declaraciones del excandidato sobre las cámaras de gas empleadas por los nazis para el exterminio judío. En 1998 otro escándalo disminuye las fuerzas del Frente nacional: la escisión de algunos de sus miembros para formar una nueva organización, llamada Movimiento Nacional Republicano.

Sin importar los desvíos y pérdidas del partido, en 2002 su candidato predilecto llega a la segunda ronda de elecciones con el 16.86% de votos obtenidos en la primera vuelta. Para el 2003 el partido emprende una renovación importante con la entrada de Marine Le Pen (hija de Jean-Marie) en el departamento de servicio jurídico. Tan sólo una decena de años más tarde, ella se convierte en cabeza del Frente Nacional y se lanza a la contienda electoral por la presidencia en 2012, donde obtiene 18% de los votos pero no logra pasar de la primera vuelta.

En las elecciones europeas de 2014 el Frente Nacional con Marine Le Pen a cargo derrota en porcentaje de votos al Partido Socialista. Su campaña actualizó su característica postura xenófoba con propuestas como el cierre de fronteras comerciales, un mayor control del ingreso de migrantes al país y un discurso contra el europeísmo y la globalización. Al siguiente año, Jean-Marie es suspendido y más tarde expulsado de su propio partido, en reprimenda por nuevas declaraciones sobre las cámaras de gas usadas en la Segunda Guerra Mundial. Ese mismo año, el fundador del Frente dijo sobre la situación precaria en que viven miles de personas: “el señor Ébola podría arreglar el problema demográfico de África”.

Jean-Marie Le Pen y su hija Marine Le Pen hasta el frente en el año 2011 tras seleccionar a Marine Le Pen como líder del partido Frente Nacional. (Photo by Patrick Durand/Getty Images)

Como resultado de las crisis económicas que sacudieron Europa en 2008, siete años después llega una avalancha tremenda de refugiados al continente, en busca de medios para sobrevivir. Tal situación crea ruido al interior de la Unión Europea: países como Hungría, Polonia, Austria y los Balcanes piden el cierre de fronteras; otros apelan a un sentido de humanidad. Este panorama favorece el discurso histórico del Frente Nacional y lo fortaleció para las elecciones presidenciales de 2017. Quizá esta ventaja, obtenida por casualidad, haya permitido que Marine Le Pen volviera al tema tratado por su padre. Ella también opina que:

Francia no fue responsable de la oleada de detenciones de judíos del 16 y 17 de julio de 1942, cuando 13.000 de ellos fueron arrestados con la complicidad de las autoridades colaboracionistas del régimen de Vichy, la mayor parte de ellos deportados a los campos de concentración y exterminados.

Negar estos hechos pone en entredicho la historia de la nación y del mundo. En 1995 el presidente Jacques Chirac le ofreció disculpas históricas al pueblo judío por la colaboración de Francia con el régimen nacional socialista. Con las declaraciones de Marine Le Pen el racismo y el negacionismo vuelven a ser temas distintivos en la agenda política del Frente Nacional.

En la primera ronda de elecciones presidenciales más reciente, celebrada el 23 de abril de 2017, el candidato con mayor porcentaje de votos fue Emmanuel Macron (que no se considera ni de afinidades izquierdistas ni derechistas) con 23%, seguido muy de cerca por Marine Le Pen con 21.6%. Desde luego esto significó una ventaja histórica del Frente Nacional que, por primera vez, vislumbró el cargo presidencial como algo factible.

Las propuestas de Le Pen fueron lo más polémico y la base de su campaña entre las que figuran la “protección férrea contra el terrorismo islámico” (con la clausura de mezquitas, el cierre de fronteras y el endurecimiento de políticas migratorias); la posible salida de Francia de la Unión Europea (con el abandono del euro y un consecuente regreso a la moneda nacional); el distanciamiento de la OTAN; el recrudecimiento de las fuerzas de seguridad nacionales, y una política proteccionista contra la globalización.

Pero Le Pen sólo es la punta del iceberg de la ultraderecha francesa: ¿cuál será el futuro de Francia?

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