CIUDAD DE MÉXICO, México, oct. 11, 2016.- El huracán Matthew ha dejado, según cifras oficiales, 300 muertos en Haití, uno de los países más pobres del mundo, que comparte isla La Española con República Dominicana, donde el saldo de muertes apenas supera la decena.
Haití y República Dominicana tienen la misma población: 10 millones de habitantes, pero existen brechas profundas entre ellos. Para empezar la esperanza de vida de los haitianos apenas llega a los 62 años mientras que la de los dominicanos alcanza los 73, aun cuando Dominicana es uno de los países menos prósperos de América Latina
Las diferencias se agudizan en los sectores económicos, pero cuando sucede una catástrofe natural como el huracán Matthew surge una duda recurrente: ¿Por qué Haití es totalmente devastado y República Dominicana no?
Principalmente por la economía y la geografía. Haití es de los países más pobres del mundo. Mientras República Dominicana tiene una red de carreteras aceptable, en Haití se necesitan horas para recorrer unos kilómetros, y en momentos de extrema gravedad ese déficit resulta demoledor.
Además, los principales núcleos de población haitiana viven en la costa y son más proclives a sufrir inundaciones. Además, sus edificios son deficientes en barriadas frágiles con precaria infraestructura de alcantarillado. Como sus núcleos urbanos, son los que generan más empleo, provocando que cada vez más gente se instale sobre las colinas que rodean las ciudades, como Puerto Príncipe.
Especialistas como Remy Sietchiping, del Programa de Asentamientos Humanos de las Naciones Unidas, advirtieron que la pobre administración del territorio en las prominentes pendientes de estas montañas y cerros han llevado a la degradación severa de la tierra y la vegetación, así como a la destrucción del drenaje natural.
Ésa es una de las principales causas geográficas, intrínsecamente ligada a la economía, que provocan la tragedia haitiana. La deforestación y degradación medioambiental, junto a la urbanización de las áreas cercanas a las desembocaduras de ríos, son las culpables de las inundaciones desproporcionadas. República Dominicana, por ejemplo, ha optado por proteger la vegetación y el espacio medioambiental para que la tierra y los árboles puedan ejercer como muros naturales a las riadas, entre otras cosas.
El problema es que la debilidad económica de Haití, deriva en que mucha población encuentra en la madera la fuente principal de energía. La fragilidad del sistema eléctrico provoca esa deforestación, y las fuertes lluvias, deslizamientos por las empinadas montañas ya sin árboles, debilitando así los medios de subsistencia de la población local.
Haití es una isla en el Caribe con una superficie de 27,750 kilómetros cuadrados, con lo que se encuentra entre los países pequeños.
Su población es de 10711,067 personas, lo que coloca al país en la posición 85 de la tabla de población, compuesta por 196 países. Además, tiene una alta densidad de población, con 386 habitantes por kilómetro cuadrado.
Es la economía número 141 por volumen de Producto Interno Brubto (PIB). Su deuda pública en 2015 fue de 2,364 millones de euros, un 30.44% del PIB y su deuda per cápita es de 221 euros.
El PIB per cápita es un muy buen índicador de la calidad de vida y en el caso de Haití, en 2015, fue de 725 euros, por lo que esta cifra lo coloca en el puesto 169 de 196 naciones. Sus habitantes tienen un bajísimo nivel de vida.
En cuanto al Índice de Desarrollo Humano (IDH), que elabora la Organización de las Naciones Unidas para medir el progreso de un país, fue de 0.483 puntos en 2014, con lo que se situó en el puesto 163 de la tabla de 187 países.
Haití ocupa el puesto 182 de los 189 países que conforman el Doing Business, donde están clasificados los países según la facilidad que ofrecen para hacer negocios. En cuanto al Índice de Percepción de la Corrupción del sector público, Haití suma 17 puntos, con lo que se coloca en el puesto 158 de los 167 publicados en ese ranking.
(Con información de http://www.datosmacro.com/paises/haiti)
tfo
