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Cervantes y la política

¿Cuál es la relación de la obra literaria de Miguel de Cervantes con la política actual?

Son cuatro siglos de que murió Miguel de Cervantes. Incluso sin que nos lo hayamos propuesto, algo de Cervantes está en nuestras vidas: fuimos al Cervantino, nos referimos a la enamorada de alguien como su “Dulcinea” o tuvimos que leer aunque sea un fragmento de su Quijote en la secundaria. Todos hemos visto una de esas horribles pinturas dobles en las que la cara de Don Quijote se convierte en un molino de viento o alguna otra cursilería. Don Quijote está tan metido en nuestra cabeza como referente importante de la cultura, que en un programa de televisión española Flechazo, un sujeto aseveró que su personaje histórico favorito era Don Quijote. Si hay que regalar un libro siempre está a la mano un ejemplar del Quijote. El que lo reciba quizá se ofenda un poco ya que al regalar el Quijote, hay una sugerencia de que uno lo regala a quien no lo tiene y eso por alguna razón parece insulto. Esto, nada tiene que ver con el hecho de que ya lo haya leído o no.

Entre Cervantes y Don Quijote tienen escuelas (Escuela primaria Miguel de Cervantes por decenas en la república), premios (Premio Cervantes), institutos (Instituto Cervantes), centros virtuales (Centro virtual Cervantes, Biblioteca virtual Miguel de Cervantes), un programa espacial de la Agencia Espacial Europea (ESA) llamado Don Quijote y un sin fin de medallitas que le colgamos al que además llamamos “manco de Lepanto” y ni era manco. Esta dupla ha impactado la vida de muchas personas porque siempre encuentran un espacio en cualquier tipo de dinámicas sociales.

Portada de la primera edición de la primera parte de El ingenioso hidalgo don Quijote de la Mancha, libro de Miguel de Cervantes. (Wikipedia/ Juan de la Cuesta, Dominio Público)

Cervantes y Don Quijote han sido utilizados políticamente en diversos contextos. Baste recordar, por ejemplo, Sueño y mentira de Franco de Picasso para encontrar, a juicio de Robert Bayliss, un Franco que tristemente parodia a Don Quijote y que no puede ocultar su apariencia ridícula o sus grotescas facciones: Don Quijote es España, mientras que Franco termina siendo su antítesis, por lo que es contrario a la naturaleza de la nación que capturó violentamente.

Picasso fue un personaje fundamental en París para la comunidad artística e intelectual de españoles exiliados. Picasso no sólo ayudó a que varios se establecieran en la capital francesa, sino que promovió la salida de varios de los exiliados que estaban confinados en campos de concentración franceses. Estos campos de concentración estaban destinados a controlar la migración a Francia, controlar y reprimir extranjeros, lo que en la práctica significaba no sólo el ingreso de los exiliados a dichos lugares, sino que suponía su repatriación. Gracias a la intervención de Picasso los pintores J. Fin y Javier Vilató salieron del campo de concentración de Argelès-sur-Mer y se cuentan entre los que se vieron beneficiados por la intervención de quien en su momento fue sospechosos del robo de la Mona Lisa en 1911.

(Photo by George Stroud/Getty Images)

Así, en el marco de la Guerra Civil Española en la contienda por los ídolos nacionales, a pesar de que los dos bandos hicieron lo propio por reclamar ambos, Franco fue identificado con el Cid (incluso coincidieron sus rutas de avance), mientras que el bando republicano se apropió al personaje cervantino. Se creó una asociación directa entre Don Quijote y la condición del exiliado dado que tanto el peregrinaje como el idealismo son elementos constitutivos de ambos. De esta manera Don Quijote y el mismo Cervantes se vuelven estandartes de una condición política específica que resiste la imposición a la vez que llena de significado los lazos de la comunidad que los toma como bandera.

Attack on Rebel Position, Somosierra, Madrid Attack on Rebel Position, Somosierra, Madrid (Wikipedia/ Desconocido, Dominio Público)

Don Quijote no fue la única contribución de Cervantes para los republicanos. En 1937, María Teresa León y Rafael Alberti montaron una adaptación de La destrucción de Numancia cuando Madrid era el bastión de resistencia de la República. En esta obra los numantinos resisten el cerco de su ciudad por parte de los romanos hasta que, con tal de que ningún numantino sea convertido en esclavo, deciden suicidarse. Según J. Monleón una de las preocupaciones de los intelectuales republicanos era mostrar que su lucha era parte de una tradición, en ese sentido la Numancia es un antecedente que la valida. Alberti fue bastante explícito con respecto a su propósito de adaptar la pieza teatral: su propósito es que se realizara una analogía con el momento que atravesaban, tan fuerte era su intención que reemplazó la palabra “romanos” del texto de Cervantes con “italianos” quienes en ese momento bajo Mussolini, ayudaban a Franco.

Entre las demás modificaciones de Alberti a la obra para facilitar su recepción y para agradar a su público, están la supresión de una escena en la que aparecen sacerdotes, un vestuario fascista a Cipión (el invasor) y también la eliminación de tantas referencias a la derrota como fuera posible. La obra buscaba exaltar el hondo sentimiento nacionalista con que se resistía la avanzada franquista: en ese momento los republicanos estaban vueltos numantinos en defensa de su ciudad. El final poco esperanzador funciona para evitar un fácil mensaje triunfalista y pone el acento en la valiente actitud de defensa. De cualquier manera el final motivó que la temporada de la obra terminara antes de lo planeado.

Bombardeo aéreo de Barcelona, 17 de marzo de 1938, por la fuerza aérea italiana (Wikipedia/ Fuerza Aérea Italiana, Dominio público)

Alberti volvió a montar la obra en 1943 desde el exilio en Montevideo. La crítica ha señalado que esta versión sigue más fielmente el texto cervantino: los romanos ya no serán italianos seguidores de Mussolini, por ejemplo. Esto se debe a que las circunstancias históricas habrían cambiado y tanto Alberti como los demás exiliados presentes en el público sabían perfectamente qué bando había vencido. Habría que imaginar que en dichas circunstancias los versos: “No de la muerte la feroz guadaña, / ni los cursos del tiempo tan ligeros / borrarán de Numancia la memoria / [ESPAÑA:] / Y aquí se cierre el libro de su historia” Calarían fuertemente sobre los exiliados ya que pasarían más de treinta años antes de que pudieran participar de nuevo en la escritura de tal libro.

Feliz coincidencia para los fines de este texto es que Alberti recibiera el Premio Cervantes en 1983. En su discurso de aceptación hace referencia a “aquel Madrid para el que yo adapté [la] impresionante tragedia Numancia en los días más peligrosos del asedio a nuestra capital”. Poco antes expresó que él siempre se imaginó a Cervantes como alguien que quizá fuera “un muchacho espontáneo de la calle en la defensa de Madrid al inicio de nuestra guerra”. Es así como Cervantes siempre estará caracterizado en la memoria de muchos como un personaje que lucha al lado de los que resisten, como adversario de la hegemonía.

En tiempos más recientes podemos echar un vistazo a Venezuela hace poco más de 10 años cuando el comandante Hugo Chávez echó a andar la “Operación Dulcinea” para entregar un millón de ejemplares de una antología de capítulos de Don Quijote en el marco de las celebraciones del IV centenario de su primera impresión (ya les decía yo que uno nunca se puede equivocar cuando regala El Quijote). También habría que recordar que Don Quijote de la Mancha fue el primer título publicado por el gobierno de Castro con el siguiente pie de imprenta: “Gobierno Revolucionario/ Imprenta Nacional/ Cuba/ 1960”. Ambas acciones buscan legitimar las agendas políticas que están detrás.

Asimismo, hay que tomar en cuenta que el nombre dado por Chávez no es nada ingenuo ya que “Operación Dulcinea” fue el nombre elegido para el secuestro de la nave Santa María por parte de Henrique Galvão, miembro del Directorio Revolucionario Ibérico de Liberación (DRIL) que estaba conformado por exiliados españoles y portugueses que se oponían a las dictaduras de Franco en España y de Salazar en Portugal. Galvão y sus seguidores estaban asilados en Caracas y ahí planearon el secuestro de la nave. Si tomamos en cuenta a su vez el pasado republicano de Don Quijote y Cervantes, vemos cómo se crea un cuadro en el que Chávez echa mano del pasado político de los personajes cervantinos y replica la acción castrista, para, otra vez desde tierra venezolana, combatir a los poderes hegemónicos que según él aplastaban a sus connacionales y así intenta sumarse a una tradición de resistencia por excelencia que lleva como pendón de combate la imagen del personaje manchego. Por eso no extraña que el ministro de cultura chavista, Francisco Sesto haya dicho a la BBC que: “aún estamos oprimidos por gigantes, así que queremos que el pueblo venezolano conozca mejor el Quijote, que vemos como un símbolo de la lucha por la justicia y el desfacer entuertos” y que a falta de Cervantes, él mismo haya autografiado varios de los ejemplares que se regalaron.

(Getty Images)

Acercarse a Don Quijote es andar un texto en el que muchas personas han volcado sus preguntas, y que como la misma Biblia, ha estado llena de respuestas para cada persona que de verdad se entrega a su lectura. En el texto de Cervantes vamos a encontrar a Miguel de Unamuno, a Borges, a Paul Auster, a Pierre Menard, a todo aquél que ha emprendido un viaje metafórico o literal al lado de un amigo, a aquel que ha enfrentado obstáculos que parecen rebasarlo y aquél que va a casa sólo cuando sus mismos ideales lo han llevado de regreso. Todos estos temas se pueden utilizar para dar sentido al más noble de los sufrimientos o servir a la más torcidas de las intenciones. Los ejemplos abundan y aquí apenas hemos dado apenas una pequeña muestra de ellos. A veces dan ganas de decir que no es culpa de Cervantes que se pueda emplear su texto o su figura misma para legitimar agendas políticas con las que podemos no estar de acuerdo, pero eso es falso: Cervantes en efecto no tiene la culpa de que exista gente nefasta, pero es un lujo tener al alcance de la mano un libro en que cada una de las partes del espectro humano puede encontrarse.

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