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¿Macron, Merkel, Trudeau? Si no es Trump ¿quién será el líder del “mundo libre”?

Tras la salida de Trump del Acuerdo de París, Estados Unidos ya no es líder internacional ni del "mundo libre."

Hemos escuchado el término “el mundo libre” y el “líder del mundo libre.” Este se ha usado coloquialmente para hablar del presidente de los Estados Unidos por ser una superpotencia democrática, pero ¿existe algo llamado “mundo libre”? Y finalmente, ¿cómo ha cambiado la situación de Estados Unidos en un nivel internacional después de que Donald Trump decidió salirse del Acuerdo de París?

Un poco de historia sobre “liberar el mundo”

Durante la Segunda Guerra Mundial, en el discurso que dio Dwight Eisenhower después de la operación militar del Día-D se hizo un llamado a las tropas estadounidenses a seguir luchando. Eisenhower, presidente en turno, les dijo:

Ustedes traerán la destrucción de la máquina de guerra alemana; la eliminación de la tiranía Nazi sobre los pueblos oprimidos de Europa y la seguridad para nosotros mismos en el mundo libre.

El “mundo libre” es un término que fue acuñado para crear una distinción entre las naciones dominadas en la Segunda Guerra Mundial por los regímenes autoritarios en Europa. Franklin D. Roosevelt se refiere a ellos como países que han sacrificado su libertad. De modo que los países que no se encuentran bajo el yugo de los gobiernos autoritarios y tienen una democracia son, por extensión, las naciones que componen un mundo libre.

Más adelante, el término se usó para referirse a los países del bloque comunista cuyo “líder” era la Unión Soviética. Uno de los discursos más importantes para esta idea fue durante la visita de John F. Kennedy a Alemania cuando era dividida por el muro de Berlín.

Muchas personas en el mundo no entienden, o dicen que no entienden, cuál es el gran problema entre el mundo libre y el mundo comunista. Dejen que vengan a Berlín. Hay algunos que dicen –Hay algunos que dicen que el comunismo es la ola del futuro. Dejen que vengan a Berlín. Y hay quienes dicen, en Europa y en otras partes, que podemos trabajar con los comunistas. Dejen que vengan a Berlín. Y hay incluso unos pocos que dicen que es verdad que el comunismo es un sistema maligno, pero que nos permite el progreso económico.

Para John F. Kennedy Berlín en el lado de la República Federal de Alemania (Alemania Occidental) era la viva prueba de que el mundo libre de los países capitalistas era real; que se podía ver en el capitalismo el progreso, mientras que la República Democrática Alemana (Alemania Oriental), que formaba parte del bloque comunista, estaba sumido en decadencia, opresión, etc. Existía un contraste claro en una misma ciudad dividida por los dos regímenes que se enfrentaban en la Guerra Fría. Sin embargo, el comunismo terminó y los regímenes capitalistas han pasado por serias crisis, al mismo tiempo que existe una tendencia en países europeos hacia la extrema derecha y no se hable del gobierno de Donald Trump, caracterizado por su xenofobia, nacionalismo e islamofobia, así como su poca transparencia y su narrativa de los hechos alternativos. Todo esto nos lleva a cuestionar este discurso metafórico del “mundo libre”.

Los presidentes estadounidenses han tomado una figura de autoridad entre las naciones del “mundo libre”, definiéndose a sí mismos como su líder. Hoy este “mundo libre” defiende a la democracia y al capitalismo de los terroristas y lo “diferente” a los “valores” del mundo occidental. Más que ser un líder con liderazgo, Estados Unidos ha llevado a cabo una tarea de ser la nación más poderosa (militarmente hablando) de este llamado “mundo libre”. Y se ha respaldado fuertemente en la OTAN, que fue creada para “defender” su proyecto, pero desde que Trump ha cuestionado esta organización mundial, el miedo entre el resto del “mundo libre” ha crecido. Se hace mención a esto en el título de un artículo publicado en enero de 2017 “America must lead the free world – the alternative is chaos” que argumenta que existe una fuerte posibilidad de que Estados Unidos no proteja Europa.

Y luego llegó Trump

Donald Trump ha sido fuertemente cuestionado por sus posiciones en temas internacionales. Desde su discurso de campaña para la presidencia se ha posicionado con su frase de “América Primero” donde pone en segundo plano el mundo internacional. También se ha caracterizado por cuestionar a la OTAN lo que ha sido una de las grandes preocupaciones de los países que lo componen. Y en junio de 2017, Trump decidió que Estados Unidos renunciaba al liderazgo mundial que tenía cuando se salió del tratado de ParísEsto no sólo es un golpe gigantesco contra la unidad para resolver el calentamiento global. Es y será importante que Estados Unidos se sume.

La pérdida de liderazgo se ve cuando representantes de China, Francia, Alemania y Rusia se pronunciaron contra la decisión de Donald Trump.

Macron declara que Francia “no dejará la lucha”. Incluso la administración Vladimir Putin en Rusia y el gobierno de China han sostenido que seguirán con el acuerdo de París. Sin embargo, fue con el lamento de Angela Merkel, que más se ha visto que alguien busca impulsar un esfuerzo internacional, pero advierte:

“los tiempos en en los que poder contar plenamente con otros, han quedado un tanto atrás”

Trump mientras tanto, tuiteó:

Tenemos un déficit comercial MASIVO con Alemania, además ellos pagan MUCHO MENOS en la OTAN y a los militares de lo que deberían. Muy mal por EE.UU. Esto cambiará.

Un artículo publicado por The Guardian dijo que Merkel, la mandataria alemana, es quien se ha portado como líder internacional, e incluso el medio estadounidense USA Today pone en un encabezado de un artículo que Angela Merkel es ahora la nueva líder del mundo libre.

Estados Unidos perdiendo presencia no ha sido tarea sencilla, Trump ha buscado e insistido en deshacer o replantear tratados internacionales que construían una imagen de EE.UU. como una nación que colaboraba (o hacía colaborar) con otros países. No es sólo el acuerdo de París lo que cambia el panorama: en América del Norte, su agresión con México y con el Tratado de Libre Comercio han obligado a plantearse (de menos) otras opciones comerciales. Tanto Canadá como México han expresado descontento; en la región del Pacífico, renunciar al Acuerdo Transpacífico de Cooperación Económica (TPP) dejó a China con una mejor posición de influencia en la zona.

Finalmente, la salida del Acuerdo de París ha sido la carta de despedida que Trump pronunció frente a los líderes del mundo. Y hay algo más que se expresa con la salida de Estados Unidos: la carencia de un “líder” no significa desamparo para el mundo, la comunidad internacional sigue teniendo en claro sus objetivos y para todos cada día algo es cada vez más obvio: Estados Unidos no es el salvador del mundo. 

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