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Donald Trump contra la Naturaleza

Donald Trump y Mike Pence se oponen al cambio climático, un problema que cada vez amenaza más a la humanidad.

El Reloj del apocalipsis es la cuenta regresiva simbólica de la catástrofe. En 2016 estuvo cerca de marcar el fin de la humanidad debido a las amenazas del cambio climático, entre otras cosas. Cuando el reloj se acerca a la media noche, quiere decir que el fin de la humanidad se acerca. En 2016 el reloj marcó las 23:57 por la elección de Donald Trump como presidente de los Estados Unidos de América. En 2015 y 2012, el Reloj estuvo también a tres y cinco minutos de llegar a media noche. En 2015 por el cambio climático y el peligro de guerra nuclear y en 2012 sólo por la amenaza del cambio climático.

Reloj del apocalipsis (Photo by Tim Boyle/Getty Images)

Desde antes de hacerse de la presidencia, Donald Trump ha twitteado varias veces sobre el calentamiento global. Su perspectiva se repite en cada uno de ellos. Afirmó que «el concepto de calentamiento global fue creado por y para China con el fin de hacer no competitiva la manufactura estadounidense» y que “el calentamiento global es un total engaño, y uno muy caro”. Ha reportado que en Nueva York ha sentido frío y, para él, parece que esa es razón suficiente para no creer que el calentamiento global sea real.

Mike Pence, el vicepresidente, no se queda atrás. Aunque ha querido resguardar y moderar las declaraciones de Trump, él mismo se ha manifestado al respecto. Mike Pence dijo que el calentamiento global es un mito.

Estados Unidos es el segundo país que más emite gases invernadero. Sólo este país emite el 14.4% de los gases responsables del calentamiento global. Frente a ello, hay compañías en el país de energía renovable. Quizá — esperemos lo contrario — , el verbo, en el futuro, será “había”. Con el anuncio del triunfo de Trump, las acciones de las compañías de energía renovable cayeron de manera abrupta. Al mismo tiempo, las compañías armamentistas subieron de manera proporcional. ¿Quién quiere salvar a la naturaleza si podemos tener armas?

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¿Qué tan grave es el problema climático?

Al ganar Trump, las acciones de compañías de energía renovable cayeron y las de compañías armentistas subieron (Photo by Christopher Furlong/Getty Images)

Lo que se había predicho hace décadas respecto al clima en el mundo hoy es una realidad concreta: los glaciares se adelgazan, ha cambiado la diversidad de flora y fauna en el mundo, los árboles están floreciendo antes, el nivel del mar se eleva de manera acelerada, entre muchas otras cosas.

Estrenamos el siglo XXI con la década más caliente en el planeta desde hace 1300 años. 2016 estuvo cerca de convertirse en el año más caliente en registrarse. El cambio en el clima ha provocado intensas sequías, lluvias y huracanes, y estas condiciones se vuelven cada vez más extremas. El cambio en el clima en el mundo es la amenaza más importante para salud de la humanidad en el presente siglo. El aumento de la temperatura global ya ha cobrado varias víctimas mortales.

El peligro no es sólo humano. Las especies animales vertebradas están desapareciendo 114 veces más rápido de lo que naturalmente deberían hacerlo. Los niveles de acidificación de los océanos están incrementando, y ese cambio afecta toda la vida marina, especialmente a los moluscos, cangrejos y corales.

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Las ideas de Donald Trump sobre el cambio climático

La anguila japonesa está en peligro de extinción por el aumento de la temperatura del océano (Photo by Billy H.C. Kwok/Getty Images)

Para Donald Trump, el cambio climático nunca fue una prioridad en su campaña. Sin embargo, en declaraciones públicas se podría vislumbrar las ideas del nuevo presidente de Estados Unidos sobre el tema. Estas son algunas de ellas, las más importantes:

  1. No acepta la evidencia científica de que el cambio climático es real. A pesar de lo que dicen académicos y científicos, Trump insiste en que el calentamiento global es un engaño perpetrado por China.
  2. Quiere desmantelar el Acuerdo de París, que estableció en 2015 medidas internacionales para la reducción de gases invernadero. Además, pretende desechar el Plan de Energía Limpia (Clean Power Plan), introducida durante la administración de Obama. Esta es la medida más importante a nivel federal para reducir los niveles de CO2.
  3. Quiere tener agua limpia en Estados Unidos “es una de las cuestiones más importantes a enfrentar para la siguiente generación”. El fracking ha contaminado mantos acuíferos en varios estados del país y actualmente hay una crisis en Flint, Michigan, por agua envenenada con plomo, elemento que causa daños cerebrales permanentes e irreversibles. ¿Cuál será la prioridad para Trump, poner las condiciones necesarias para que el fracking se capitalice aún más o cuidar los mantos acuíferos que esta técnica de extracción de gas y petróleo contamina? El 13 de enero de 2014, Trump tuiteó desde su cuenta “Anticipar el cambio y aceptarlo. Reconocer nuevos desarrollos que se pueden capitalizar y usar para abrir nuevas puertas”. Esperemos que el fracking no sea uno de ellas.
  4. Quiere mantener las tierras públicas bajo el control del gobierno federal y así explotarlas. Pretende remover reglas para proteger arroyos y cuerpos de agua contra la minería de carbón.

Al fin y al cabo, en su última reunión con empresarios, Trump dijo que el hecho de considerarse un hombre que se preocupa por el medio ambiente no va a impedir que les den permisos especiales. Es decir, que bajen la severidad de las regulaciones ambientales:

Soy, en cierto sentido, un hombre preocupado por el medio ambiente, creo en él. Pero esto está fuera de control y vamos ha hacer de esto un proceso muy rápido. O les vamos a dar sus permisos o no se los vamos a dar. Pero lo vamos a saber muy rápido. Y, en general, les vamos a dar sus permisos.”

Así, fuera de la grandilocuente retórica del magnate, parece evidente que cuando Trump se dice “un hombre preocupado por el medio ambiente”, lo dice de dientes para afuera. Porque su máximo enfoque económico y proteccionista está, más bien, en la creación de empleos locales: si para mantener industrias americanas en el país y atraer inversión extranjera, Trump tiene que relajar las políticas ecológicas, no dudará, jamás, en hacerlo.

Donald Trump (Photo by Scott Olson/Getty Images)

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Las ideas de Mike Pence sobre el cambio climático

Fracking en Colorado (AP Photo/Brennan Linsley, File)

Mike Pence, el vicepresidente de los Estados Unidos, dijo que las declaraciones de Trump sobre el calentamiento global (las que llaman al fenómeno un ‘engaño’) son parte de su sentido del humor y que son bromas.

Pence mismo ha hecho declaraciones importantes que pueden marcar el rumbo de las políticas ambientales que marcarán el futuro de la vida sobre la tierra.

Estas son algunas de sus declaraciones:

  1. Dijo en 2000 que el calentamiento global es un mito.
  2. Dice que los ambientalistas afirman que ciertos gases invernadero, como el CO2, están ensuciando la atmósfera y causando el calentamiento de la tierra. “A pesar de que el CO2 es un fenómeno que ocurre naturalmente en la naturaleza, los amigos de Greenpeace quieren culpar el carbón (otro mineral natural) y ciertas otras (malvadas) plantas de energía que queman carbón”.
  3. Afirma que los gases invernadero se producen en su mayoría por volcanes, huracanes y fenómenos geológicos subacuáticos.

Mike Pence (Photo by Spencer Platt/Getty Images)

Estas son algunas de sus decisiones como gobernador de Indiana:

  1. Se rehusó a implementar el Plan de Energía Limpia por “no mejorar de manera demostrable/significativa a Indiana”.
  2. Votó dos veces contra limitar las emisiones de gases invernadero y alentó a otros estados a hacer lo mismo.
  3. Cuando sucedió en 2010 el derrame petrolero en el Golfo de México (derrame de Deepwater Horizon) de 210 millones de galones de petróleo no esperó en insistir en hacer más perforaciones en mar abierto, como si el derrame no hubiera ocurrido.
  4. Apoya completamente el oleoducto Keystone XL que atravesaría el país de sur a norte. El oleoducto puede provocar derrames, contaminación por arenas bituminosas y contaminación de agua y fuentes de irrigación.

Derrame petrolero de Deepwater Horizon en 2010 (AP Photo/Gerald Herbert, File)

Una de las víctimas del derrame de petróleo en 2010 (AP Photo/Gerald Herbert)

Parece que Pence se dio cuenta que publicar crudamente sus ideas sobre el cambio climático puede no ser favorable para hacer política — algo que a Trump no le importa. El 27 de septiembre de 2016, dijo, contradiciéndose, que “las actividades que toman lugar en este país y en otros países en el mundo tienen algún impacto en el ambiente y algún impacto en el clima”. Esto no fue más que un necesario matiz, un calmante, un comentario políticamente paliativo o paliativamente político. ¿Será que realmente hizo caso a las investigaciones científicas y puso atención a las obvias evidencias o sólo fue una declaración estratégica?

Las dudas ahora se responden: en enero de 2017, junto a la oleada de órdenes ejecutivas firmadas por el recientemente electo presidente Trump, se desbloquearon dos iniciativas a las que la administración de Obama se había opuesto. Se trata de dos oleoductos y uno de ellos, por supuesto, es el Keystone XL Pipeline que tan fervientemente había apoyado Pence. Parece, que entre deseos ecológicos y buena voluntad, al vicepresidente se le cumplió el sueño de destruir tierras para facilitar el camino del petróleo.

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¿Hay alguna salida?

Protesta en Filadelfia a favor de energía renovables (AP Photo/John Minchillo)

Puede haber algunas situaciones y circunstancias que contrarresten las ideas de la nueva presidencia y vicepresidencia en Estados Unidos. California y Nueva York son dos estados que tienen una agenda política propia respecto al medio ambiente. Probablemente otros estados sigan estos ejemplos. Los activistas ecológicos serán, además, más radicales a nivel local como respuesta a políticas más radicales de destrucción.

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Como ha sido dicho, el responsable del cambio climático no son los países ni personas individuales, sino que es el sistema de producción capitalista, un sistema económico que pretende ser ilimitado en un planeta de recursos limitados. Aún así, siendo Estados Unidos el país que nació por y del capitalismo, las decisiones que tome en materia económica afectan al orden mundial. El desarrollo del sistema de producción bajo la administración de Trump probablemente se radicalice y se adelgacen los recursos y espacios públicos. No es sorpresa teniendo en cuenta la tremenda reducción de impuestos que pretende imponer.

Además, hay que saber quiénes serán y han sido los asesores económicos del magnate. Uno de ellos es Stephen Moore, un columnista y miembro del consejo editorial de The Wall Street Journal. El asesor dijo en 2009, en el documental Capitalismo: una historia de amor que:

el capitalismo es más importante que la democracia. Ni siquiera soy un gran creyente de la democracia. […] La democracia no siempre lleva a una buena economía o siquiera a un buen sistema político

El capitalismo en efecto es el sistema que ha sembrado condiciones necesarias para la destrucción del planeta. Ningún otro sistema económico ha tenido efectos tan mortíferos para la naturaleza. Sin embargo, en una democracia de verdad, podría asegurar que ninguna persona estaría a favor de envenenar el aire y el agua, condiciones vitales para el ser humano. Durante la administración de Trump, el capitalismo será más importante que la democracia. Y esto no es nuevo, sino que ha sido así desde hace por lo menos tres siglos de manera extendida en el mundo.

(AP Photo/Matt Rourke)

Quizá Donald Trump no cree en el calentamiento global porque le da frío en Nueva York, pero las consecuencias posiblemente ecocidas de sus políticas traerán muerte y enfermedades a las personas más pobres del mundo, personas que no puede alcanzar a ver desde la Trump Tower en Manhattan. Los habitantes de la mayoría de los países centroamericanos, de Bolivia, Senegal, Ghana, República Democrática de Congo, Etiopía, Uganda, Kenia, Angola, Zambia, Botsuana, Angola, Mozambique, Albania, Pakistán, India, Sri Lanka, Vietnam, Camboya y Papúa Nueva Guinea serán los principales afectados por el calentamiento global; cada uno de estos países bastante alejados de Estados Unidos, pero muy cerca de sus bases militares.

Las políticas ambientes de Trump y Pence son inminentemente un peligro para la vida en el planeta, sea humana o no; y un atentado contra la inteligencia y la ecología.

El pueblo Turkana en Kenia es de los grupos humanos más afectados por el calentamiento global (Photo by Christopher Furlong/Getty Images)

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