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El FBI y el impeachment de Trump: ¿Pueden despedir al presidente de Estados Unidos?

El impeachment de Donald Trump: ¿Pueden despedir al presidente de Estados Unidos?

Los primeros cuatro meses de la presidencia de Trump han estado llenos de escándalos, peleas políticas y tuits rabiosos. Pero ahora las tensiones han aumentado seriamente con graves acusaciones sobre las relaciones del presidente estadounidense con Rusia.

Mucho se habla de sacar a Trump de la oficina oval pero ¿es eso posible? Y, de ser posible, ¿podría ocurrir?

¿Podríamos estar viendo el fin de la presidencia del magnate neoyorkino?

Donald Trump, presidente de Estados Unidos. (AP)

¿Se puede despedir a un presidente?

En la ley estadounidense existen varios procesos para remover a funcionarios públicos.

En los estados, por ejemplo, existe el recall en el que los votantes aprueban o desaprueban la remoción de un gobernador. Si lo recuerdan, fue así como llegó Schwarzenegger al poder en 2003 en California.

Sin embargo esto no aplica para cargos federales y remover a un presidente de Estados Unidos es mucho más difícil.

(AP Photo/Rich Pedroncelli, File)

¿Eso quiere decir que es imposible?

En lo absoluto: existen diferentes procesos que pueden llevar a la caída de un presidente en Estados Unidos.

Después del asesinato de Kennedy, por ejemplo, se firmó la enmienda 25 a la constitución americana. Esta enmienda propone que un presidente puede ser removido si no puede, física o mentalmente, cumplir las funciones que le exige la oficina.

Por ejemplo, en 2007, operaron a George W. Bush de pólipos en el intestino. Si su recuperación hubiera fallado, Dick Cheney hubiera podido tomar el poder a través de esta enmienda.

Se necesita, solamente, que el vicepresidente y los 15 miembros más elevados del gabinete presenten la solicitud a la cámara de representantes. Y, ya, el presidente queda fuera.

Bush en 2007 (AP Photo/Gerald Herbert)

¿Podría pasar esto con Trump?

Que se aplique la enmienda 25 a Trump parece muy difícil.

Necesitaríamos ver una completa revolución de su gabinete, una puñalada en la espalda de Mike Pence, su vicepresidente y, finalmente, la condena abierta de la locura del magnate.

Como pueden ver, eso es altamente improbable.

Sin embargo, existe otra forma de terminar, antes de tiempo, el mandato de un presidente a través del impeachment o proceso de destitución.

El presidente de Estados Unidos Donald Trump junto a Mike Pence, su vicepresidente (AP Photo/Evan Vucci)

¿Qué es el impeachment y cómo funciona?

Seguramente han escuchado, en las últimas semanas, el término de impeachment. Se trata de un proceso legal descrito en el artículo 2, sección 4, de la Constitución de Estados Unidos.

El artículo en cuestión explica:

“El Presidente, el Vicepresidente y todos los funcionarios civiles de los Estados Unidos serán separados de sus puestos al ser acusados y declarados culpables de traición, cohecho u otros delitos y faltas graves.”

Eso quiere decir que, si una investigación independiente (llevada por una comisión o el Departamento de Justicia, por ejemplo), juzga que el presidente cometió algún tipo de traición, delito o falta grave, puede presentar una moción de impeachment a la Cámara de Representantes.

Si la cámara vota a favor del impeachment, el senado todavía debe dictar la condena. Si el senado vota, con dos tercios de mayoría, que el impeachment procede, el presidente es condenado y queda removido de su cargo.

Cuando esto sucede el vicepresidente se convierte, inmediatamente, en presidente. En este caso, el presidente en cargo sería Mike Pence, el vicepresidente de Trump.

Éste es, entonces, un proceso complejo que consta de tres etapas: una investigación independiente, el impeachment en la cámara de representantes y, finalmente, la condena en el senado.

El presidente de Estados Unidos se dirige al Congreso en febrero de 2017 (AP Photo/J. Scott Applewhite)

¿Ha sucedido alguna vez que se condene a un presidente de Estados Unidos?

En realidad nunca se ha condenado por impeachment a un presidente de Estados Unidos.

Pero eso no quiere decir que no se haya intentado.

En dos ocasiones un presidente americano se ha enfrentado al impeachment en la Cámara de Representantes. Pero en ninguno de los dos casos se cumplió la acusación de impeachment en el Senado.

La primera vez fue en el siglo XIX con Andrew Johnson. Se le acusó entonces de despedir al Secretario de Guerra cuando no tenía las facultades para hacerlo.

La segunda vez, mucho más reciente, fue contra Bill Clinton por mentir, bajo juramento, sobre las relaciones sexuales que había tenido con Monica Lewinsky.

En ambos casos, el senado no votó a favor de la acusación y ambos presidentes terminaron sus mandatos.

En el caso de Clinton, sin embargo, las consecuencias políticas llevaron, probablemente a que perdieran los demócratas las siguientes elecciones con Bush y a que pese, hasta ahora, una imagen negativa de los Clinton en Estados Unidos.

Hillary Clinton y su esposo Bill Clinton en medio del escándalo sexual que casi lo saca de la presidencia, 1998. (AP Photo/Susan Walsh, File)

¿Pero no fue despedido Nixon con un impeachment?

El caso de Nixon es diferente. En 1974, se le acusó de haber grabado las conversaciones privadas de demócratas en el escándalo de Watergate. Las acusaciones eran gravísimas y los posibles cargos contra Nixon hubieran sido también muy graves.

Además, Nixon se enfrentaba a una mayoría demócrata en la Cámara de Representantes y en el Senado. Por eso, era casi seguro que, de ser acusado, hubiera sido el primer presidente en la historia de Estados Unidos en ser condenado de un impeachment.

Nixon era astuto y sabía muy bien a lo que se enfrentaba. Por eso, negoció dejar el cargo a su vicepresidente Gerald Ford a cambio de un perdón y cierta inmunidad.

Y eso fue exactamente lo que pasó.

Nixon renunció a su cargo como presidente antes de que pudiera comenzar el proceso de impeachment y Ford lo perdonó, un mes después, de todos los cargos.

El Presidente Nixon junto a las polémicas cintas de Watergate en 1974. (AP Photo)

¿Puede suceder un impeachment contra Trump?

Es totalmente posible pero altamente improbable.

Para lograr un impeachment no nada más se necesitan bases para la acusación sino que las dos cámaras lo aprueben, primero con mayoría simple en la cámara baja y luego con tres cuartos de la cámara alta.

Actualmente, ambas cámaras tienen mayoría republicana y no parece probable que los republicanos tiren a la basura la nueva popularidad con la que triunfaron en las elecciones para derrocar a un presidente de su propio partido.

Sin embargo, puede haber ciertas condiciones para que este escenario suceda.

Algunos analistas consideran que los republicanos se sentirían más cómodos con Mike Pence como presidente. Se trata de un conservador chapado a la antigua que sabe acatar muy bien las órdenes del partido.

Mike Pence con dos importantes figuras del partido republicano: Paul Ryan y Kevin McCarthy (AP Photo/Cliff Owen)

Trump ha demostrado, una y otra vez, ser un líder inestable que puede causar problemas con un tuit enojado y que, por un capricho, es capaz de destrozar las prerrogativas de su partido.

También, se especula de un cambio de balance en la constitución de las cámaras en 2018. El próximo año serán, en efecto, las elecciones de medio término y es absolutamente normal que cambie la configuración de las cámaras en contra del partido del presidente en turno.

Actualmente, los demócratas son minoría en el senado: tienen 48 escaños de 100 y se necesitan 67 para lograr una condena de impeachment. Sin embargo, con el cambio de balance en las cámaras y un probable voto de castigo a Trump, esta mayoría podría alcanzarse.

Finalmente, no es ningún secreto que Trump no es un presidente popular.

De hecho, es el presidente históricamente más impopular a estas alturas de su mandado. Y, actualmente, el 46% de los estadounidenses considera que se debería entablar un proceso de impeachment contra Trump. Esto puede inclinar la balanza dentro del partido republicano: votar o no votar por un impeachment no es una cuestión de gobernabilidad sino de política.

Protesta contra Donald Trump en San Francisco, 2017. (AP Photo/Marcio Jose Sanchez)

¿Qué quiere decir que el impeachment es una cuestión política?

El haber mentido sobre sus relaciones sexuales fue un error grave por parte de Clinton. Pero eso no quiere decir, inmediatamente, que era un presidente inepto.

En realidad, se le acusó porque la mayoría de las cámaras era republicana y que este partido consideró que podría salirse con la suya y derrocar a un presidente demócrata.

Así, lo que este ejemplo nos enseña es que, con el impeachment, no se mide la capacidad de un presidente para hacer su trabajo sino el antagonismo que levanta en el medio político.

Y, por decir lo menos, Trump es un verdadero experto en levantar antagonismos.

(Getty images, archivo)

¿Existen bases reales para que comience un impeachment contra Trump?

Al ver cómo han comenzado los demás procesos de impeachment podemos darnos una idea histórica de los cargos a los que se enfrentaron Johnson y Clinton y a los que se hubiera enfrentado Nixon.

Johnson fue acusado de abuso de poder y Clinton de mentir bajo juramento, obstrucción de la justicia y perjurio.

Nixon, de no haber renunciado, hubiera sido acusado de obstrucción de la justicia, abuso de poder y de no cumplir con citaciones de la corte.

Mientras que todavía no se le acusa de nada a Trump, los escándalos que han surgido en su breve presidencia podrían escalar hasta un proceso de impeachment.

El representante Mark Pocan de Wisconsin ha interpuesto una iniciativa para investigar las relaciones de Trump con sus empresas. El ahora presidente dijo, con bombo y platillo, que renunciaba a sus empresas y que le cedía el control de todos sus negocios a sus hijos.

Los hijos del presidente de Estados Unidos, Donald Trump Jr. y Eric Trump. (AP Photo/Carolyn Kaster)

Sin embargo, existen sospechas de que Trump no se ha salido completamente del negocio y que se pueden encontrar relaciones turbias con sus empresas. Eso podría ser una causa bastante fuerte de abuso de poder.

También se le podría acusar de deslealtad por las relaciones con Rusia. Y estas sospechas no han hecho más que crecer desde que despidió, intempestivamente, al director del FBI que investigaba estas relaciones.

Además, el último escándalo en una larga línea de controversias, señala que Trump divulgó información secreta sobre ISIS al Ministro de Relaciones Exteriores ruso.

A pesar de que esto no es ilegal (el presidente puede divulgar información clasificada a quien quiera), sí puede constituir base para acusaciones de deslealtad o violación al juramento que hizo como presidente.

Donald Trump con el Ministro de Relaciones Exteriores ruso Sergey Lavrov en la Oficina Oval, 10 de mayo 2017. (Russian Foreign Ministry via AP)

Finalmente, si continúan las investigaciones sobre sus relaciones con Rusia, Trump podría ser llamado a declarar. Frente a un gran jurado, Trump podría incurrir en lo mismo que casi tumba a Clinton, considerando su corto temperamento y la enorme capacidad que tiene para decir dos mentiras por frase.

Así, si miente en una audiencia o manipula las informaciones disponibles, podría considerarse que incurre en desacato, perjurio, obstrucción de la justicia o, incluso, abuso de poder.

Claro, todo esto es altamente especulativo y depende de un caso que puedan o no crear instituciones independientes de impartición de justicia dentro de un ambiente político tenso y dividido.

División en protestas a favor y en contra de Trump, 2017. (AP Photo/Pablo Martinez Monsivais)

¿Qué podemos esperar entonces?

Es difícil saber si Trump será sometido a un proceso de impeachment.

Por ahora, lo que sí sabemos es que la popularidad del presidente sigue a la baja y que, en las elecciones de representantes en 2018, las cámaras podrían tener una diferente configuración.

Para ese momento, el partido republicano puede ya estar harto de las locuras de su candidato y cambiar de opinión sobre la idea de sacarlo de la oficina: Trump no es tan complaciente como Reagan ni tan listo como Nixon y Pence sigue siendo un presidente ideal para los republicanos.

(AP)

En cualquier caso, hay que tener en mente que el impeachment es una operación política y que las fuerzas que se enfrentan en Estados Unidos tendrán que nivelar muy bien los pros y los contras de un proceso que nunca se ha logrado y que tendrá consecuencias serias para el futuro de los partidos.

Así que sí, Trump podría ser el primer presidente en ser acusado de impeachment. Pero falta esperar una conjunción muy específica de situaciones políticas, sociales y electorales.

Por lo pronto, queda esperar los resultados de las urnas y observar el comportamiento de los americanos frente al presidente más impredecible de su historia.

Con Trump, en efecto, el futuro nunca está escrito.

Manifestantes protestaron en la Trump Tower de Nueva York. (Reuters)

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